La erradicación del Bajo Luján divide a sus habitantes

La comuna delineó un plan para relocalizar a las 750 familias que allí viven en nuevos barrios. Una promesa que ya escucharon antes pero que ahora parece será realidad.

El Bajo de Luján comprende cerca de 65 hectáreas al sur del centro departamental, en el lecho seco del río Mendoza. En este lugar viven unas 750 familias, aunque la zona poblada se concentra en 41 hectáreas donde sobresalen viviendas de todo tipo: desde aquellas levantadas con chapas, madera y adobe hasta casas con todas sus terminaciones prolijas y definidas. En su interior hay barrios nuevos, que todavía no cumplen 10 años, y otros que tienen hasta 70 años.

Los habitantes de estos últimos han escuchado muchas veces promesas de urbanización o relocalización. La última, la del actual intendente Omar De Marchi, quien anunció que el lugar será erradicado y que las 750 familias -la Municipalidad destacó que fueron censadas y consultadas- serán reubicadas con casa y terreno en otros puntos del departamento. Para ello ya se han dado pasos concretos , como la licitación para la construcción de 10 de los 12 barrios que contempla.

Desde la comuna resaltan que la iniciativa cuenta con el apoyo de la “inmensa mayoría” de los vecinos, aunque un recorrido minucioso de Los Andes por el lugar encontró las opiniones están divididas entre los que se entusiasman con la idea de una vida nueva en un “barrio digno” y los que no quieren irse de su casa por nada en el mundo.

El objetivo de la comuna es que en la segunda mitad de 2018 los vecinos estén relocalizados.

Los involucrados

El Bajo está compuesto por 5 grandes barrios que serán redistribuidos en otros 12. Son el Costanera Sur, Patrono Santiago, Jardín Costero (encarado hace años por el IPV, por lo que tiene casas a medio construir o terminadas por los propios vecinos), Juan XXIII y San Cayetano. Estos últimos dos son los más antiguos, con viviendas que se levantaron hace varias décadas.

"En el Costanera Sur viven 143 familias. El proyecto de mejoramiento habitacional es algo que venimos escuchando hace 20 años. Gracias a Dios se nos está dando ahora", resumió Marcelo Méndez (43), quien vive con su familia y claramente es partidario de la propuesta oficial. "En la gestión pasada tuvieron la idea de construir algo acá mismo, pero no era la solución ya que seguimos dentro de una zona aluvional. Muchos vecinos quieren arreglar la casa, pero después pensamos que -con suerte- en un año vamos a estar en otro barrio", resumió.

En la misma sintonía, Andrés Romero (43) celebró la medida y resaltó que la comuna haya preguntado a los vecinos si tenían intención de mudarse, así como también a qué zona del departamento estarían dispuestos a irse. "Estoy seguro de que cuando empiecen a ver las casas terminadas, los que no quieren irse se van a convencer porque eso te cambia la vida. Hay muchas casas de adobe, madera y chapa que se debilitan con las lluvias, e ir a pedir nylon no es una solución", destacó el hombre, presidente de la unión vecinal del Costanera Sur.

En el lugar hay tantas posturas como vecinos. En los barrios San Cayetano, Patrono Santiago y Jardín Costero viven unas 450 familias y las aguas están un poco más divididas. En todos es inevitable el escepticismo al escuchar una vez más la vieja promesa de siempre. "Las casas del Jardín Costero las hizo el IPV en 1994, muchas quedaron a medio construir y la gente las terminó. No entendemos por qué nos quieren sacar de un lugar en el que el mismo Gobierno había planificado un barrio. Mucha gente no está convencida de irse, sobre todo porque tampoco sabe bien a dónde sería", destacó Pedro Benegas, presidente de la unión vecinal de los 3 barrios.

