Casi como una joda del destino, en el programa de radio “Perros de la Calle”, que conduce Andy Kusnetzoff en Urbana Play, el periodista Harry Salvarrey contó la angustiante historia que vivió él junto a su mujer y su perra Pipa, después de que apareciera el antiguo dueño de la perrita, a los meses de haber sido adoptada.
“Pasó lo que nadie quería que pasara” empezó diciendo el periodista frente al micrófono y sus compañeros, Andy, Evelyn Botto y Sofía Martínez. “Apareció el dueño de mi perra” confesó Harry dejando a todos con el corazón destrozado.
ASÍ APARECIÓ PIPA EN LA VIDA DE HARRY
La perrita apareció perdida en septiembre del 2022, según cuenta el periodista. Como tenía correa, pero no identificación, empezó el operativo para buscar a los dueños. En sus redes, las de su bar y todos sus amigos, comenzó a circular la foto de la perrita, pero sin éxito.
Después de haber estado un mes en tránsito, el periodista decide adoptarla y su vida cambió para siempre. “Esta perro desbloqueó niveles de sentimientos que yo no conocía y que no sabía que era capaz de sentir”, reconoció Harry sobre su relación con Pipa.
Ya integrada a la familia, Pipa, este es el nombre que le puso el periodista y su novia, era una mas. Un día equis, Harry recibe el mensaje que, a esta altura, no quería. Un hombre decía ser el dueño de la perra. En un momento, el periodista pensó en ignorar el mensaje, pero no pudo.
“No me imagino la vida sin esta perra” fue la letal frase que le dijo su novia, el día que le iba a contar sobre la aparición del ex padre de la perrita. Harry no sabía qué hacer.
Habló con el pibe, pero notó que en ningún lado decía que quería a la perra de vuelta. Había una posibilidad. Aún sin haber podido hablar con su novia, ella llega devastada. El tipo también le había mandado un mensaje.
LA HISTORIA DE PIPA Y UN FINAL FELIZ PARA TODOS
Pipa es entrerriana. Su dueño la encontró en Paraná y la trajo a Buenos Aires con él por un trabajo que tenía que hacer. La perra se perdió, él se tenía que volver y no se podía quedar a buscarla.
Harry le confesó que su aparición se estaba viviendo con bastante angustia y el hombre lo tranquilizó, no tenía intenciones en recuperar a Pipa, solo quería estar tranquilo de saber que estaba bien y cuidada.
Emocionalmente incapaz de mantener el diálogo que no quería con este hombre, su novia se hizo cargo de la comunicación. Resultó ser un tipo sumamente sensible que entendió que la perra ya había encontrado una familia que la quería un montón y sí les pidió que si viajaba a Buenos Aires, quería verla.
A medida que Salvarrey contaba la historia, las redes explotaban de mensajes, tanto en Twitter como Instagram. Al final hubo final feliz y la perra está donde tiene que estar.