Si buscás aliadas no sólo para cuidar tu rostro del sol, sino para hidratar tu piel, prevenir arrugas y modificar tu apariencia de cansancio o edad, las mascarillas deben estar en el top de tu lista.
La doctora Mariana Daniele (cirugía plástica, estética y reparadora, mat 9447), y especializada en el tema, precisó la diversidad de opciones y su uso según el caso. Si querés lucir increíble, no dejes de leer esta nota.
Máscaras faciales
Como apunta Daniele: “Las máscaras, de acuerdo a la sustancia que contengan, cumplen distintas funciones tales como limpiar o descamar la piel, eliminar la grasitud, hidratar, tensar, descongestionar y descansar o relajar. Por eso es muy importante, antes de elegir una, que podamos realizar un buen diagnóstico de la piel y tener en claro qué resultado se quiere obtener con su uso. Siempre es beneficioso en pieles de esas características combinar la máscara con tratamientos de gabinete, como el drenaje linfático manual”.
La clasificación y problemas, según apunta la cirujana, son:
Las diversas clases
Purificantes o limpiadoras: Eliminan los brillos desagradables. Por lo general contienen activos astringentes y derivados de la arcilla. Son excelentes para cerrar los poros dilatados.
Exfoliantes: Están formuladas a base de sustancias que ayudan a eliminar las células muertas. La piel queda renovada y luminosa.
Hidratantes: Forman barrera para retener la humedad. Están formuladas con ingredientes como la miel y otras sustancias capaces de aportar agua. Se indican en pieles secas con pequeñas arrugas.
Nutritivas: Aportan nutrición extra, luminosidad y confort. Contienen sustancias grasas que favorecen la retención de agua, son anti-age. Por lo general adicionan vitamina E.
Tensoras: Dan a la piel un aspecto descansado. Sus efectos son inmediatos. Es el lifting de las máscaras.
Descongestivas: Tienen activos que calman la piel. Indicadas para aplicar después de cualquier tratamiento agresivo como peeling o láseres. Son efectivas en pieles con rosácea o rojeces.
Tipos de problema
Flaccidez facial: "Hay activos que mejoran o previenen la flaccidez cutánea ya que favorecen la síntesis de colágeno y elastina. Entre ellos están el DMAE y la vitamina C. Es aconsejable usarla también en zona de cuello y escote".
Cutis sensible o rosácea: "Se recomienda una máscara descongestiva con activos a base de hammamelis, malva, tilo, aloe vera, manzanilla, etc".
Piel grasa y acné: "Conviene usar máscaras astringentes, que ayuden a regular la secreción sebácea".
Cutis con fotoenvejecimiento: "Existen infinidad de activos para recuperar una piel con signos de envejecimiento. La mayoría de las máscaras anti-age, regeneradoras y antioxidantes, poseen ADN, ácido hialurónico, vitaminas A, E, C, colágeno, elastina, manteca de karité, coenzima Q10, aceite de germen de trigo".
Piel deshidratada: "Una máscara de hidratación intensiva, con activos como aceite de aguacate, aloe vera, extracto de pepino y vitaminas E y C, puede devolverle a la piel su aspecto liso y aterciopelado".
Piel con impurezas: "Requiere una máscara con efecto peeling que limpie en profundidad la piel, elimine las células muertas y las acumulaciones de sebo. Se recomiendan aquellas que contengan extractos de piña, papaya, kiwi y vitamina A".
Principios activos y efectos
Azuleno: Es descongestiva e hidratante, otorga confort y relax a la piel. Indicada para pieles sensibles.
Caviar: Sus extractos otorgan gran luminosidad. Es anti-age, reafirmante y mejora la elasticidad de la piel.
Chocolate: Tiene poder antioxidante, revitalizante e hidratante. Contiene flavonoides, proteínas, minerales como el potasio, fósforo, cobre, hierro y magnesio. También vitaminas A, B, C, D, E, K y B1.
Cobre: Favorece la producción de colágeno, tiene acción anti bacteriana, antifúngica y antiviral. Es cicatrizante, tensora y aporta firmeza.
Colágeno: Hidrata e ilumina. Indicada para disminuir las pequeñas líneas y afirmar la piel.