“Yo soy nacido y criado acá, y de acá no me saca nadie. Muchos ni siquiera estamos en condiciones de poder pagar impuestos”, dijo contundente Javier Herrera (42). “Yo no me quiero ir, vivo con mi marido y mi hijo de 10 años. Mi esposo es changarín, si nos vamos a otro lado estamos muy lejos y se queda sin trabajo”, se sumó Clara Oviedo (47), también del San Cayetano. “No quisiera que nos vayamos muy lejos, porque mi vida está hecha acá.

Ahora pienso en mis hijos y me encantaría que tengan su casa”, agregó Miriam Cabiudo (49), quien trabaja como empleada doméstica.

La lluvia de los últimos días dejó sus huellas en el piso de tierra del Bajo (que se ha convertido en un lodazal) y en las casas. Y es en ese contexto donde los vecinos se turnan para que se los escuche. “Vinimos hace 3 años a vivir acá con mi señora y mi hijo. Ahora viene otro nene en camino, y me encantaría que mis hijos se críen y crezcan en un ambiente mejor”, expresó tímidamente Pedro Campos (34).

Tanto entre los que se resisten a irse como entre los que sueñan con una nueva casa la preocupación es la misma: dónde los quieren relocalizar y si podrán hacerle frente al mantenimiento de la casa. “Más de la mitad de los vecinos de los 3 barrios (San Cayetano, Patrono Santiago y Jardín Costero)  no están dispuestos a irse”, insistió Benegas.

Susana Velázquez es la encargada de uno de los dos comedores que hay en el Bajo, y ella  también tiene sus dudas. “Hay un barrio del IPV acá adentro, con las condiciones de la ley, y no comprendo por qué ahora no se puede quedar acá. Sé que hay mucha gente que no está en las condiciones que merece, pero hay lugar para urbanizar. Hay que agregarle todo el componente social, No es como mover piedras”, destacó la mujer.

“Esto también se construye en un espacio de diálogo”, sintetizó.

Rosana Benegas también tiene un importante rol social en el lugar y está entre las que esperan poder irse del Bajo. “Hay una fuerte estigmatización social. Somos totalmente marginados y mi hija de 11 años no puede juntarse con las amigas en casa porque sus madres no quieren que venga al Bajo. Quiero una mejor calidad de vida, que puedan venir a su cumple. Pero también queremos saber a dónde nos van a llevar", sintetizó.

El proyecto

El intendente de Luján, Omar De Marchi, destacó que la mayoría de los vecinos está a favor de la relocalización, aunque consideró entendibles los argumentos de quienes se oponen.

El intendente destacó que si bien no es la primera vez que se habla del tema, nunca antes se había avanzado de forma concreta. De hecho, ya se hizo la licitación de 10 de los 12 barrios futuros -se están analizando las ofertas- y los 2 restantes se licitarán el 28 de abril. "Si todo va bien, en días ya se estarán viendo ladrillos pegados. Es una necesidad absoluta de la gente que vive en una zona que requiere inmediatamente atención", acotó.

El proyecto incluye 750 casas -con terreno incluido- de 2, 3 y 4 dormitorios y se ha tenido en cuenta las condiciones de la familia, la cantidad de miembros y el lugar donde prefieren vivir. Los fondos provienen de la Nación y en total se invertirán $ 750 millones sólo para las viviendas (si se suma la inversión en compra de terrenos la cifra asciende a $ 840 millones). Cada barrio tendrá entre 50 y 70 casas y serán adjudicados en simultáneo. La localización se ha dividido en 5 zonas importantes (bien diferenciadas entre urbana y rural). Están ubicadas en: Paso y Acceso Sur; Brandsen y Acceso Sur; al sur de Brandsen hasta Perdriel; Brandsen y Cobos hasta la Destilería; y en Ugarteche.

Respecto al uso futuro del lugar, el director del Proyecto Ribera Luján, Rolando Giolo, indicó que en 354 hectáreas habrá parque deportivo, espacio verde, parque de agua, entre otras cosas.

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