Jueves 24 de agosto. Área Natural Protegida (ANP) Manzano Histórico, Tunuyán, Mendoza. El temporal de nieve precipitado sobre la Cordillera de los Andes durante esos días le da un marco espectacular al ya, de por sí, imponente paisaje. Un grupo de control de Guardaparques de Mendoza se encuentra realizando sus recorridos de rutina, principalmente intentando constatar que no haya fauna silvestre que se haya visto afectada o esté en peligro por la gran cantidad de nieve.
Sin embargo, en medio del recorrido de rutina, son testigos de una postal que, en un contexto ideal, debería ser atípica. Pero que, lamentablemente, es más común de lo que debería ser (porque la realidad nunca se ajusta a la teoría). Y que deja en evidencia que la fauna autóctona está en peligro, aunque no por la nieve ni acción de la naturaleza, sino por el propio ser humano.
Dos hombres, a caballo y con armas de fuego, se encuentran en actitud sospechosa en el interior de una ANP. Junto a ellos, cerca de 30 perros los acompañan y su actitud no es la de mostrarse muy tranquilos tras haber sido advertidos por los custodios de la biodiversidad en el lugar, por lo que los primeros indicios llevan a sospechar que no se trata, precisamente, de visitantes que han elegido una de las zonas más remotas del Manzano para pasear o “turistear”.
Tras acercarse para identificarlos y averiguar qué hacían en el lugar, las sospechas se confirman: los dos jinetes llevan un rifle calibre 22 largo cargado, además de restos de guanaco que trasladan cargados precisamente en los caballos. Está a las claras que son cazadores furtivos.
A la ya de por sí tensa escena, se le suma un agregado: uno de los cazadores hace el ademán de buscar algo entre sus pertenencias, y amenazó a uno de los guardaparques que, para entonces, ya estaban al lado de los cazadores y la treintena de perros.
CAUSA JUDICIAL Y ALLANAMIENTOS CONTRA LOS CAZADORES
A raíz de esta violento encuentro, y viéndose los guardaparques amenazados por los jinetes a caballo, se dio aviso a la oficina fiscal de Vista Flores (también en Tunuyán). Según resaltaron desde la Dirección de Recursos Naturales Renovables de la Secretaría de Ambiente, se reportó la novedad a fin de “asegurar la medida y resguardar la integridad del personal actuante, a cargo del cuidado del Área Natural Protegida provincial”.
Y a partir de las medidas ordenadas desde la dependencia judicial, se realizó el traslado de los restos del o los animales cazados al Ecoparque de Mendoza para practicarles las necropsias necesarias a fin de determinar las posibles causas de muerte (en lo posible).
Dos días después, el sábado 26 de agosto y a raíz del primer operativo -y como continuidad al procedimiento judicial-, personal de esta dependencia, de la Policía de Investigaciones y del Departamento de Fauna Silvestre de Recursos Naturales realizó un par de allanamientos en los domicilios de los cazadores furtivos (se utiliza este término, ya que la caza de guanacos está prohibida -en toda la provincia-, así como también la caza de cualquier ejemplar en Áreas Naturales Protegidas-) en Tunuyán. Además, los cazadores fueron imputados y se inició una causa penal.
“Desde la Secretaría de Ambiente hicimos saber al cuerpo de Guardaparques que tienen todo el aval institucional para actuar y concretar los procedimientos que marca la ley. Y tienen todo el apoyo de la Provincia para no sucumbir a presiones o amenazas de ninguna índole, y mucho menos cuando las autoridades de control están verificando si se están cometiendo actos ilícitos o infringiendo las normas que protegen nuestra fauna o recursos naturales”, resaltó luego de los procedimientos el director de Recursos Naturales Renovables, Sebastián Melchor.
El guanaco (Lama guanicoe, según su nombre científico) es una especie silvestre protegida de la provincia de Mendoza y declarada Monumento Natural Protegido provincial por ley. La sanción administrativa por su captura va desde los 95.202 pesos a los 952.020 por ejemplar, dependiendo las circunstancias.
MUY COMÚN
Además de la infracción a la Ley de Fauna Silvestre -lo que constituye el primer delito-, las amenazas que se están investigando son otro de los componentes de la causa judicial. Lo más preocupante es que no se trata de un episodio aislado, sino que -todos los fines de semana, en algún lugar de Mendoza (APN y no)- se desbarata, al menos, un procedimiento de caza furtiva.
Oficialmente no se han dado a conocer las estadísticas, pero los reportes de personas atrapadas in fraganti con carne de guanacos, con piches o con otros ejemplares en su poder son una clara muestra de ello.
Además de los guardaparques, en estos procedimientos suelen intervenir efectivos de la Policía Rural, de Departamento de Fauna, así como también del Iscamen (con sus controles ruteros en los ingresos a Mendoza) y de fuerzas de seguridad nacionales, como Gendarmería o la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Incluso, suelen ser parte diferentes ONG que trabajan en el cuidado de la biodiversidad.
Muchos de estos ejemplares que son secuestrados no están muertos necesariamente, ya que también son muy comunes los operativos en los que se desbaratan a cazadores de aves protegidas o a personas que tienen en su poder especies silvestres.
