"Florencia Fossatti fue uno de los arquetipos de mujer que, a principios del siglo XX, perfiló su personalidad sobre la base de su inteligencia, solvencia intelectual y sensibilidad social", resumía Los Andes en 1996, al conmemorarse un aniversario de su fallecimiento.
Había nacido en 1888, en pleno período de organización institucional del país. Su vida -signada por un fuerte compromiso con la tarea docente y las ideas progresistas- transcurrió a lo largo de un convulsionado siglo. Dos guerras mundiales, revoluciones sociales y la Guerra Fría fueron el escenario político-social de la vida de esta maestra, que murió en 1978 a los 90 años. Florencia no fue ajena a las luchas sociales de su época: junto a otros docentes, luchó por la organización gremial del magisterio y por una educación laica, democrática y en función de las necesidades del pueblo.
Uno de los tantos homenajes que Los Andes le hizo reflejaba que junto con otros docentes, participó de un movimiento de renovación pedagógica que se denominó "Escuela Activa". En la provincia esta nueva corriente tuvo su apogeo entre 1927 y 1936 y retomaba las ideas de intelectuales europeos y estadounidenses que realizaban experiencias novedosas en la búsqueda de sustento científico para los estudios pedagógicos.
La escuela experimental Nueva Era, la escuela Presidente Quintana y las escuelas taller del Círculo de Periodistas fueron el ámbito de circulación de estas ideas.
Esto le costó su carrera, ya que fue perseguida, sumariada y expulsada. Recién fue reincorporada 23 años después. En virtud de la aparente vuelta del país al cauce constitucional (1958), reanudó su pedido, pero esta vez a través de una publicación: “Alegato pedagógico. Bases pedagógico-político-jurídicas de una petición de justicia”.
En este documento, financiado gracias al aporte popular, Florencia sintetizó los fundamentos y alcances del movimiento de renovación educativa ensayado en escuelas de la provincia durante casi una década.