Las 10 islas paradisíacas que hay que conocer

Algunas ofrecen atardeceres inolvidables. Otras deben su fama a esas playas en las que todos soñamos estar alguna vez por su arena blanca y fina y sus aguas transparentes y turquesas.

Algunas se diferencian por la naturaleza, incluyendo la posibilidad de observar fauna como en ningún otro lugar del mundo.

En tiempos en que algunas islas y playas “cierran” sus puertas por contaminación y sobreabundancia de turistas  -como Boracay en Filipinas o Maya Bay en Tailandia-, elegimos algunos destinos imperdibles.

En medio del océano Pacífico, alejado de cualquier otro punto habitado del planeta, este destino pertenece a Chile. Está a 3.700 kilómetros del continente.

Tiene 5.000 habitantes y un único centro urbano: Hanga Roa.

Todos llegan a este destino buscando conocer un lugar remoto del planeta y sus imponentes y misteriosas figuras de piedra: los moai, parte de la cultura rapanui.

Hay playa, sí, pero no es el punto más fuerte de la isla. Anakena, por ejemplo, combina playa de paisaje paradisíaco con un ahu (plataforma ceremonial) donde estar cara a cara con los moai. Toda la isla es una gran reserva natural y cultural (www.chile.travel).

En Fernando de Noronha está una de las playas más famosas del mundo: Baia do Sancho, en donde sólo admiten hasta 420 personas por día.

En Ecuador, Galápagos es ideal para amantes de la naturaleza, aquellos a quienes les fascina la vida silvestre, la observación de fauna y también para los interesados en entender algunos de los misterios de la evolución.

Aquí no hubo presencia de humanos hasta el siglo XVI y ahora, con infraestructura turística, la gente llega para ver las famosas tortugas de más de 100 kilos y un metro y algo más de largo que, con su paso calmo, recorren las islas.

Además, hay leones marinos, pingüinos y volcanes en actividad. Un reducto donde la naturaleza sobrevive y se muestra de manera explosiva. (www.ecuador.travel).

Fernando de Noronha

Se sabe, el nordeste de Brasil tiene playas llenas de magnetismo. Entre ellas, las de la isla Fernando de Noronha, de 17 km2 de superficie, ubicada en el Océano Atlántico.

Es una isla de origen volcánico, a 500 kilómetros de la costa de Pernambuco.

Con paisajes idílicos, conviene saber que no es una playa de resorts all inclusive para echarse panza arriba. Es un lugar para recorrer y disfrutar de sus playas, flora y fauna.

Abundan los acantilados y por ello, para llegar a algunas playas, se requiere trepar por escaleras de piedra. Frente al esfuerzo, la isla depara buceo entre peces de colores, tortugas marinas y hasta 7 especies de tiburones.

Una de sus playas, en Baia do Sancho, suele figurar entre las mejores del mundo. El ingreso está restringido y sólo acceden hasta 420 personas por día (www.noronha.pe.gov.br).

Islas Caymán

Este conjunto de tres islas está a una hora de vuelo desde Florida (Estados Unidos) y seducen con sus playas (Seven Mile Beach, en Gran Caimán, es una de las más renombradas del Caribe, por ejemplo), su cuidada gastronomía, sus excelentes oportunidades de buceo y algunas excursiones que son parte de su identidad, como en Stingray City, donde se puede nadar con rayas gigantes.

En Grand Cayman, la más concurrida de las islas, hay de todo para hacer: buceo en los arrecifes artificiales junto a distintos barcos hundidos, ir de compras o simplemente recostarse en una hamaca a disfrutar del paisaje.

Además hay museos, resorts y 150 restaurantes de cocina internacional y locales especializados en platos autóctonos (www.caymanislands.ky).

Santorini

Ubicada en Grecia, Santorini es una de las 56 que conforman el grupo de las famosas Cycladas en el mar Egeo.

Ya famosa en la antigüedad, la isla sufrió una catástrofe volcánica en el 1500 aC. cuyo rastro hoy se puede ver en sus formaciones rocosas desordenadas.

En Firá, su capital, la postal más famosa es la de calles empedradas que zigzaguean por las laderas y las iglesias de cúpulas azules que se destacan entre las paredes blancas del resto de las construcciones. Y un fondo único: el mar azul. (www.visitgreece.gr).

En el mar Adriático y con menos de 12.000 habitantes, Hvar atrae por su belleza.

Esta pintoresca isla de Croacia, de estilo mediterráneo, tiene una flota de barcos pesqueros, yates y veleros imponente; un casco histórico deslumbrante y, aunque no lo crean quienes no la conocen, huele a lavanda y romero (especies que allí predominan).

Imperdibles: la catedral, el fuerte del siglo XVI, el teatro de 1612 y el monasterio de los franciscanos, del siglo XV.

Para los que buscan intensa movida nocturna, éste es su lugar (www.tzhvar.hr/en).

Seychelles

En el Océano Índico, al noreste de Madagascar, el archipiélago Seychelles está compuesto por más de 100 islas.

Hay avistamientos de aves, fuerte movida de surf y la fauna subacuática deslumbra a los que se animan a bucear.

Las playas encandilan la mirada con el mar azul, la arena blanca y abundante vegetación en el entorno (www.seychelles.travel)

Bali

Con casi 6.000 km2 de superficie, Bali es el destino turístico más importante de Indonesia. Entre flores, aves exóticas y cañas de bambú, Bali combina deleite visual con experiencia espiritual.

Hay templos imponentes y playas encantadoras como Nusa Dua, que tiene hoteles de alta gama y grandes centros comerciales; Suluban, por su parte, es la meca del surf; y en Kuta hay una fuerte movida joven y buena oferta gastronómica (www.balitourismboard.org).

Un conglomerado de más de 300 islas componen la República de Fiji.

Los viajeros que llegan hasta aquí son recibidos con un amable bula, la popular forma de dar la bienvenida.

Buena atención y excelente carácter de los pobladores son dos de las características que más agradan a los visitantes, que disfrutan de veladas románticas en la playa y estadías en lujosos hoteles (los eco-resorts, un clásico), naturaleza, buceo, paseos embarcados y canopy.

Su oferta cultural y gastronómica combina tradiciones de los pueblos originarios, indios, chinos y europeos. Destino exótico y fascinante perdido en medio del océano (www.fijime.com).

Parte de la Polinesia Francesa -cuya capital es Tahití-, Bora Bora es es la más famosa de las 118 islas.

Se caracteriza por el monte Otemanu, una exuberante vegetación verde y una laguna turquesa y protegida del mar abierto por arrecifes e islotes (motus).

La laguna, con rayas y peces de colores, es el lugar indicado para hacer snorkel. Muy cerca de ese sitio están las lujosas habitaciones sobre pilotes y pisos transparentes de varios hoteles de alta gama, como para que la vista al paraíso sea permanente mientras uno esté allí (www.tahiti-tourisme.cl).