Diamante: Es descongestiva, refrescante, hidratante, humectante y reparadora tisular. Ideal para pieles enrojecidas o congestivas.
Dimetiletanolamina: Estimula la producción de colágeno y de elastina. Mejora la firmeza de la piel.
Oro: Atenúa las líneas finas de la piel, otorga un tono uniforme y suma luminosidad. Se usa a partir de los treinta años. Tiene poder antioxidante y anti-age, es antiinflamatoria y estimulante celular.
Selenio: Es nutritiva, mitiga la inflamación producida por rayos UV y tiene efecto antioxidante.
Té verde: Es descongestiva y antioxidante. Previene y retarda el envejecimiento cutáneo.
Vitamina C y ácido hialurónico: Sirve para hidratar la piel, es anti-age y antioxidante.
¿Cómo y cuándo aplicar una máscara?
Como destaca Daniele: "Hay que limpiar la piel en profundidad, y extender una capa generosa del producto, evitando el contorno de ojos y los labios. Dejarla actuar 15 ó 20 minutos, para favorecer la acción de los activos y su penetración. Retirar con esponja suave humedecida en agua tibia o fría. Por otro lado, la frecuencia debería ser de una vez por semana o cada 15 días".
¿Por qué aplicarte mascarillas?
Explica la especialista: se presentan en forma de geles, silicatos, polvos, arcillas, bentonitas o caolín. Algunas son cremosas (con vehículos grasos). Estas son oclusivas, humectantes y lubricantes. A este tipo de máscaras se les pueden agregar extractos vegetales, vitaminas o ceramidas para potenciar su efecto.
Las máscaras son también un excelente broche de los tratamientos hidratantes y de las limpiezas de cutis.
Es ideal para quienes presentan signos de cansancio sobre todo después de los 40.
La mascarilla de caviar se aplica para mejorar el aspecto general de la piel. Tiene vitaminas A, E, F, B12 y K que hidrata, reafirma y reduce líneas de expresión, mejora la fatiga y regenera la epidermis.
Sugerencias según el tipo de piel
Las máscaras faciales son excelentes para mantener una piel joven. Además de ser placenteras y relajantes para el rostro aportan la dosis concentrada de principios activos.
Piel normal: En este caso el objetivo es que la piel esté siempre bien hidratada, es conveniente usar una máscara a base de vitamina A, C y E.
Piel seca: Se requieren máscaras hidratantes con liposomas de vitamina E que aportan humectación. Tonifican y revitalizan los tejidos de la piel.
Piel grasa: Se evitarán las máscaras cremosas, deben aplicarse a base de geles con extractos vegetales que dan a la piel una agradable sensación descongestiva y relajante.
Piel mixta: Por presentarse una zona grasa y otra seca, se coloca una máscara en gel con extractos vegetales, oligoelementos, y aloe vera.
Máscara de colágeno: Esta máscara es para todo tipo de piel. Mejora el aspecto general de la piel: rehidrata, aumenta la turgencia de la piel y disminuye las arrugas.
Desde la cosmiatría
La cosmetóloga y maquilladora profesional Silvia Margoni apunta opciones de máscaras termales.
"Lo más importante es acudir a una profesional de la estética (que no es lo mismo que una promotora) para determinar qué tipo de tratamiento necesita la persona", indica la cosmetóloga.
Tres sugerencias de la especialista:
1. Máscara Lifting termal (con ácido hialurónico, colágeno y polifenoles de uva). "Indicada para todo tipo de piel y para usar todo el año. Contiene propiedades tensoras, reafirmantes y anti-vejez. Estimula además el colágeno y la elastina. Ideal para las líneas de expresión. Para uso en gabinete.
2. Máscara de fango termal. Beneficios: limpieza profunda, rejuvenecimiento e hidratación.
"Ideal para tratar la seborrea, poros dilatados, manchas, alopecías, flaccidez y celulitis. Para uso en gabinete y domicilio durante todo el año.
3. Jalea termal reguladora. Con agua termal, manzanilla, té verde y urea. Contiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
"Es hidratante, descongestiva y seboreguladora. Recomendada para todo tipo de piel. Apta para todo el año. Para uso en gabinete y domicilio todo el año".