¿Cuáles son los verdaderos objetivos de Cristina 2022 y 2023? El mismo que hace años, la impunidad para ella y su familia y ahora la renuncia de Alberto, asumir la Presidencia y abolir y sustituir la democracia por una autocracia, que presidiría ella por supuesto.
La elección de Alberto Fernández
En 2019 ella, para su impunidad, debía acceder a la Presidencia de la Nación. Pero no tenía los votos para ser elegida y debió recurrir a un candidato sin dignidad, que lo pudiera manipular y que durante el mandato cometiera tantas torpezas que ella se viera “obligada” a enfrentarlo. Es así como eligió a Alberto Fernández, quien durante 10 años antes de la Presidencia trató de desprestigiarla y nadie se explicaba esta elección. Pero ella lo tenía muy claro. Si Alberto aceptaba incurría en dos causales de indignidad. La primera, que un Presidente aceptara ser elegido por una Vice, antidemocrático y absurdo, y la segunda, que después de todas sus críticas aceptara la propuesta sin importarle el retracto. ¡Jugada magistral dijeron sus incondicionales! ¡Otra indignidad perversa dijo el 70% que no la tolera!
Si la gestión de Alberto resultase buena, imposible, el mérito sería de ella por haberlo elegido. Si fuese mala el Presidente cargaría con todas las consecuencias. Habiendo resultado esto último, de acuerdo con Máximo, comenzó a erosionar la gestión presidencial de modo de crear una oposición dentro del oficialismo.
Los dilemas de Cristina
Nunca imaginó que Alberto resultaría tan pésimo en la Presidencia. Esto le trastocó todo su plan maquiavélico. Pudo caer solo, lo que la obligaría a asumir la Presidencia. Populista y demagoga, sin dólares, sin capital devorado por una inflación indominable, sin inversiones, sin apoyo del mundo, con todo adverso, sería su total fracaso. Su soberbia no se lo permitiría. Pero necesita impunidad y no le alcanza con un cargo legislativo porque no tendría el poder del Ejecutivo y ella lo necesita para que la preserve de la prisión efectiva y le permita sustituir la democracia por una autocracia que la presida. Lograría así un Poder Judicial subordinado al Ejecutivo, la eliminación de la separación de poderes con su control recíproco y un Congreso sin oposición minoritaria. Ella sostiene que la teoría de Montesquieu, Carlos Luis de Secondat, es arcaica, del siglo XVIII. El Congreso debe ser del Ejecutivo y la Corte Suprema con miembros elegidos no vitalicios. Hoy se integra con 4 personas y es inadmisible que controle a 50 millones.
Según arts. 90 y ctes. de la Constitución, ella puede continuar otro período de 4 años como Vice o sucederlo a Alberto pero solo por esos 4 años, 2023 a 2027. Debe resolver su futuro inmediato. Si no lo hace tendría que decidirse por el exilio en Cuba, sin tratado de extradición con Argentina, única forma entre muy pocas para preservar su impunidad.
El riesgo mayor de Cristina
Todo tiene su costo y su riesgo. Pero hay uno que Cristina lo sabe y no quiere afrontar. Estamos a un año y medio del 10/12/2023 y pensamos –ella también- que este pésimo gobierno de Alberto es tan malo que puede precipitar su caída y la de ella. La inflación puede transformarse en una híper de 4 dígitos y de ahí a la debacle total hay un solo paso. Si sigue torpedeándolo asume el riesgo de una caída violenta. Si no lo hace puede llegar en pésimas condiciones ella y el país. Los argentinos ignoran qué sucederá, no ya a fines de 2023 sino ahora. Pero se produjo un hecho nuevo que precipitó una resolución de Cristina que debió ejecutar Máximo: que renunciara a presidir su bancada en protesta por el acuerdo con el FMI. Este exige un ajuste de modo que se vería impedida de continuar su populismo y esto no lo puede aceptar.
Entonces ahora en un hecho sin precedentes exige la renuncia de Alberto, su Presidente, porque este quiere el ajuste. Y en un año deberá subordinar a la Corte, al Consejo de la Magistratura y al Poder Judicial, con lo cual habrá terminado definitivamente con la democracia y el país.
¿Y la oposición dónde está?
No está, lo cual es indignante porque de continuar en esta parálisis será corresponsable de la caída del país. En un otra nota propicié el juicio político para el Presidente y la Vice, respetando todas las vías institucionales. La oposición siguió paralizada en actitud irresponsable. Y ya no tiene tiempo. Debe actuar de inmediato.
Si Cristina logra su objetivo, consolidará un Estado totalitario, populista y neo marxista. Sabe que es su última chance. Sus años y el pueblo mismo no admitirán de nuevo esta aventura que tiene origen en su mente perversa. Engrosaríamos la lista de naciones autoritarias con Cuba y Venezuela al frente, por las que la Vice siempre ha demostrado predilección.
¿Y qué pasará con los Dady Brieva, los Grabois, la Cámpora, los dirigentes kirchneristas y gremiales y ese núcleo que aplaude todo lo que hace Cristina y la apoya en las elecciones? La seguirá adonde ella quiera porque son ciegos. Nuestro ejemplo cercano es Anabel que es su más fiel discípula y cumple con todas las misiones que le encomienda, sin importarle su costo, gravedad ni el desprestigio que provocan en una mujer tan joven.
Por eso Alberto no puede continuar más en el poder. Cualquiera sea la dificultad que ella encuentre ya se las arreglará para sortearla. Recuérdese cuando impidió el ingreso de Luis Juez al Consejo de la Magistratura desdoblando el bloque K del Senado, que fue festejado por sus iguales como una genialidad.
¡Es de peligrosidad extrema!
*El autor es Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales