“Todos pueden seguir la corriente. Pocos, enfrentarla”.
En nuestra heroica gesta institucional del 25 de Mayo, tuvo relieve una figura no siempre reconocida en su destacada actuación como parte de la milicia denominada “Los Chisperos”: El General Domingo French.
Parecería que aludir a French y Beruti, es como mencionar a esos hermanos siameses que nacen juntos y ya, ni la ciencia puede lograr separarlos. Pero esa es la versión repetida de nuestra historia y otra cosa puede ser la realidad. Porque tanto Antonio Luis Beruti como Domingo French, tuvieron ¡y de qué manera!, personalidad propia. Pero hoy me ocuparé solamente de French.
A Domingo French, le ocurrió lo mismo que a algunos grandes escritores, que muchos los mencionan, pero no todos los han leído, ni conocen su trayectoria. Tal sería el caso de nuestro querido Jorge Luis Borges, por ejemplo.
Y a French, que no fue escritor, le ha sucedido en general, lo mismo. Se lo nombra, asociándolo con el hecho de ser con Beruti, el creador de la escarapela. Un símbolo. Pero fue mucho más que eso.
Nació dos años antes de la emancipación de los EE. UU., que fue en 1776, porque vio la luz en 1774.
Contaba 20 años, cuando Buenos Aires, que era, en aquel tiempo, la Capital del Virreynato del Río de la Plata, tenía sólo cuarenta mil habitantes. French, fue inicialmente cartero.
La población no era muy grande y de ella sólo un pequeño porcentaje sabía leer y escribir.
En consecuencia el trabajo era mínimo. Sólo hacía falta seriedad y corrección. Y lo designaron a French para el cargo, con lo que se constituyó en el primer cartero de la nueva Nación y el único en ese momento.
Con los sucesos de 1810, participó en las reuniones secretas previas al Cabildo Emancipador. En Mayo, junto con Beruti, acaudilló a jóvenes que se denominaron “Chisperos”. Los instruyó para que presionasen a los cabildantes y se animaran a separarse del gobierno de España, dominada en ese momento por Napoleón Bonaparte, a través su hermano.
Fue así cuando acaeció el histórico reparto de cintas de colores (celeste y blanca), similares a los que empleaban los del Regimiento Patricios, para identificar a quienes se adherían a la Revolución que se veía venir.
Ya instalada la Primera Junta, ascendieron a French a Coronel y debió partir a Córdoba, con una penosa misión. Le tocó encabezar el pelotón de fusilamiento que ejecutaría, en Cabeza de Tigre, a 5 conjurados, entre ellos quien había sido su jefe en la Reconquista de Buenos Aires: Santiago de Liniers, por el que sentía un gran respeto y aprecio personal.
Media hora antes de la ejecución, French se acercó a la celda de Liniers y sólo atinó a decirle: Perdón!, y las lágrimas le impidieron pronunciar alguna palabra más.
Tiempo después, nuestro hombre escribió por el fusilamiento a Liniers –”Entre mis sentimientos, por un lado, y mi respaldo a la patria naciente, no podía dudar, Liniers estaba contra la Revolución de Mayo”.
Después, circunstancias políticas, hicieron que Pueyrredón lo desterrase a French por dos años, a los EE.UU. El mismo Pueyrredón, lo indultó posteriormente y fue ascendido a General. pedido de Belgrano; que desde Rosario reclamaba un distintivo para sus tropas.
Después, circunstancias políticas, hicieron que Pueyrredón lo desterrase a French por dos años, a los EE.UU.El mismo Pueyrredón, lo indultó posteriormente y fue ascendido a General.
A los 45 años, abandonó el servicio activo e incursionó en la política. Moriría 6 años después, a los 51 años, en junio de 1825.
Hoy, su nombre es recordado en calles de numerosas ciudades argentinas, incluso en la Capital Federal, en el Barrio Norte, específicamente.
También se denomina Domingo French, a una estación ferroviaria y a una localidad del Partido de 9 de Julio en la Provincia de Buenos Aires.
Ya en pleno siglo XX, una resolución del Consejo Nacional de Educación de 1935 –un poco demorada diría- instituyó el 18 de mayo de cada año, como Día de la Escarapela Nacional.
Justa reparación y homenaje, a un hombre que sobrepasó su propia sombra. Que quizá creyó que estaba predicando en el desierto. Pero aún así, siguió predicando...
Y un aforismo final para Domingo French. “Los elegidos no sólo mostraron la realidad. También ayudaron, a modificarla”.