Primero tenemos que pensar en su colocación, ya que aunque sea simple igualmente tiene unos claros pasos a seguir:
- 1. Preparación del terreno: retirar la vegetación y añadir grava y arena para asentar la moqueta.
- 2. Colocación: cubrir la superficie con una manta geotextil para proteger el césped artificial.
- 3. Pegado: tras cubrir el área deseada, pegarlo mediante adhesivos de poliuretano.
- 4. Arenado: cubrir toda la superficie con arena de sílice para lastrar el césped y alzar las fibras.
Además, a pesar de requerir un mantenimiento mucho menos trabajoso que el del césped natural, hay que tener en cuenta varios aspectos para conservarlo en su mejor estado:
Limpieza
La suciedad como el polvo, el derrame de líquidos o las deposiciones de animales, entre otros, deberán ser eliminados mediante aspersión o manguerazo de agua.
Cepillado
El tránsito de personas sobre ese pavimento o las fuertes lluvias y viento pueden ocasionar el aplastamiento de sus fibras, por ello, se deberá llevar a cabo un cepillado a contrapelo para lograr además que la superficie luzca regular.
Refrescado
Al ser un producto sintético, cuando el césped artificial se expone a altas temperaturas asciende fácilmente de temperatura. Los céspedes artificiales existentes en el mercado están preparados para ser resistentes ante los rayos UV, pero no para resistir el acercamiento a fuentes de calor. Pueden llegar a derretirse en caso de superarse los 80 grados. Para refrescarlo es recomendable el riego por aspersión durante unos pocos minutos.
Funguicidas
A pesar de que la instalación del césped se haya hecho adecuadamente, si se ha colocado sobre una superficie natural es probable que puedan aparecer hierbas u hongos a causa de un exceso de humedad. Para evitarlo se recomienda la pulverización a base de productos herbicidas o funguicidas suaves o diluidos en agua.