DJ Leo: el hip hop, folclore del mundo

Desde una gira por Europa junto a DJ Fede Flores (ex Karamelo Santo), el fundador de Estanzuela Sound System habla de su forma de explorar la música y ver la vida. Una historia hecha entre los barrios, con suela gastada de tanto caminarlos y aire

Del pedemonte a la Torre Eiffel, Leo Martínez fluye: recaba sonidos e historias, especialmente esas que nacen del asfalto o de la callecita de algún barrio popular. Las transforma, arma pistas y ven la luz hecha hip hop, “que es como el dulce de leche”, dice.

¿Como el dulce de leche? “Porque el hip hop termina uniendo todo, como el medio de un alfajor”, saborea Leo en medio del viaje: está cruzando Francia en el famoso TVG, un tren de alta velocidad que llega a los 500 kilómetros por hora, nada menos. Va a toda marcha, como este imparable DJ, artista callejero, payaso y malabarista de 35 años.

Pero viajemos ahora nosotros: a los 20 ya se había ido a estudiar clown a Lyon, y conoció muchos puntos del viejo mapa europeo así, desde Inglaterra hasta el este.

Aprendió de a poco esto de hacer música, y cuando agarró una compu descubrió que en esa pantalla estaba la magia: no la dejó más. Muchas noches francesas bailaron con su set: como DJ Leo invitaba a los raperos que conocía por las calles a rimar sobre sus bases, y así nació un día Estanzuela Sound System, su proyecto más personal.

Las idas y vueltas de este multiartista lo llevaron nuevamente a Francia hace un mes, invitado por un productor.

Por estos días anda girando allá de nuevo como DJ Leo, aunque en tándem con DJ Fede Flores (ex Karamelo Santo): en una fecha parisina estuvo con la banda chilena Chico Trujillo, en otra con DJ Julio (Chile) y DJ Dogo (Buenos Aires); seguirán Perpiñán, Marsella, Barcelona, País Vasco y Bretaña (Francia), junto a Gambeat, el mítico bajista de Mano Negra.

El flyer ya anda diciendo por las redes qué es lo que se bailará: “Cumbia ¡Libertad!”, se lee. Conciso y en rojo, con letras grandes.

Porque a veces “están todas las pelotas en el aire, y otras veces todas en el piso”, le gusta decir a este músico-malabarista. Él sabe que siempre hay que ir para adelante: como los trenes, a 500 por hora.

"No existen los folclores"

- Contame un poco más de ese inicio de Estanzuela Sound System...

- Viendo los barrios de Francia, o de cualquier lugar por donde viajaba -que por suerte de la vida fueron muchos-, me di cuenta de que todos los barrios son iguales en todo el mundo: la gente en la calle, el ruido, la gente humilde trabajadora... Un día tenía que tocar en Lille (Francia), y no tenía un nombre para ese proyecto de música que hacía de vez en cuando, cuando no tenía gira con el circo.

Quería ponerme Wazemmes Sound System, que es el nombre del barrio donde vivía (un barrio re-popular del norte de Francia), que además siempre lo comparaba con la Estanzuela, y una noche antes de salir a tocar me decidí por el nombre de mi barrio.

Durante mucho tiempo, ESS era solo él; más cualquier cantante de hip hop que quisiera improvisar sobre sus pistas, pero cuando regresó a Mendoza se juntó con Chelo Altamirano y Mr. Lity, con quienes se puso a trabajar expandiendo la formación, incorporando a músicos de la talla de Lucca Beguerie Petrich, Gabi Orozco (ambos de Usted Señálemelo), Yuyo Iglesias (bajo) y Mauri Jara (teclado).

Hoy es una plataforma compuesta por él, Chelo, Lity y Di Style, histórico baterista de Zona Ganjah.

-¿Es cierto que también fusionás tonadas y electrónica?

-Sí, es cierto, ¡no es un mito! (ríe). En realidad yo no creo en la fusión y toda esa cuestión del mercado: creo más bien en la música. Soy consciente de que no existen los folclores. La tonada es igual a algún ritmo de España, que al mismo tiempo viene de Arabia, y que seguramente nació en África.

Nadie es dueño de una música, porque la música está acá desde el infinito, y va a estar con o sin nosotros. Toda la música es folclore, y al mismo tiempo no lo es. Por eso le digo a los conservadores que sepan que nadie inventó nada, como para pensar que hay una música original de un lugar, porque para llegar a algún lugar seguro tuvo que viajar mucho.

Por eso me junto con el súper maestro Armando Navarro, con quien estamos construyendo un proyecto hermoso cargado de amor, música y alegría: tonadas, gatos, cuecas, dub, hip hop, reggae, cumbia...

- Después de tantas idas y vueltas, ¿qué es ESS hoy?

- Un proyecto que va mutando mucho, siempre guiado por mi  intuición, donde van pasando grandes artistas dejando su música y sus hermosas experiencias. Soy yo el que está detrás del carro para empujar, y hoy en día me siento bien así. En otros momentos quería que fuera un grupo horizontal, donde todos aportaran de igual manera para que creciera, y porque creo que la música es algo que no se hace solo, pero aún no encuentro un grupo 100% comprometido para encararlo así. Ya aparecerán y será banda: ahora soy un viajero solitario buscando dentro mío.

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