Mendoza con renovada impronta fílmica

Ayer comenzó en las calles de nuestra ciudad el rodaje de “Bu y Bu, una aventura interdimensional”. Se trata del primer film para niños de género fantástico llevado adelante por realizadores locales.

Si usted camina por el centro mendocino uno de estos días, no será muy raro que se encuentre con el despliegue técnico del rodaje de “Bu y Bu, una aventura interdimensional”, el primer largometraje infantil realizado en nuestra provincia.

Esta película, dirigida por Eduardo Rodríguez, cuenta con la actuación de un ciudadano ilustre, como lo es Ernesto “El Flaco” Suárez, y hará uso de animatronics construidos especialmente para el film.

El argumento, de corte fantástico,  apuesta por concientizar sobre algunos valores universales como el cuidado del medio ambiente, y es por eso que el relieve urbano de Mendoza cobra una especial importancia. Así es que este proyecto llevará al equipo realizador a través de calles, plazas y edificios emblemáticos durante las próximas seis semanas.

“Quisimos darle una fuerte impronta a la ciudad, por eso casi todas las locaciones son exteriores y lugares que todos vemos a diario y nos identifican, como la plaza San Martín o el edificio de la Secretaría de Cultura”, explicó  la productora Anahí Barrera pocos minutos antes de empezar a filmar.

El rodaje

“Bu y Bu” cuenta con un presupuesto de alrededor de seis millones de pesos y reinaugura, de alguna manera, el cine industrial en Mendoza, luego de que Film Andes dejara de producir a finales de los años 50’.

Es por eso que no pasó desapercibida cuando, ayer por la mañana, quedó inaugurado oficialmente el rodaje.

El punto elegido fue en la calle Reconquista de Ciudad, sobre las mismas veredas de Aysam y a pocos metros de calle Belgrano. Hasta allí concurrieron curiosos y diferentes medios de comunicación, además de algunos funcionarios que, con su presencia, manifestaron su apoyo al proyecto.

Tal fue el caso del secretario de Cultura Diego Gareca, el intendente de Capital, Rodolfo Suárez y su secretaria de Cultura, Turismo y Desarrollo Económico, Mariana Juri, además del secretario de Ambiente y Ordenamiento Territorial, Humberto Mingorance, y la subsecretaria de Gestión Educativa de la Dirección General de Escuelas, Mónica Coronado.

Una arista novedosa del proyecto es que fue aprobado por el Incaa para la constitución de un fideicomiso como productor y también como administrador, tanto de los fondos como de la explotación comercial. De esta forma, la película queda abierta también como una posibilidad de inversión para quienes estén interesados.

Entre dos dimensiones

“Ernesto hace el personaje de un placero, el de la Plaza San Martín, que es adonde llegan Bu y Bu”, dice Eduardo Rodríguez sobre el personaje del Flaco, que comenzará a rodar en cuanto vuelva de Ecuador.

Así comienza una aventura en la que estos niños solo tendrán como guía una bitácora que les da su abuelo, que ya había visitado esta porción de la realidad: las calles, los árboles, las baldosas y cada recoveco del paisaje local se llenan de nuevos significados ante los ojos de estos dos pequeños exploradores, que ven que los humanos convivimos con otros seres, que están alrededor nuestro pero que nadie ve, y que serán los aliados de los visitantes a lo largo de la historia.

El fin del viaje es dar con las claves para entender las causas que son provocadas en esta realidad pero que están afectando el resto del universo, trastocando la totalidad.

“El placero es el primer contacto que tienen con este plano de la realidad, por lo que viene a ser un colaborador muy importante en la historia, además de ponerle un toque de humor y simpatía muy especial. Además de que tiene un profundo conocimiento de la ciudad, que les va a servir a los niños, ya tiene una experiencia anterior con el villano de la película”, anticipa.

Se refiere al  mutante y resentido Tortugo (ver foto), que con sus secuaces humanos intentará boicotear el propósito de esta expedición interdimensional.

Técnicas novedosas

El director viene del mundo de los títeres, por lo que en este film decidió otorgarle un papel relevante a esta disciplina: “Venimos a plantear la utilización de técnicas que son muy viejas pero que en nuestra provincia no se han usado para el cine, como la manipulación de muñecos mecánicamente”, explica.

Es por eso que en este punto es donde la apuesta estética es mayor. El taller de construcción de muñecos, a cargo de Daniel Díaz, se montó en el Centro Cultural Julio Le Parc, donde además el equipo tiene su punto logístico.

“Vamos a trabajar con titiriteros y hemos obviado, salvo alguna pequeña excepción, el trabajo con servos electrónicos. Hemos preferido trabajar con pulsión humana”, comenta sobre el accionar, que en algunos casos requerirá de hasta cuatro titiriteros por personaje.

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