Ernesto Suárez: “No he hecho nunca un casting en mi vida”

Aún así, Ernesto Suárez fue elegido por el cineasta Francisco Varone para protagonizar su opera prima. El mendocino anduvo 3.400 kilómetros para filmar esa road movie junto a Rodrigo De La Serna, de quien se hizo “amigazo”. Antes de ese estreno, a punto d

Ernesto Suárez: “No he hecho nunca un casting en mi vida”
Ernesto Suárez: “No he hecho nunca un casting en mi vida”

Fueron 30 días de rodaje - cuenta el infatigable Ernesto Suárez -, terminé con la espalda molida”. Y sí: junto al cineasta Francisco Varone y el actor Rodrigo De la Serna, el mendocino Ernesto recorrió en ese mes unos 3.400 kilómetros por tierra, de Buenos Aires a Bolivia. “¡Ni loco!”, suelta ahora, cuando se le pregunta si quiere volver a filmar.

Lo cierto es que él,  a punto de cumplir 50 años con el teatro y 75 de edad, acaba de descubrir un mundo: la cocina del  cine. Y todo por el coprotagónico que lo puso en la piel de Jalil, un pensador sufí octogenario cuyo último deseo es viajar a la capital boliviana.

“Camino a La Paz” es el film que Francisco Varone venía queriendo filmar  y que, por una serie de eventos afortunados, recién pudo realizar este año. Claro que le faltaba dar con uno de los actores principales, el que fuera capaz de interpretar al sufí. Después de hacer varios castings en Buenos Aires, con cero resultado, una directora le habló de Ernesto, “un actor que hace mucho teatro y vive en el interior” . Y se tomó un avión para conocerlo.

“Yo no hago castings”, le estampó Ernesto cuando fue a buscar al director al aeropuerto.  “No importa, es una pruebita de cámara nomás”, contestó Varone ya convencido de que estaba hablando con Jalil.

- ¿Y cómo es eso de que antes le habías dicho que no a Fabián Bielinsky para un papel en "El aura"?

- Bueno, esa misma directora de castings, Eugenia Levín, fue la que me sugirió para esa película. Ella me había visto acá, en el teatro, y le dijo a Bielinsky. Le contesté, como a todos, que yo no hago castings. Pero igual me querían ahí. El tema es que tenía que viajar a Buenos Aires justo en una fecha en que tenía un evento muy importante en Ecuador. Me iban a entregar un reconocimiento, iban a estar los amigos, los viejos compañeros del teatro, y para mí era algo muy muy emotivo. Así que dije que no.

- Después de 50 años sobre las tablas, ¿qué te pasó frente a las cámaras?

- Uh, es otro mundo. Rodrigo (De la Serna), que es un actorazo, me ayudó un montón. Hablamos muchísimo. Nos conectamos. Igual hubo que filmar ciertas escenas varias veces, hasta esa en la que lloramos.

- ¿Se emocionaron?

- ¡Nos emocionamos todos! Hasta los técnicos lloraron. Era una escena muy conmovedora. Uno pensaba que había salido perfecto. Y sí, pero había que volverla a hacer, porque las tomas lo requerían. Imagináte, yo que vengo del teatro, donde todo pasa ahí. Fue un aprendizaje, claro. Descubrí que el teatro es el actor y el cine es el director.

Claro que las  23 personas que integraron el equipo de Varone (al que ahora Ernesto llama “Pancho” con verdadero cariño), hicieron que la cosa marchara sobre ruedas.

- Y con De la Serna?

- Amigazos.

Hay que decir que Rodrigo también se tomó previamente un avión para conocer a Ernesto. “Si vas a filmar 30 días con un tipo y convivir todas esas horas, tenés que saber que hay química”. Y la hubo de inmediato. Rodrigo vino primero a ver una función de “Lágrimas y Risas” (el unipersonal autobiográfico de Ernesto) y el encuentro terminó con ñoquis y guitarreada en la casa del mendocino. “Y Rodrigo es un tipo humilde, de esos que se sacan fotos con todos, que siempre están con una sonrisa. Un talento enorme, por eso ya se permite elegir las películas que va a hacer. Pero además es buena gente”.

