El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lanzó duros cuestionamientos al protocolo de mantenimiento del orden público establecido por el presidente Javier Milei y aplicado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en las marchas piqueteras que se han desarrollado esta semana.
“Es una doctrina traída de los manuales represivos de Israel y de Estados Unidos para reprimir y acallar al pueblo”, declaró el mandatario venezolano, en el poder desde el año 2013. Estaba vestido con un uniforme de seguridad en el momento de la conferencia de prensa.
“Es una doctrina para someter al pueblo con paquetes neoliberales, para entregar la soberanía de los países y acallar la voz de los pueblos, como está pasando hoy en la Argentina”, añadió el venezolano.
Cuando apenas ganó Milei el balotaje contra Sergio Massa, Nicolás Maduro también dedicó su tiempo a cuestionarlo públicamente. Vale recordar que años atrás los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner mantuvieron relaciones estrechas con el chavismo.
Milei pretende “destruir el Estado” y quien “quiere destruir el Estado, como Milei, es porque quiere convertir a Argentina en colonia del capital extranjero y en un feudo de los cuatro o cinco multimillonarios que le financiaron la campaña”, declaró Maduro en su programa semanal de radio y televisión.
El gobernante venezolano manifestó que el mandatario argentino “representa “una tremenda amenaza” para América Latina. Además, afirmó que ningún país podría lograr un alto “nivel de desarrollo económico y tecnológico sin un Estado fuerte”.
”Hace falta un Estado pujante, poderoso, fuerte, integrador” para impulsar el desarrollo económico y tecnológico de los países, insistió. Maduro señaló que Milei llega al poder con la intención de imponer en Argentina “un modelo neoliberal, absurdo, radical”, que según él, se asemeja al modelo económico impuesto por el fallecido dictador Augusto Pinochet, quien gobernó Chile entre 1973 y 1990.
Cabe destacar que la Corte Penal Internacional (CPI) está llevando a cabo investigaciones sobre posibles crímenes de lesa humanidad en Venezuela relacionados con el control de manifestaciones opositoras, así como denuncias de tortura.