A ello se suma que prácticamente en 99,9% de los casos, los cazadores están en el lugar con “fines recreativos” -por decirlo de algún modo- o comerciales. Es decir, su objetivo final es comercializar la carne que ellos mismos faenan o poner a la venta en el mercado negro las aves, por ejemplo. En cuanto a este último móvil, hay personas que recorrer una gran cantidad de kilómetros -incluso, saliendo de la provincia- para ir a cazar aves. En prácticamente la totalidad de los operativos donde desbaratan las cazas, los identificados cuentan con armas, vehículos, equipamientos y trampas, por lo que llevan consigo una impactante producción.
AMENAZAS, VIOLENCIA Y PELIGRO
Más allá de las amenazas a los guardaparques que encontraron cazando a dos jinetes a fines de agosto en el Manzano Histórico, es una constante la violencia de parte de quienes suelen ser encontrados in fraganti durante los operativos para desbaratar procedimientos de caza furtiva.
Hace un par de meses, en una entrevista con Los Andes, efectivos de la Policía Rural (quienes trabajan codo a codo con guardaparques, Gendarmería y otros actores fundamentales) repasaron algunos episodios puntuales en los que, viéndose cercados, los cazadores los atacaron.
“Cuando hemos intervenidos en operativos de caza clandestina, nos han sorprendido con disparos en medio de la oscuridad. La gente es muy agresiva en ese contexto, y cuando ve que estamos nosotros, se envalentonan. Hemos tenido hasta que saltar o corrernos de la huella, porque cuando los cazadores nos ven, aceleran para atropellarnos y poder escapar”, describieron Mario Hassar (jefe de la Delegación Sur de la Policía Rural de Mendoza) y Alejandro Ávila (de la delegación Norte).
“Hace no mucho tiempo, en la zona de la Laguna del Diamante, encontramos a cazadores a caballo que traían a 7 guanacos despedazados y guardados en las alforjas. Y cuando llegaron a donde estábamos nosotros, nos tiraron los caballos encima para poder escaparse. En esos casos, salen a toda velocidad e intentan esconderse”, graficó por su parte la titular de la Delegación del Valle de Uco, Edith González.
Por esto mismo es que, desde hace un tiempo, los efectivos de esta fuerza han comenzado a filmar los procedimientos de caza donde intervienen, lo que les permite identificar a los cazadores y dejar registros de los distintos ataques. También está previsto que incorporen drones, como apoyo.
TRABAJO EN EQUIPO
Además de trabajar codo a codo entre sí, los distintos efectivos y agentes tienen un aceitado mecanismo de trabajo con la Justicia de Mendoza y el Ministerio Público Fiscal. Esto es lo que permite, como ocurrió con los allanamientos posteriores al operativo del 24 de agosto en Tunuyán, que las autoridades ambientales puedan actuar rápido ante distintos episodios. En ese sentido, desde el Departamento de Fauna Silvestre resaltaron la excelente predisposición de los funcionarios y dependencias judiciales.
En Mendoza, la fauna silvestre se encuentra protegida por la Ley Nacional de conservación de la Fauna Silvestre (22.421), además de la Ley Provincial de adhesión 4.602/84, su modificatoria -Ley 7.308- y el Decreto Reglamentario 1.890/05.
En ese sentido, la captura, tenencia ilegal y comercialización de fauna están penadas por la legislación, así como también la destrucción de sus hábitats. El presunto infractor podría quedar a disposición de la Justicia y ser reprimido con penas de prisión. Las multas por este tipo de infracciones, en tanto, alcanzan valores superiores a los 3 millones de pesos por ejemplar, según la gravedad del hecho.
Quienes deseen brindar información sobre ejemplares de fauna silvestre heridos o denunciar casos de caza o tenencia ilegal pueden hacerlo a través del mail drnr@mendoza.gov.ar. También pueden comunicarse telefónicamente con la Dirección de Recursos Naturales Renovables al (0261) 4252090 y 4257065 interno 3411 (Fauna Silvestre), de lunes a viernes de 8 a 13, o directamente al 911 (Policía de Seguridad Rural de Mendoza).
TODO TERRENO: GUARDAPARQUES MENDOCINOS ASISTIERON A PUESTEROS EN EL SUR
Además de ser los custodios de las Áreas Naturales Protegidas, los guardaparques cumplen una función social por demás clave. Muchas veces son ellos quienes conocen, como la palma de sus manos, los lugares más remotos y recónditos de la geografía mendocina. Por ello mismo, además de conocer los caminos tradicionales y en los que hay huellas más que evidentes, son también quienes saben cómo llegar a lugares donde otros no lo saben.
Hace unos días, el intensísimo temporal de nieve que azotó al Sur mendocino -principalmente a Malargüe y sus zonas rurales y cordilleranas- dejó varados y aislados a centenares de familias de puesteros. Muchas de ellas, incluso, sufrieron la mortandad de sus animales (ganado caprino).
Como parte del Comité de Emergencia que entró en acción para asistir a los damnificados, los guardaparques llevaron asistencia, mercadería y alimentos a los afectados, además de participar de la asistencia a los animales que se vieron perjudicados.
“Como servidores públicos, nuestra responsabilidad es dar respuesta y lograr que las instituciones coordinen su trabajo. Esto hace que sean más eficientes los servicios y las tareas que cumplimos para los ciudadanos”, agregó el director de Recursos Naturales Renovables, Sebastián Melchor.