La salud de los argentinos en la encrucijada

El Gobierno nacional está obligado a convocar a las partes para coordinar acciones y avanzar en las correcciones que hoy requiere el sistema sanitario en la Argentina.

La decadencia de la Argentina, expresada –entre otros parámetros– por una economía estancada desde 2011, exige un amplio replanteo en todos los sectores.

Ese rediseño debe incluir servicios esenciales como la educación, el transporte y la salud.

La atención sanitaria ya lanzó las primeras señales de alerta con la epidemia de dengue, que mostró establecimientos oficiales y privados desbordados y sin capacidad de respuesta ante la proliferación del mosquito Aedes aegipti.

Los centros de salud evidenciaron falencias en recursos y dispositivos para simplemente ofrecer una atención y un diagnóstico adecuado a miles de infectados.

La situación puede agravarse con la llegada de los meses más fríos y la aparición de las típicas enfermedades invernales.

El deterioro de los aportes oficiales a los hospitales públicos y de los privados a las obras sociales y a las empresas de medicina prepaga agudizan una crisis que pone a todo el sistema al borde del quebranto.

El trabajo registrado se mantuvo prácticamente estable en los últimos años, con lo cual no se incrementaron los ingresos para atención de la salud en los distintos establecimientos privados, pese a la fuerte suba en sus costos, en la tecnología y en los medicamentos.

Ese cóctel se vio agravado por la finalización de la emergencia sanitaria a fines de diciembre último y por la caducidad del decreto 300/2020, que aliviaba a las clínicas en el pago de contribuciones patronales y del impuesto al cheque.

Al mismo tiempo, les otorgaba la posibilidad de pedir una ayuda salarial por empleado ante los organismos públicos.

La caída de la emergencia complica el panorama, ya que uno de cada cinco centros asistenciales podría ser ejecutado por la falta de pago de deudas tributarias y previsionales.

El escándalo con los exorbitantes aumentos dispuestos por las empresas de medicina prepaga, con base en la caída de los ingresos y en el aumento de los costos, dejó a miles de familias fuera del sistema de atención privada.

Ante este panorama, el Gobierno nacional está obligado a convocar a las partes para coordinar acciones y avanzar en las correcciones que hoy requiere el sistema sanitario en la Argentina.

La supresión de cargos burocráticos y de funciones irrelevantes en la Secretaría de Salud de la Nación sólo es una parte de la tarea oficial, que tiene ante sí la urgencia del replanteo de un servicio clave para la vida de los argentinos.

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