- ¿Cuál fue la escena que te quedó en la cabeza?

- Una en la que entramos y salimos de un río, como 8 horas.

- ¿Qué diferencias implica actuar para la pantalla grande?

- Bueno, tuve que aprender a bajar un decibel con la expresividad. Rodrigo me decía: “imagináte que un gesto tuyo se va a ver en 10 metros por 4”. Como ya había escuchado de muchos otros, incluyendo a Jack Nicolson, hay que salir a algunas escenas con la premisa de “no actuar”.

Si aún no saben de qué va la película, lo mejor es escuchar la sinopsis desde su versión: "Es una historia sencilla. Se trata de un remisero medio trucho, que está en la mala, un poco perdido. Y encima la mujer se queda sin trabajo. Como lo único que tiene es ese auto, un Peugeot  505 modelo 84 que le ha legado el padre, sale a hacer viajes. En uno de esos, conoce a un pensador sufí que le propone pagarle con todos sus ahorros un viaje a La Paz. '¿A la General Paz?', le dice el remisero. 'No, a Bolivia', le propone el hombre. Y nace una aventura y una conección muy profunda entre ellos". 

El señor de las tablas

Está un poco engripado. Pero nunca se detiene. Para el canal Acequia, graba un programa que se llama “Los cuentos del Tío Ernesto”, un formato al que le ha ido tan bien que ya lo reclaman para Buenos Aires.

Tiene función de noche y ensayo de día. Sobre todo porque ahora está preparando una obra que va a estrenar en agosto con el elenco De sol a sol. “Ahí va a haber de todo: 37 actores, narrador, música, gente colgada de sogas”, entusiasma.

Ernesto, que allí dirige y actúa, cuenta que esta puesta se va a llamar “Bairoletto el pampeano” y que trata sobre una serie de bandidos famosos. Una suerte de síntesis entre el mismo Juan Bautista, Santos Guayama, Martina Chapanay. “Por supuesto, todo parte de una injusticia, como en Juan Moreira”.

De hecho, Suárez está trabajando en base al libro que escribió  sobre Bairoletto su propio nieto, Fabio Erreguerena.

- ¿Y para el festejo de los 50 años teatrales? ¿Qué estás planeando?

- Bueno, eso es en octubre. Ahí me voy a dar el gusto de hacer un homenaje a Chejov.

- Ahora, después de tanta trayectoria, si tuvieras que pedir un deseo, como Jalil, ¿qué pedirías?

- Que hoy gane Argentina.

Humor de Invierno

Desde el martes y hasta el 20 de este mes, el Teatro Quintanilla será nuevamente la sede  del Ciclo de Teatro Humor  y Comedia. En él, participan los referentes locales del arte de hacer reír: Ernesto Suárez, Daniel Quiroga, Adrián Sorrentino y Jéssica Torrijos, entre más.

El ciclo se desarrollará completamente en el Teatro Quintanilla y tiene por objetivo convertirse en imán para los que gustan  del género de humor en la actividad escénica. Así, se agrupan en la grilla los espectáculos de humor  considerados como grandes éxitos de la cartelera local. La programación consta, pues, de obras en diversos formatos que  ya han sido aplaudidos por el público: café-teatro, comedias teatrales, espectáculos de stand up comedy, unipersonales de humor, espectáculos teatrales-musicales humorísticos.

Se verá a Adrián Sorrentino (con “Muselina”), Jessica Torrijos (con “Liberación Fememina”), Ernesto Suárez y Daniel Quiroga  (con “Educando al nene”) , Sandra Viggiani y Ernesto Suárez (con “Hablemos de la pareja”), “Humor de Miércoles” de El Taller y a los  Lutherieces.

Programación

Martes 15: “Educando al nene”. Miércoles 1: “ Hablemos de la pareja”.

Jueves 17: “Liberación fememina”. Viernes 18: “Muselina”.

Sábado 19: “Humor de miércoles” Domingo 20: “Lutherieces en fuga.”

Hora: Todos los días, a las 21.30. Lugar: Teatro Quintanilla. Entrada: $50.

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