Martín Ochoteco, el hombre que amansa caballos hablándoles al oído

Es argentino y brilla en la pantalla de Nat Geo, donde “doma” a los animales más briosos en distintos países. Dice que la clave de su método es saber entender al caballo. El 8 de diciembre estará en Mendoza.

El caballo está al límite, al igual que su dueño. Desde que trajo a ‘Pistolas’ a su rancho mexicano para prepararlo para las charrerías (deporte tradicional), Norberto no pudo con él. Con cierta incredulidad, pensó que contratar a un experto sería su última chance. Es cuando Martín entra en juego.

En lugar de ensillarlo, se sienta a tomar mates en el corral y espera su acercamiento. Dialogan, se miran, le da de comer en su mano, lo relaja con masajes, lo saca de su hábitat violento y, al cabo de unas horas, el brioso animal permite que el desconocido lo monte a pelo.

Estas escenas forman parte del programa “Domador de caballos”, emitido por el canal National Geographic. Martín Ochoteco cria caballos desde los 12 años en su finca de las afueras de Buenos Aires. Un golpe de suerte quiso que sus técnicas de doma anti violentas llegaran a la televisión y ahora es conocido internacionalmente por haber conseguido amansar a caballos, que se daban por perdidos, con sus innovadores métodos basados en la confianza y la comunicación.

“Se trata de un momento de apertura y lucidez. De una entrega y de saber estar atento a las señales que emite el animal. Pero mi trabajo no es sólo domar caballos, sino también domar a la gente que los rodea”, comenta el famoso domador, que estará el 8 de diciembre en Las Huayquerías, San Carlos, para enseñar a los interesados a corregir mañas, mejorar comportamiento y ganar en eficiencia en el trato con sus caballos.

-¿Cómo empezaste con la doma?

-Yo soy de Ameghino, un pueblo de pocos habitantes, donde mi papá tenía una quinta. Él es veterinario y yo crecí entre los animales. A los 12 años ya armaba mi manada y a los 14 años preparaba caballos para polo. Esto de trabajar de la doma se dio por casualidad. 
Martín ya había recorrido varios sitios de Europa contratado para "sacar las mañas" a distintos animales, cuando se encontró en una esquina de Buenos Aires con un viejo amigo.

“Podría haber sido una charla cualquiera”, recuerda hoy. Resulta que su amigo estaba armando una productora de productos audiovisuales y se quedó fascinado con sus anécdotas de rebencazos, corridas y ensilladas de estos nobles animales. Al tiempo, lo llamaba para protagonizar el programa en NatGeo.

-¿Qué le aportó la televisión a tu trabajo?

-Me abrió muchas posibilidades, hizo que surgieran ofertas laborales que de otra manera no habrían llegado nunca, sobre todo en mi país. Aquí tenía que estar demostrando eficiencia, como que me estaban evaluando todo el tiempo. Esto le dio mayor credibilidad a mis métodos.

-¿Cómo se podría llamar a tu estilo de doma?

- En un momento la llamé doma vaqueana, porque habla del conocimiento del animal. En realidad, busca reducir los tiempos para ver logros y con una máxima eficacia. Cada caballo tiene su temperamento, como las personas. La clave está en saber entenderlo, comprender su lenguaje corporal y su psicología. Se tiene que crear un vínculo a base de confianza, pero dejando los puntos en claro, con autoridad. Es en resumen eso.

-Estas formas chocan con los métodos tradicionales que han transmitido de generación en generación en el país...

-Argentina tiene una tradición -en general- bastante violenta. Aunque no es tanto como otros países de América Latina, como México o Perú. Si uno recorre la historia, el gaucho usaba al caballo como un medio de supervivencia, incluso cuando peleaba contra el indio. No había alambrado, por lo que debía enlazarlo, taquearlo, maniatarlo. El indio tenía otra relación con el animal y le daba mejores resultados. De todos modos, vemos que este maltrato ha seguido sin ningún sentido.

-¿Es real que el trato no violento da mejores resultados? ¿No requiere de más tiempo?

-Puedo asegurar que da mayores logros. La doma con métodos violentos es más lenta, porque hay que invertir más tiempo en sacarle los miedos al animal y evitar que responda a la defensiva. La violencia termina estropeando al caballo y poniendo en riesgo al domador, en última línea.

-¿Tuviste algún caballo que no pudiste domar?

-Tuve muchos que me hicieron renegar demasiado. Que eran muy violentos, que habían sufrido mucho y tenían traumas, incluso algunos que parecían ostentar un instinto asesino, como Enigma o Aquila. Están en los capítulos. Cada caballo tiene su tiempo y se pueden modificar las malas conductas, pero con mucha paciencia.

Más allá del show televisivo, Martín está convencido de lo que hace: “Esta es mi vocación y amo lo que hago. Uno sabe a qué se somete y los riesgos que corre”.

Sucede que, por estos días, se está recuperando de un grave incidente que sufrió en febrero. Mientras domaba un potro de su propiedad, el animal trastabilló y cayó sobre su pierna, quebrándola en seis partes. “Decí que me encontré con buenos cirujanos y ahora puedo caminar”, se ríe.

Esta situación lo obligó a disminuir el ritmo de viajes y de trabajos. “Por el momento no puedo amansar. Sólo estoy dictando cursos y acompañando los procesos de doma de otros”, expuso este domador, que sólo estuvo de visita una vez por Mendoza y tiene grandes expectativas de conocer “ese sitio mágico”.

Amante del polo y las destrezas a caballo, este hombre hoy tiene su propia manada armada en el partido bonaerense de Lamadrid. Su melena desprolija y sus palabras sencillas han cautivado a miles de espectadores, que ven su programa para entender más a la especie equina. “Cuando logro domar un caballo algo cambia en el universo”, es la frase de cabecera de este hombre, que llega en moto a las fincas o estancias donde es convocado en distintos puntos del planeta.

“En cualquier momento mata a alguien”, dice el resignado dueño de un animal que no para de lanzar patadas. Martín, por su lado, asegura que los entrenadores están haciendo todo lo contrario a lo que se debe hacer. “Gritos, mirada amenazante, espuelas, todo hace que el animal se asuste. Él está nervioso y le transmite los nervios”, agrega ante las cámaras. Entonces, apoya su frente en la del caballo, acaricia su pelaje y un nuevo desafío comienza...

Curso en Huayquerías

Psicología equina. Dicen que no hace falta ser experto. Basta con tener un caballo y querer entenderlo aún más; sacar las mañas y mejorar el rendimiento del animal. Entender el lenguaje corporal del caballo y su psicología serán los contenidos que transmitirán Martín Ochoteco en el desierto sancarlino.

Día y lugar. La cita con el "Domador de caballos" de la National Geographic es el próximo 8 de diciembre, en el Desierto Las Huayquerías de San Carlos. Organiza la Dirección de Turismo de San Carlos y Finca Don Gregorio Uco.

Programa. La salida será a las 15.30 desde la terminal de Eugenio Bustos. A las 16, arribo al puesto La Salada y dictado del curso en medio del río seco. El cierre será con un fogón y asado, a las 21.

Consultas. Todos los interesados pueden hacer reservas o pedir mayor información al teléfono 2622 - 452012 ó en el sitio de Facebook de la Finca Don Gregorio Uco.

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