El bolsillo y las ganas de cruzar a Chile pueden más que las largas horas de espera en el Paso

Más de 9 horas de espera tuvieron que soportar mendocinos y turistas para pasar al país trasandino, para comprar artículos más baratos y disfrutar de unas minivacaciones en la costa del Pacífico. En los últimos 4 días, cruzaron a Chile más de 30.000 personas.

El bolsillo y las ganas de cruzar a Chile pueden más que las largas horas de espera en el Paso
Largas colas de vehículos con al menos 9 horas de espera para poder pasar a Chile. La fila de automóviles alcanzaba unos 8 Km para llegar al peaje del túnel Internacional e ingresar al vecino país Foto: José Gutierrez / Los Andes

“Nos dicen que por lo menos tenemos cinco horas de espera antes de llegar al túnel, es que el problema está del lado chileno, por eso los autos del otro lado pasan para Argentina de manera más ágil, pero nosotros estamos aquí, no nos queda otra”, aseguraba ayer Oscar, de una empresa mendocina dedicada al servicio de remisería. “Estamos un poco apurados porque tenemos que presentarnos en Santiago a trabajar”, explicaba desde el auto, Freddy, un colombiano que hace 10 años vive en Buenos Aires.

Algunas historias eran similares en la larga fila de autos que esperaban cruzar el túnel internacional Cristo Redentor, para llegar a Chile. Pero otras, la gran mayoría era de mendocinos que aprovecharon el feriado XXL para ir de compras y pasear por las playas trasandinas. Una opción doblemente ventajosa: comprar artículos electrónicos y ropa mucho más barata que en nuestro país y tomarse unas minivacaciones en el Pacífico.

Nos dicen que hay más de 10 horas de demoras en cruzar, pero ya estamos acá y vamos a esperar hasta que podamos llegar al otro lado”, comentaba Javier, que le había dejado el volante a su esposa para descansar un rato y tomar aire fresco de montaña mientras esperaban la orden de mover los autos. Cuentan que ellos comprarán ropa para sus hijos porque es más conveniente. Y de paso se darán el gustito de comer pescados y mariscos en la costa, si les alcanza el bolsillo.

Es que una interminable cola de autos y dispuestos en tres filas parecía no avanzar sobre la ruta 7, a lo largo de 8 kilómetros, unos 500 metros antes de la llamada “Curva de la Soberanía” hasta la localidad de Las Cuevas. El colapso del tránsito hacia Chile empezó el jueves y continuó ayer.

Casi 50.000 personas cruzaron en 4 días

De acuerdo a la información brindada por el Sistema Integrado Cristo Redentor, el jueves salieron 10.419 personas, 2.481 autos y 37 colectivos, con una demora promedio de 9 horas. Mientras que en el complejo Los Horcones entraron 4.621, 1.041 autos y 34 colectivos, con una demora promedio de 90 minutos. Y ayer, salieron del Complejo Los Libertadores (Chile) 10.023 personas, 1.656 autos y 28 ómnibus, con un promedio de demoras de 9/10 horas. Y del Complejo Los Horcones (Argentina) entraron 5.733 personas, 1.196 autos y 51 buses. El tiempo de demora fue de una hora y treinta minutos.

De acuerdo a los cómputos generales brindados por la Coordinación General Argentina, entre el 26 y el 29 ya pasaron 47.218 personas por el Paso Cristo Redentor, 9.279 autos y 282 ómnibus. Sobre la cantidad de personas, se informó que 30.476 cruzaron hacia Chile y 16.742 hacia Argentina.

Según lo informado hace unos minutos, la situación en el complejo chileno tiende a normalizarse, ya que a las 8 de hoy, la espera se redujo a 90 minutos y la cola de autos es de 2 kilómetros.

Más de 15 horas de espera

Lo cierto es que esas 9 horas de demoras, para algunos casi se transformaron en el doble de tiempo de espera en el paso fronterizo. Algunos pasajeros contaron por las redes sociales que llevaban 16 horas en Los Libertadores. “Unos amigos, que nos comunicamos a través de un grupo de whatsapp nos comentaron que estaban desde ayer a las 10 de la noche y tenían como para un par de horas más en el ómnibus”, relató Claudia, una mendocina que decidió dejar para otra oportunidad el cruce a Chile y se volvió a disfrutar de las minivacaciones en Puente del Inca. Junto a su esposo, Cristian López y sus nietos, llegaron desde Jesús María, Córdoba con toda la intención de hacer el cruce, pero la interminable hilera de autos y con niños en su auto, decidieron volver y disfrutar de la montaña mendocina. Al fin y al cabo, lo que buscan es un poco de tranquilidad y descanso.

