Mendoza adhiere al #ParoDeMujeres #8M

Nuevas modalidades de acción, redes sociales y periodismo de género son algunas de las estrategias convocantes para parar en lugares de trabajo y en los hogares en 50 países.

Este 8 de marzo no es un día internacional de la mujer más en el calendario.

El llamado mundial a un paro de mujeres que alcanzará a 50 países alrededor del mundo y reunirá a millones de mujeres de diferentes latitudes reclamando por los derechos que nos faltan le devuelve a la jornada su matiz político e internacionalista de los orígenes.

Como sabemos, el movimiento de mujeres organizado confluye cada 8 de marzo para hacer balance acerca de lo conseguido y de lo que falta en el camino de la conquista de derechos para todas.

Lejos de un festejo con regalos, bombones y flores que nos adornen, las mujeres hemos transitado más de un siglo de avances y retrocesos que nos permiten hoy organizarnos de una manera que pasará a la historia por su carácter multitudinario, novedoso, amplio y por qué no, complejo en su diversidad.

Argentina y Mendoza: #NosotrasParamos

En Argentina más de 100 asambleas han sesionado durante un par meses de manera intensa, horizontal, democrática, a lo largo y ancho del país. Se han acordado demandas, se han consensuado reclamos y modalidades para un paro que si bien será de 24 horas, encontrará entre las 12 y las 13, exactamente a mediodía, su pico más agudo de acatamiento en los distintos lugares de trabajo, desde el sector público al privado, en las escuelas, universidades, en los medios de comunicación, en los hogares.

En Mendoza, alrededor de 60 organizaciones conforman la Asamblea de Mujeres nucleando a colectivas feministas, agrupaciones de mujeres de partidos políticos, sindicatos, feministas autoconvocadas, autónomas, académicas y periodistas. Algunos de los reclamos locales más importantes son la visibilización del trabajo de las mujeres, el deterioro en las condiciones laborales del último tiempo, el reconocimiento de las tareas de cuidado, limpieza y cocina al interior del hogar como trabajo reproductivo, una vida libre de todo tipo de violencias, el ejercicio pleno de los derechos sexuales y reproductivos, la aplicación de la ley de educación sexual integral en todas las escuelas, la paridad en los cargos públicos y políticos y una mujer con perspectiva de género en la corte suprema de Mendoza.

#MujeresEnHuelga ¡en las redacciones!: Por una comunicación no sexista

Cuando hace poco más de un siglo Clara Zetkinpropuso el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora lo hizo en el marco del Congreso Internacional de Mujeres Socialistas, de manera presencial y ante un puñado de mujeres cuya tradición enarbolaba el trabajo como valor y como derecho, también para las mujeres. Cien años después las mujeres debatimos en acaloradas asambleas, marchamos por las calles reclamando que dejen de matarnos y nos organizamos globalmente a través de las redes sociales. Efectivamente, las plataformas digitales han cobrado un rol fundamental para la militancia feminista permitiendo que tanto las relaciones regionales como las internacionales se profundicen y ensanchen, llegando a extender lazos que de otra forma no podrían estrecharse.

En Argentina, el caso del colectivo #NiUnaMenos, conformado por un grupo de periodistas feministas en 2015, con motivo del crecimiento del número de femicidios es un ejemplo de lo que la militancia en las redes sociales puede hacer. En aquella oportunidad, la acción generada inicialmente en Facebook trascendió la plataforma virtual y finalizó en una multitudinaria convocatoria nacional en más de 200 ciudades en las diferentes provincias el 3 de junio de ese año que quedó identificada en el calendario, precisamente, como la Marcha por #NiUnaMenos. La siguiente acción, generada por el mismo colectivo, también a través de las redes, fue el paro de una hora, organizado para el 19 de octubre de 2016 con motivo delfemicidio de Lucía Pérez, replicado en la mayoría de los países de América Latina. Ese paro, seguido de movilizaciones masivas bajo el lema #VivasNosQueremosen todo el territorio nacional, luego de una semana en la que se produjeron además de la represión en el Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario, sietefemicidios, es hoy considerado antecedente directo de este paro mundial de mujeres.

Además de Facebook, Twitter es una herramienta poderosa a la hora de activar e instalar los temas en la agenda pública. El 22 de febrero, las mujeres organizadas convocaron a un twittazo mundial conectando a los países miembros de la coordinación internacional del paro, 40 en ese momento. Según señala Claudia Laudano, activista feminista y especialista en género, “en Argentina, a pesar de que Twitter no es una plataforma tan extendida para las activistas del movimiento de mujeres y feministas, comparada con Facebook, el hashtag principal en español, #MujeresEnHuelga, logró posicionarse como tendencia por más de 6 horas, según las mediciones de las empresas especializadas”. La experiencia del twittazo fue replicada el viernes 3 marzo de 11 a 13 bajo el lema #El8MParo porque, #DijeBasta y “Nos sobran motivos para parar y los compartimos en las redes”.

Cuando sabemos que la violencia mediática predomina en las redacciones de los medios, en su organización interna y en los contenidos que se producen no resulta difícil entender que solamente el 24% de las personas que se ven en las noticias son mujeres;que existe un techo de cristal para las periodistas que firman sus artículos en los diarios y hacen los reportajes en noticieros de TV ya que sólo el 37% de las historias son contadas por mujeres; que las fuentes de las noticias son mayoritariamente varones; que las mujeres aparecen sobre todo en noticias sobre violencia, en policiales o asociadas a la venta de artículos de consumo o placer sexual.

Como vemos, el periodismo de género ha desplegado un abanico de estrategias en su lucha contra la violencia mediática pero aún queda un largo camino por recorrer. Este #8Marremete con consignas como #MujeresEnHuelga ¡en las redacciones!y llamados diversos a las trabajadoras de los medios, interpelándolas desde el quehacer cotidiano: las voces y las firmas que continúan siendo masculinas; la distribución sexual del trabajo en las tareas profesionales y las de cuidados, la precarización laboral, las fuentes de consulta, las caras y el prestigio en los cargos de edición y dirección en las salas de prensa.

Los femicidios no cesan en nuestro país. Para marzo de 2017 ya hemos superado el promedio de 2016: muere en Argentina más de una mujer por día sólo por ser mujer. El trabajo activista de las mujeres organizadas visibilizó la violencia machista erigiéndose así como problema social. El periodismo de género, a través de las redes de periodistas y de colectivos organizados como #NiUnaMenos han potenciado el poder transformador del movimiento de mujeres instalando en el espacio público -en la calle y en el ciberespacio- las demandas renovadas de las mujeres del siglo XXI. Este #ParoDeMujeres, internacional, enredado y solidario es el resultado de una acción política diferente, trasnacional, superadora de las lógicas tradicionales de la militancia que conocimos y de cara a lo que viene.

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