Los empleados de una conocida panchería del centro de Mendoza vivieron un momento de pánico en la tarde de este domingo. Un hombre, que trabaja cuidando autos, se metió al local y persiguió a los empleados con un palo y golpeó a uno de ellos.
Cabe destacar que no se trata de un tarjetero de la Municipalidad, sino de una persona que, de manera espontánea, les pide una colaboración a las personas que estacionan su vehículo en las inmediaciones.
Este domingo a las 16.10 el hombre ingresó al local de Manso Pancho y les pidió agua a los empleados, que en ese momento estaban trabajando.
Los jóvenes le dieron el vaso de agua y el sujeto se dirigió hasta la puerta, pero cuando estaba por salir comenzó a gritarle cosas al joven que estaba detrás del mostrador.
“Es una persona conocida. Los chicos me contaron que ya había entrado a agredirlos y también lo habría hecho en la pizzería”, explicó la dueña del local a diario Los Andes.
“Parece que cuando se está yendo se enoja. Empieza con las palabras, se vuelve, le pega al chico que estaba atendiendo y después se mete en la cocina”, agrega.
En el video se puede ver al agresor vistiendo una remera de Argentina. Antes de ingresar a la cocina agarra una “mopa” que estaba apoyada en una de las paredes del salón y se dirige a la parte de atrás.
La violenta secuencia continua en la cocina. El hombre persigue al empleado y lo vuele a golpear, pero esta vez con el palo de madera. En un momento rompe la vara con la rodilla y sigue amenazando al joven que intenta protegerse.
El momento de mayor tensión es cuando el agresor agarra un cuchillo que está sobre la mesada, pero lo suelta segundos después. Afortunadamente, el sujeto se detiene y se retira del local solo.
“Trabajamos con miedo”
En dialogo con Los Andes, Sabina aseguró que los comerciantes de la zona trabajan con miedo. “Van muchas personas pidiendo y se enojan, se enojan mucho. Molestan a los clientes, nos escupen”, dijo la comerciante al recordar otros episodios violentos.
“Nos sentimos súper inseguros y la verdad es que trabajo con miedo”, agregó. Los trabajadores de otros locales de la zona han adoptado diferentes medidas para evitar problemas, incluso dejan sus autos a cuadras para no cruzarse con los “trapitos”.
Sobre el episodio del domingo, Sabina contó que mientras el agresor estaba en la cocina del local amenazando al empleado, su compañera salió a la vereda a pedir ayuda.
Una pareja llamó a la Policía y minutos después llegaron los oficiales. Sin embargo, el sujeto ya se había ido. “Los policías le tomaron los datos al chico y después yo hice la denuncia de manera online. Él les explicó todo, pero le dijo que haga la denuncia virtual, yo la hice anoche y después la va a hacer la cocinera porque se quedó con mucho miedo”, dijo.