“¿Qué pasó?, preguntaba Reinaldo Olmedo a los que estaban esperando, como él, en la zona de trepada a la Curva de la Soberanía. Mientras hablaba, dejaba ver que era un visitante del norte, con un leve acento correntino. Pero inmediatamente se encargaba de aclarar que venían de Paraguay y señalaba el ómnibus. “Venimos con 64 turistas y quieren conocer Las Cuevas, ¿falta mucho para llegar?”, preguntaba otra vez Reinaldo. Un grupo de mendocinos y bonaerenses que charlaban para matar la espera le dijeron que se volviera, que regresara otro día. “Pedí permiso para girar el autobús y vuelvan a Puente del Inca o a Uspallata”, le decía el conductor profesional Oscar. Y les recomendaba que volvieran fuera de los fines extra largos. “Aquí está todo tranquilo durante la semana, pero cuando se presentan estos feriados largos, se complica el paso. Me dicen mis compañeros que están ya en Chile, que hay una discusión bárbara entre los que coordinan el Paso, y eso no ayuda a mejorar la situación, me dicen que tenemos 5 horas para cruzar el túnel”. Y de allí otras 5 a 6 horas más para hacer los trámites migratorios en el complejo chileno de Los Libertadores.

A esta altura, Olmedo no sabía qué hacer, habían recorrido un poco más de 2.000 kilómetros desde Paraguay y una “muralla” mecánica les impedía continuar avanzando. Preguntó a los pasajeros y decidieron esperar para ver si avanzaban los pocos kilómetros que tenían hasta la villa de Las Cuevas. Juan Agüero, el otro chofer, hablaba en guaraní con Olmedo y en castellano daban a entender que estaban realmente sorprendidos por lo que les estaba pasando en medio del camino.

Mientras que los pasajeros de Oscar, la pareja de colombianos charlaban sobre los proyectos que tienen en Chile. “Preferimos hacer el viaje por tierra porque era muy complicado vía aérea, tenemos una perrita y en auto es más fácil, pero bueno, tendremos que esperar”, aseguraban Freddy y su esposa.

Una orden de esperanza

De pronto y luego de casi una hora de espera, llegó desde arriba la orden de comenzar a mover la larga triple fila de autos. Y mendocinos, paraguayos, colombianos y demás turistas continuaron la trepada hacia Las Cuevas. Pero a medida que avanzaba la caravana, inmediatamente llegaban otros desde Mendoza a sumarse a la larga lista de espera. Y así, el tránsito en la ruta 7 que parecía normal durante la mañana, a partir del mediodía de ayer se intensificó y comenzaron a llegar centenares de autos al punto “muerto”. Todo parece indicar que hoy continuarán las largas filas de espera.

“Queríamos salir más temprano, pero no pudimos y ahora está complicado el panorama, pero tenemos parientes en Viña y nos están esperando, en algún momento llegaremos, esta noche o mañana (sábado)”, aseguraba Mariela Rodríguez, que viajaba junto a su esposo e hijos desde Guaymallén. Y advirtieron que el camino no está en muy buenas condiciones en ciertos sectores, contaron que se llevaron por delante un gran pozo en medio de la ruta, cerca de Polvaredas o Punta de Vacas.

Mario González, empresario turístico de alta montaña, comentó que en estos días se repiten los problemas de siempre. “Por un lado tenemos el turismo interno y los que van a Chile en la misma ruta. Padecen las demoras los que quieren cruzar y los turistas que vienen a Las Cuevas o al Cristo Redentor, tampoco pueden llegar porque hay una larga fila de espera que se extiende varios kilómetros y eso complica el tránsito también para el turismo interno”. González agregó que a eso se agrega la falta de infraestructura en todo el Corredor, desde servicios esenciales, como los sanitarios y el turismo sigue creciendo en todo el corredor. “Una vez más desde las cámaras estamos gestionando reuniones con el municipio, Gendarmería y otros organismos para ver si logramos mejoras inmediatas, porque esto es un papelón en todos los sentidos”.

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