En marzo de 2020 el virus que produce Covid-19 “aterrizó” en el país y en Mendoza. Para paliarlo, las “fichas” estaban puestas en obtener vacunas, que se desarrollaron en tiempo récord. Debieron pasar nueve meses para que en el país empezaran a colocarse las primeras dosis, lo que sucedió de manera unificada en todas las jurisdicciones.
El martes 29 de diciembre de 2020 fue el “día V”: esa mañana comenzó a vacunarse el primer grupo priorizado, el personal médico de áreas críticas, más expuesto al virus. En pocos días se cumple un año del inicio de la campaña, con la que expertos y autoridades sanitarias esperan controlar el coronavirus, que ya se cobró miles de vidas en Mendoza y en el mundo.
Desde aquel 29 de diciembre la campaña fue tomando diversas formas y cambiando de estrategia según el contexto. Se pasó de “parates” por dificultades para obtener vacunas a hacer entregas a otros países las últimas semanas. De las dudas y temores, a la exigencia de inoculantes, de los grupos priorizados a las vacunas para todos sin turno. En Mendoza, hasta el cierre de esta nota, 1.598.542 personas se han vacunado al menos con una dosis y se han colocado 3.027.966 inoculantes.
Vacunas accesibles
Sputnik V, el desarrollo ruso, fue la primera vacuna en ingresar al país, y con la que se inició la campaña. Por aquel entonces y hasta hace poco, se ordenaba la estrategia de acceso según los factores de riesgo para desarrollar un cuadro grave. Con el correr del tiempo quedó claro que aunque la vacunación podrían disminuir parte de los contagios, no es allí donde logran mayor eficacia. Se vio una reducción notoria de los cuadros graves y con ello, de internaciones y muertes.
Las vacunas llegaron en un escenario cargado de emoción: el personal de salud había pasado meses muy duros, con temor a enfermarse ellos y sus familias. Los adultos mayores, sobre quienes recae la mayor letalidad, habían sufrido la distancia de sus allegados con un alto costo anímico y de otra índole.
Fue una etapa de grupos priorizados que paulatinamente fue habilitado segmentos y que culminó este 10 de diciembre, cuando la provincia habilitó la vacunación para todos los mayores de 18 años sin turno para todas las dosis, incluso refuerzos. Desde mañana, también podrán hacerlo de manera espontánea los chicos de entre 3 y 11 años.
La distribución no pudo evadir las inequidades habituales en favor de los países más ricos. Hoy, el acceso sigue siendo desigual, sin embargo, no necesariamente los países con más recursos lograron mejor cobertura. En Europa y Estados Unidos, la proporción de población vacunada es, en términos generales menor a la de Argentina, ya que son muchos los que deciden no inocularse.
Las vacunas que llegaron
Las autoridades fueron habilitando los inoculantes “de emergencia”. Luego de Sputnik V comenzaron a llegar otras alternativas. Capítulo aparte quedó para la falta de acuerdo con el laboratorio Pfizer, las demandas al gobierno nacional por esto y la escasez, dado que ha sido el gran gestor del acceso y distribución a las provincias.
Finalmente se logró y con ingresos progresivos llegaron a Argentina y la provincia 7 vacunas: Sputnik V, la del laboratorio AstraZeneca, Covishield (con la misma fórmula que la anterior pero hecha en India), Sinopharm (China), Pfizer, Moderna y Convidecia, del laboratorio chino CanSino. Esta última es la única monodosis que ha llegado por el momento y se ha destinado particularmente a personas con dificultades para acceder a la vacunación. También monodosis, se autorizó recientemente el uso de Sputnik Light, que es el primer competente de Sputnik V, pero no han ingresado como tal al país aun.
Sinopharm es la que se aplicó mayormente a docentes y ahora la que se aplica a los niños, ya que es la única autorizada en el país a partir de los 3 años. Las de Moderna y Pfizer son las que se aplican a los adolescentes, ya que fueron las autorizadas para chicos de entre 12 y 17 años, antes de habilitarse la vacunación en niños.
Magnetismo
Con el surgimiento de los inoculantes surgieron los temores por parte de los (potenciales) usuarios. El tiempo récord en que se desarrollaron fue uno de los sustentos más sólidos de quienes expresaban pruritos sobre la novedad.
La ruleta de los efectos secundarios también produjo reparos: a algunos le generó malestar como fiebre, dolor de cuerpo, efectos gastrointestinales, decaimiento y a otros, nada. Esto hizo que algunos dilataran la decisión. Pero entre los argumentos de los antivacunas se sostiene que estas tienen óxido de grafeno, una sustancia que aseguran produce efectos magnéticos e incluso afirman que podría llevar a la muerte.
