Desde Holanda, hace aplicaciones para celulares de Suiza

Claudio Veas emigró a la ciudad de Rotterdam tentado por una gran propuesta laboral. Allí trabaja para la empresa NGTI, que desarrolla aplicaciones tipo Whatsapp y donde trabajan 10 argentinos.

Desde Holanda, hace aplicaciones para celulares de Suiza
Desde Holanda, hace aplicaciones para celulares de Suiza

‘A jugar por la vida’ es una frase que hace referencia a su hobbie, pero bien podría aplicarse al resto de su vida. La que ocurre fuera de las pantallas de computadoras y celulares. La que transcurre junto a Andrea y Tomás, su familia y su conexión a esa energía que necesita para seguir progresando.

Ésta es la historia de Claudio Veas (35), un mendocino que emigró a Holanda persiguiendo el desarrollo profesional. Actualmente trabaja para la empresa NGTI, que desarrolla aplicaciones de mensajería instantánea -similares a Whatsapp- con soporte de llamadas bajo el nombre de “iO”.

Pero su historia comienza antes de cruzar el Atlántico. Mucho más acá, en su Dorrego natal, donde cultivó su primera meta, ésa que le dio el pasaje a Europa.

“Mi objetivo era obtener un título universitario. Mis papás José Enrique Veas y María Gattolin, primando el estudio y la especialización, me dieron todo lo necesario para que me pudiera dedicar tiempo completo al estudio. Mi hermano, Eduardo Veas, un genio de la computación, siempre fue otra de mis fuentes de inspiración y de consejo”, dice Claudio, que hace un año se encuentra en “tierras naranjas”.

Claudio confiesa que empezó medio perdido en el mar de carreras y por eso pasó por Ingeniería en Electrónica, Profesorado de Inglés y hasta Psicología Social. “Pero lo que realmente me gustó fue Ingeniería en Sistemas. Mi objetivo: ¡quería hacer video juegos!”, exclama emocionado.

Así, decidió dar un paso hacia eso cuando una empresa multinacional de videojuegos (Gameloft) para celulares llegó a Córdoba: “Mandé mi currículum y la llamada vino. La verdad, fui a la entrevista pensando que sería un paseo, nada importante. Pero para mi sorpresa, tenían una propuesta para mí. Y así fue que con 3 materias pendientes y 28 años decidí irme de mi querida Mendoza, que me dio educación, amistades y una familia hermosa”, cuenta a modo de introducción agregando que, en medio, participó de un coro de manera discontinua durante 10 años.

De Córdoba a Rotterdam

Establecido en Córdoba y con oportunidades de crecimiento empezó a dedicarse a la parte personal y así fue como conoció a Andrea, que se convertiría en su esposa cuatro años después. Ella tiene un hijo, Tomás que, al momento de conocerla, tenía 6 años. 
Luego de un tiempo, otra propuesta llegaría a manos del mendocino. La empresa era Nimbuzz, holandesa, que desarrolla mensajería (estilo Hangout o Messenger) para computadoras y celulares. Así fue como entró más a fondo en el desarrollo de aplicaciones móviles.

“Ya en Nimbuzz, decidí dar un poco de importancia a mi vida personal. Todo parecía indicar que ya era un cordobés y que mi casa estaba ahí. Es así que empecé a dedicarme a otro de mis hobbies-vicios: los videojuegos”, relata.

Ya habiendo cumplido un ciclo en Nimbuzz, decidió tomar una propuesta laboral distinta en una empresa cordobesa: Taller Technologies. “Durante mi tiempo de trabajo en Taller me enteraba que Nimbuzz Córdoba cerraba sus puertas: había sido vendida y algunos de mis ex-compañeros quedaban sin trabajo, otros se iban a Holanda a empezar un emprendimiento similar al de Nimbuzz.

Así fue como al tiempo me llegó un mensaje de dos de ellos (Ignacio Crespo y Juancho Rivero) para agrandar el equipo de trabajo, y la oportunidad era excelente”, relata, como añorando ese tiempo y dando a entender que la decisión de partir fue muy difícil.

Soñar es partir

Con un año de casados, y con la promesa a Tomás de que visitarían Disney París, la familia partió rumbo a Rotterdam, Holanda. Era a mediados de setiembre de 2013 y a Claudio lo necesitaban lo antes posible. “Yo iría primero y mi esposa y Tomás luego, porque estaba en medio de su año escolar y tenía que esperar a terminar el año antes de viajar”, relata.

Conseguir un colegio para el chico fue complicado. Las posibilidades para alguien como Tomás, que para entonces estaba cumpliendo 11 años y que no hablaba holandés, eran escasas e incluso muy costosas. Pero gracias a las habilidades de búsqueda de Andrea -gran jugadora de vóley- dieron con un colegio de integración: Duo 2002. En este tipo de escuelas, chicos que no hablan holandés son insertados en la cultura del país de una manera natural (se les enseña por asociación, casi como en un jardín).

“El trabajo aquí es muy bueno. La compañía para la que trabajo se llama NGTI, una de las empresas que derivó de la venta de Nimbuzz, y desarrolla una aplicación mensajero con soporte de llamadas bajo el nombre de ‘iO’. Es una aplicación de celulares que distribuye Swisscom, un prestador de líneas celulares de Suiza”, describe Claudio.

En la empresa hay diez empleados argentinos, los cuales cuentan con familia y algunos hijos, lo que hace la experiencia más llevadera ya que les da la oportunidad de encontrarse.

“Y como para no perder la costumbre tengo mis compañeros de juegos (Juancho Rivero, Ignacio Crespo y Germán Bett) que me introdujeron en el ‘League of Legends’, juego en línea que disfrutamos en alguna hora de esparcimiento”, indica el mendocino, que asegura que la experiencia de vivir en Holanda es hermosa ya que es un país muy seguro.

Así es como la aventura holandesa ha sido satisfactoria para Claudio, aunque reconoce que siempre tiene un lugar especial en el corazón para la gente que quedó en su querido país.

“Mis viejos que dieron todo para poder darme educación y posibilidades. Mi hermano Eduardo, mi cuñada Analía, que no dejaron de recordarme que podía llegar más lejos de lo que había llegado. Mis sobrinos, que me dieron la alegría que sólo los niños pueden entregar. Mis amigos de coro (Karim, Verónica y Nancy) que compartieron conmigo 10 años de pasión coral y amistad que todavía perdura”, dice confiado.

También agrega que su “familia cordobesa” -Graciela, Iván, Sonia y sus queridos sobrinos- durante su estadía en Córdoba también se aseguraron de hacerlo sentir querido, al igual que sus amigos y compañeros de aquellas tierras y los que todavía conserva en Holanda.

“Por el momento estamos aquí pero ¿puedo asegurar que estaremos aquí por siempre? ¿Podemos asegurar que volveremos? ¿Que iremos a otro sitio? Estos son interrogantes que tiene toda persona que dejó su tierra y la respuesta le es desconocida. Sólo vivo con la certeza de que gracias a Dios, y con la compañía de mi hermosa familia, todo saldrá bien”, finalizó.

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