Un curioso caso ocurrido en Indonesia ganó relevancia mundial en los últimos días por lo particular de sus hechos. Es que, a los doce días de contraer matrimonio con quien pensaba era su alma gemela, un joven descubrió que su “esposa” era un hombre vestido y maquillado como mujer.
El amor no conoce de barreras, idiomas ni prejuicios. Cuando el flechazo de cupido encuentra su objetivo, el individuo es cegado por un sentimiento profundo y, en ocasiones, son fútiles los intentos de familiares o amigos de hacer entrar en razón a una persona sobre alguna característica inusual de sus parejas.
Por fortuna, un joven de Indonesia pudo ser “salvado” de una relación que, desde un primer momento, ya era sospechosa.
Según precisaron medios locales, el indonesio identificado como “AK” conoció al amor de su vida por medio de internet. Tras hablar con ella en varias oportunidades, el joven se enamoró completamente y decidió concretar un encuentro en persona.
Allí, AK notó “ciertas peculiaridades” en su pareja. Una de ellas fue que la joven, Adinda Kanza Azzahra, evitaba mostrar su rostro por completo y se tapaba con hijabs o un velo. No obstante, la cita salió tan bien que el enamorado no le dio importancia y, al poco tiempo, le pidió matrimonio.
Adinda aceptó con una condición, que la unión no fuera registrada por el hecho de que su madre había muerto tiempo atrás y a su padre no lo veía hace años, motivo por el cual ella no tenía familiares para invitar a la ceremonia. AK accedió y ambos se casaron en la aldea de Wangunjaya.
Casi una semana después, ya de luna de miel, el indonesio quiso consumar el acto pero Adinda se mostraba reacia. A esto se le sumaba otra particularidad, el hecho de que la joven quería evitar el contacto con la familia de su esposo.
Los allegados del joven comenzaron a sospechar y, tras llevar a cabo una investigación, encontraron al padre de Adinda, quien reveló que ella era en realidad un hombre identificado como “ESH”. Con esta información, acudieron a las autoridades locales y el estafador confesó que “quería robarle dinero a la víctima”
“Cada vez que ESH pedía dinero, siempre lo conseguía. Ahora el autor ha sido acusado en virtud del artículo 378 del Código Penal y se arriesga a pasar hasta cuatro años en la cárcel”, precisaron medios de Indonesia.