Iris Aguilar, directora de Inmunizaciones de la provincia es quien lidera la campaña local. Lo primero que asegura es que jamás imaginó que tendría que afrontar algo de estas características mientras que destacó que habría sido imposible sin el trabajo conjunto de diversos sectores, actores e instituciones.
“Estoy sorprendida por la respuesta de la gente, sobre todo porque al inicio había mucho desconocimiento, también me sorprendió mucho la respuesta interinstitucional”, destacó.
Para ella los mayores desafíos fueron la logística, en particular por la demanda de muy baja temperatura de algunas vacunas, las licitaciones para el transporte y la compra de freezers.
Combinación y cambio de criterios
Por la sobredemanda, los acuerdos firmados por los países empezaron a quedar en la nebulosa. Eso abrió la puerta a un nuevo capítulo, la combinación de vacunas. Los cambios en la estrategia fueron parte del 2021 en tanto el coronavirus y las condiciones, presentaron la volatilidad que ya se conocía. La disponibilidad de inoculantes y el surgimiento de nuevas variantes marcaron el terreno.
Los primeros meses de campaña se enfocaron en llegar a los grupos más susceptibles de desarrollar cuadros graves. Luego, se presentó la inquietud por completar esquemas pero ante la falta del recurso se dilataron los tiempos. La variante Alfa primero (Reino Unido) que generó nuevos brotes en Europa engendró alarma y la decisión fue priorizar el inicio de esquemas con los recursos que hubiere. Luego surgieron Beta y Gamma.
El 20 de marzo de este año, el gobierno nacional anunció el diferimiento de segundas dosis. Con esta estrategia en pie llegó la segunda ola, con más casos y más muertes que la primera (en octubre de 2020) y pico en mayo.
Las demoras en la entrega por parte de Rusia del segundo componente de su vacuna comenzó a generar cierto escozor entre quienes la aguardaban. Así fue que la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, salió a advertir que no desesperaran, que las vacunas “no vencen”. Lo cierto es que no es tanta la evidencia sobre cuánto dura su protección.
Los adultos mayores y trabajadores de la salud fueron los más afectados. En Europa, problemas similares y dudas sobre la vacuna de AstraZeneca, pusieron sobre la mesa la posibilidad de esquemas heterólogos para cubrir el bache.
A comienzos de agosto, el Ministerio de Salud de la Nación habilitó la combinación con algunos inoculantes para completar esos esquemas. Nuevamente se instalaron los temores que se fueron perdiendo en gran medida con el correr de las semanas. El paso siguiente
Expertos han advertido que la combinación es el futuro de la vacunación anticovid y que incluso mejora la respuesta que genera el esquema original. Pero luego hubo otro volantazo en la campaña: a mediados de año, ante el ingreso en escena de la variante de preocupación delta, se recomienda completar esquemas.
Así llegaron las dosis adicionales, para reforzar el esquema primario de algunos segmentos, en Mendoza mayores de 50 años e inmunodeprimidos que hayan recibido Sinopharm. Con este esquema han sido vacunadas en Mendoza 40.750 personas.
Luego se fue por los refuerzos y es a esto que está particularmente abocada la campaña. Fue el paso definitivo hacia la implementación de la vacunación combinada ya que se ha destinado para ello AstraZeneca y en menor medida Sputnik 1 sea cual fuere el esquema primario. Se han colocado 94.495 en la provincia. El 26 de octubre fue otro hito: se habilitó la vacunación para todos los niños de entre 3 y 11 años.
Quienes están presentando el mayor desafío son los adultos jóvenes, de entre 20 y 40 años, segmento en el que muchos iniciaron esquemas pero no lo completaron.
Desafíos
Hacia adelante se plantean nuevos desafíos. No se sabe demasiado sobre la respuesta de las vacunas ante la nueva variante ómicron, aunque también podrán surgir otras.
Las autoridades esperan ampliar la cobertura y para ello han implementado diversas estrategias como el pase sanitario, sobre el que habrá que ver qué resultados da. Por el momento uno de los mayores objetivos es completar esquemas y avanzar con los refuerzos para llegar al otoño con buena cobertura, para cuando se espera un rebrote.
“Es una campaña que todavía no tiene un final cierto porque no sabemos cuál será la recomendación futura”, advirtió Aguilar. “Necesitamos avanzar sobre todo en la franja etaria de los adultos jóvenes, la idea es llegar a la mayor cantidad de población posible con refuerzo hacia abril y mayo pero para eso primero tenés que tener la segunda dosis”, manifestó.