Dura condena a la mendocina que abusó de su hija, comercializó las fotos y cayó por sus tatuajes de Guns N’ Roses

La mujer recibió una pena de 18 años en un juicio abreviado. Un vecino con el cual intercambia fotos y videos, será juzgado en los próximos meses. ¿Cómo fue la minuciosa investigación encabezada por el fiscal Javier Giaroli que permitió identificarlos por los tatuajes que tenían de la famosa banda de rock?

Los detenidos durante el procedimiento realizado por orden del fiscal Giaroli. / Gentileza Gendarmería Nacional.
Los detenidos durante el procedimiento realizado por orden del fiscal Giaroli. / Gentileza Gendarmería Nacional.

La Justicia condenó a una mujer de Malargüe que fue detenida junto a un vecino por distribuir y comercializar imágenes de contenido sexual de sus propios hijos a los cuales filmaban mientras lo sometían a abusos.

Se trata de un caso que se conoció en abril del año pasado, cuando Gendarmería allanó dos viviendas y detuvo a la pareja que logró ser identificada porque son fans de la banda de rock Guns N’ Roses y este fanatismo sirvió para identificarlos en las imágenes, ya que ambos tienen tatuajes del grupo estadounidense.

Ayer, el juez Rodolfo Luque, durante una audiencia preliminar, homologó la pena de 18 años acordada entre el fiscal sureño Javier Giaroli y la defensa de la mujer, identificada como J. P., durante un juicio abreviado en el cual se declaró culpable de los siguientes delitos: “abuso sexual con acceso carnal agravado, corrupción de menores agravada, producción y distribución de material de abuso sexual infantil agravada”.

Por su parte, su vecino, también imputado por los mismos delitos, prefirió no sumarse al juicio abreviado, por lo cual en los próximos meses será sometido a un juicio oral.

El 11 de abril de año pasado, el fiscal Andrés Giaroli, de la Fiscalía de San Rafael, imputó a ambos por los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado, corrupción de menores agravada, producción y distribución de material de abuso sexual infantil. Luego ordenó el traslado de los dos detenidos desde la Comisaría 24 de Malargüe hasta la Penitenciaría de San Rafael

En ese momento, trascendió que los acusados eran vecinos y que a pesar de la cercanía -vivían a dos cuadras uno de otro- para pasarse las imágenes, el hombre y la mujer usaban LINE una aplicación de mensajería instantánea para teléfonos móviles, PC y Mac. Y justamente en algunas de estas imágenes aparecen los tatuajes con los clásicos revólveres y flores que popularizó la banda de rock a través de las portadas de sus discos y su merchandising. Esto permitió identificar a la pareja.

El fiscal de la causa Javier Giaroli, otorgó la excarcelación previo pago de una caución de $300.000 al médico  Rubén López y los dueños de los geriátricos Renacer, Hugo Oscar Ochoa Silva y Teresa Chaine Salinas
El fiscal de la causa Javier Giaroli, otorgó la excarcelación previo pago de una caución de $300.000 al médico Rubén López y los dueños de los geriátricos Renacer, Hugo Oscar Ochoa Silva y Teresa Chaine Salinas

En los allanamientos realizados por Gendarmería por orden del fiscal Giaroli se secuestraron computadoras y celulares de los dos detenidos, donde había decenas de imágenes y videos del momento en que se realizaban los abusos sexuales.

Una pericia preliminar llevada a cabo por peritos tecnológicos pudo determinar que los acusados participaban de las grabaciones y que sus hijos eran las víctimas. El material audiovisual reveló que cada uno de los imputados abusaba de su propio hijo y que luego se intercambiaban el material, ya sea imágenes o videos, entre ellos.

Una minuciosa investigación

La investigación había comenzado mucho antes, cuando llegaron a la fiscalía sureña 13 reportes de alta prioridad de una organización no gubernamental de Estados Unidos advirtiendo que había intercambio de contenidos de abuso sexual infantil en Instagram y Google de reciente realización. A todos los relacionaba el mismo correo electrónico. En 2018 alguien había usado ese correo en una foto de Instagram y en 2022, alguien usó el correo para subir a la nube gran cantidad de material, a veces hasta de treinta archivos.

Inicialmente se conocía este correo, otros dos correos de verificación y un número de teléfono que había sido dado de baja en 2019, además de un IP, que al ser mapeado terminó que era de alguien de Malargüe.

En el material secuestrado se veían las personas –los dos adultos y las dos niñas, una de dos años y la otra de 9- pero no se sabían sus identidades. Entonces los investigadores analizaron los correos que contenían un apellido y algunas letras. Infirieron entonces que se podía llamar de cierta forma al combinar letras y apellido, algo así como –el apellido es ficticio- “J. E. Pérez”. Con ese dato comenzaron a buscar a la mujer a través de las redes sociales: aparecieron 144 coincidencias en Malargüe.

Empezaron a bajar esa cifra, buscando mujeres con niñas parecidas y se centraron en 15. Una de ellas no tenía mucha información, pero daba dato de su ex marido. En un perfil de Facebook de este hombre vieron una foto de una mujer con un lunar, el mismo lunar que se veía en el material secuestrado. Así dieron con el primer “match”: la identidad de la mujer, que tenía en algunas imágenes un tatuaje con la palabra “Patience” (“Paciencia”, el título de una canción de Guns N’ Roses).

Luego en TikTok detectó un video de la hija, con la misma ropa del material secuestrado por lo que se la identificó: segundo “match”.

Ahora había que encontrar al hombre que le había enviado material con imágenes de otra menor. La pista la dio una imagen subida a la nube, parte de un chat de LINE donde se veía un torso de hombre y un brazo donde se podía ver parte de un borroso tatuaje, el mismo que se veía en una de las imágenes secuestradas, en la que también se veía la cara del hombre y su hija.

Entonces empezaron a buscar perfiles de tatuadores de Malargüe –tuvieron que revisar unos 50 perfiles, en este caso- y dieron con el hombre que lucía varios tatuajes de la banda de rock y la misma musculosa de las imágenes secuestradas. Pero el tatuaje que permitió el tercer “match”, fue ese que se veía parcialmente y que ahora pudieron ver de forma total: El ojo de Horus, un antiguo símbolo egipcio que representa salud, fuerza, prosperidad, sabiduría y la capacidad de renacer espiritual y emocionalmente. En este caso el símbolo lo llevó a ser detenido.

Por último, la identidad de la nena –el cuarto “match”- se estableció a través de dos lunares que tiene en el cuerpo y que aparecen en las fotos y que luego fueron detectados por el Cuerpo Médico Forense.

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