La desaparición de Soledad Olivera quedó impune

La Justicia absolvió a Mariano Luque (30), el único imputado. Incidentes en Tribunales. La joven no aparece desde 2011.

La Justicia absolvió  y el mismo lugar donde un año más tarde desaparecería la adolescente lavallina Johana Chacón (13). Luque fue absuelto por el beneficio de la duda, quedó en libertad y el caso quedó impune.

Tras la sentencia se produjeron enfrentamientos entre organizaciones sociales y políticas que siguen el caso, vecinos de Lavalle y personal de Infantería. A las 18 han planeado reunirse en Garibaldi y San Martín para exigir Justicia.

El fiscal de cámara había solicitado al tribunal de la Segunda Cámara del Crimen que condenara a Luque (30) a 6 años de prisión, la pena máxima que tiene la privación ilegítima de la libertad con dos agravamientos: la venganza y por ser mayor a un mes el cautiverio. Esto es porque se sospechaba que Luque tuvo o tiene secuestrada a Soledad.

La posición del querellante Fernando Peñaloza, representante de la Secretaría de Derechos Humanos, fue diferente: pidió 20 años de prisión por el delito de homicidio simple.

En último término, los defensores María del Carmen Aguilar y Adolfo Aguilar sostuvieron la inocencia de su cliente y pidieron que se lo absolviera.

La relación entre Luque y Olivera

Está comprobado por los dichos de testigos que hacia 2010 Olivera y Luque eran amantes. Olivera, madre de tres hijos, sin pareja, trabajaba eventualmente en la finca olivícola que está a cargo de la familia de Luis Curallanca (Luis, de hecho, vive con la madre de Luque).

Cuando Olivera desapareció, su familia hizo la denuncia ante el fiscal Darío Nora, quien no movió demasiado el expediente, sino hasta once meses más tarde, cuando una nueva desaparición, mucho más mediática, se dio a conocer: la de Johana Chacón, una nena de 13 años que se bajó del colectivo que la traía del colegio, en el acceso a la finca de los Currallanca y nunca más se supo de ella.

"Lo de Johana trajo a la luz la desidia con la que fue tratada la desaparición de Soledad", aseguraron las hermanas Olivera. Cuando el caso Chacón tomaba ribetes de escándalo, desde la Procuraduría se acordaron del caso Olivera. Y desde la Corte local se pidió el juicio político de Nora: lo acusaban de no haber hecho lo suficiente para investigar la desaparición de Olivera. Igual, a fines de octubre de 2013, el Jury salvó a Nora que todavía ejerce su cargo en la misma fiscalía.

Con las dos desapariciones en el mismo sitio y la tarea de la docente Silvia Minoli (directora del colegio al que asistía Johana), los dos casos pasaron a Delitos Complejos. A su tiempo, la fiscal Claudia Ríos y luego su colega Santiago Garay comenzaron a trabajar bien el suceso de Olivera.

El 2013, y con un importante cúmulo de sospechas, Garay detuvo a Mariano Luque, que a su vez es pareja de Beatriz Chacón (hermana de Johana): lo acusó de falso testimonio y de privación ilegítima de la libertad. El hombre, desde entonces, está preso.

Testimonios

A Garay le fueron de gran utilidad los testimonios de la gente de Tres de Mayo, ya que todos coincidían que para la época en que Soledad desapareció, ella y Luque llevaban adelante una relación de amantes.

Del mismo modo, y tal vez lo más contundente, fue el cruce de llamadas telefónicas entre Olivera y Luque: hubo más de cien (entre llamadas y SMS) entre ambos el 18 de noviembre de 2011.

El día que Soledad desapareció, de acuerdo con lo declarado por sus hermanas, Soledad iba a encontrarse con Luque a las 16. Desde entonces no se supo más de ella. Y, también curiosamente, la lista de llamados y SMS entre los dos, se cortó el mismo día en que la mujer se hizo humo.

Cuando a Luque le preguntaron por ella en la fiscalía, dijo que no la conocía.

La idea de Garay -y de, en su momento, Ríos- acerca de que Luque mató y luego enterró a Soledad llegó a tal punto que se hicieron excavaciones en la finca donde los Curallanca son encargados. En noviembre de 2012, máquinas removedoras de tierra hicieron el trabajo en el árido suelo lavallino pero no dieron con restos de personas: para entonces, además de Soledad, se buscaba a la igualmente desaparecida, Johana Chacón.

En cuanto al móvil del crimen, en caso de que hubiera existido un asesinato, en el expediente se habla sobre un supuesto embarazo de Soledad (que ya tenía 3 niños para entonces, todos con el apellido de ella) que la mujer no habría querido continuar y que provocó la ira de Luque. Otra versión, opuesta totalmente, hace referencia a que el varón mató a la mujer porque ella deseaba seguir adelante con su embarazo.

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