La ineptitud del Presidente

El presidente Alberto Fernández tiene un perfil psicológico inmaduro e inestable, por ello no gobierna, no sabe cómo hacerlo, limitándose a disponer una cuarentena sin fin.

El presidente Alberto Fernández tiene un perfil psicológico inmaduro e inestable, por ello no gobierna, no sabe cómo hacerlo, limitándose a disponer una cuarentena sin fin.
El presidente Alberto Fernández tiene un perfil psicológico inmaduro e inestable, por ello no gobierna, no sabe cómo hacerlo, limitándose a disponer una cuarentena sin fin.

Alberto no sabe cómo salir

Con certeza se puede afirmar que el Presidente ignora cómo salir del atolladero en el que lo colocó Cristina. Carece de convicciones firmes y su ideología peronista lo ubica solamente en el combate al capital y en el populismo. Para combatir al capital tiene que haberlo y para ser populista necesita que haya abundancia. Hoy Argentina tiene muy poco capital –ha sido destruido por décadas de gobiernos mayoritariamente peronistas, y un poco por radicales y militares-. Consecuentemente no hay abundancia y transitamos la novena crisis, quizá la más severa de todas.

No ha gobernado

Nunca administró al Estado y por ende, carece en absoluto de experiencia. Los últimos diez años ha vivido en contradicción permanente consigo mismo y con Cristina, primero criticándola sin piedad y, “designado” por ella candidato a Presidente, no escatimó elogios a su ex enemiga, olvidando convenientemente sus gruesas críticas. Miles de videos acreditan lo que digo y todos los argentinos conocemos. Tiene entonces un perfil psicológico inmaduro e inestable. Por todo ello desde el 10 de diciembre de 2019 no ha gobernado, no sabe cómo hacerlo, limitándose a disponer una cuarentena sin fin. No tiene plan económico porque ignora economía, finanzas, estrategia, táctica, política monetaria, política fiscal y todas las disciplinas requeridas mínimamente para desempeñar una buena Presidencia.

Cristina con todo

Y hoy se agrava la situación porque cambió hace tiempo el rol de Cristina. El 17/12/19 publiqué en Los Andes “Doble comando y Cristina al poder”, reconociéndole a Alberto el cogobierno con Cristina y a ésta, todo el poder. Antes de nueve meses, la señora tiene lo que siempre quiso: todo el gobierno y todo el poder. Alberto “figura” como Presidente pero hace y dice lo que ella quiere. Las ponderaciones a Hugo Chávez, Rafael Correa, Castro y otros ex presidentes socialistas, más el copamiento de camporistas en numerosos cargos indican la no oculta cristinización del gobierno. La soberbia de la Vice y su necesidad imperiosa de lograr para sí y sus hijos plena impunidad, así lo requieren. Entonces el plan cristinista es simple pero más destructivo aún por el caos económico, monetario y fiscal que azota al país.

Crisis caótica

Argentina, sin credibilidad interna ni internacional, carece de dólares y reservas necesarias en el BCRA. Oficialmente posee u$s42.400 millones pero descontados papeles, títulos y hojarasca financiera, la realidad es de u$s3.000 millones. Casi 50% de inflación, 13,5% de desempleo, 40% de pobreza, tasa de interés promedio del 40% anual y estanflación (inflación con recesión) para coronar este desquicio. Brasil, nuestro vecino que resume lo que es el primer mundo, aún con pandemia, ostenta u$s347.000 millones de reservas netas, inflación del 1,7% anual y tasa de interés del 2% anual. Según los índices de Maddison Projet Database el PBI per capita argentino es el mismo que el de la década del 70, 50 años atrás, y la descapitalización del país es abrumadora.

Sin capital y sin dinero fuerte, Cristina sigue ciegamente a su economista de cabecera, Mercedes Marcó del Pont, Presidente de la AFIP: emitir porque, según su asesora, no es inflacionario. Se estima que la emisión llegará a fin de año a los dos billones de pesos, dos mil millones de millones, con lo cual la inflación continuará con rapidez su ascenso y la depreciación del peso. El gasto público y político no se detendrá y por ende el déficit fiscal seguirá la misma suerte.

La solución cristinista

¿Cómo enfrentará Cristina todo este aquelarre? Con más impuestos. Para ello cuenta con su incondicional Carlos Heller y con Máximo, quien acaba de pedir y obtener de la justicia ahora benevolente, su eximición de impuestos por Los Sauces y Hotesur y las propiedades en intervención judicial. Ambos presentaron el proyecto de gravamen a las grandes fortunas, inconstitucional como numerosos impuestos, por confiscar capital. Es obvio que ellos no lo pagan. Con un toque sentimental lo presentan como una contribución “solidaria”. ¿Con quién, con el pueblo argentino?

Por supuesto que no. Lo es con los gobernantes y políticos, para que puedan seguir cobrando fortunas en sueldos, prebendas y corrupción porque los contribuyentes, muchos fundidos por la pandemia y por las políticas devastadoras desde Perón en adelante, no pueden seguir cargando con estos tributos ni esta presión tributaria.

El destino de esta carga será el populismo tal como lo propician los admirados de Cristina, Ernesto Laclau y su esposa belga Chantal Moufee en su “Hegemonía y estrategia socialista”, seguidores a su vez del politólogo socialista post marxista italiano, Antonio Gramsci (1891/1937). No me equivoqué cuando en trabajos anteriores califiqué a la ideología cristinista kirchnerista como populista de raíz post marxista. Este es el pensamiento que votó el pueblo en 2019 y que casi perfilando los finales del 2020, está en plena pero solapada vigencia.

Queda todavía tres años y un tercio de mandato, con elecciones de medio término en 2021. La democracia no admite otra interrupción del gobierno que no sea al finiquito del plazo, la derrota en las urnas, aunque Cristina no crea en la democracia. Además debemos exigirles el respeto a la Constitución, a las Instituciones, a la división de Poderes, a la Justicia independiente, a que el Congreso trabaje. La rectificación de las políticas populistas socialistas marxistas mediante la elección de legisladores de una sana oposición, sin Macri obviamente.

Mientras tanto roguemos a Dios que nos preserve de los males que nos acechan, si no tomamos las medidas que legal y constitucionalmente corresponden.

*El autor es Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales.

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