Regreso a la rutina: 10 claves de cuidado de la salud para evitar sucumbir durante el año laboral

Durante las vacaciones suelen plantearse objetivos para el año que luego cuesta cumplir, mientras que el retorno puede generar situaciones de agobio y estrés.

Imagen ilustrativa. (AP/Archivo).
Imagen ilustrativa. (AP/Archivo).

Arrancar el año, con las responsabilidades a cuestas, la rutina que a veces demanda más de lo posible, las corridas y el estrés hace que la energía recuperada durante las vacaciones se termine antes de lo esperado. Pero además, es usual que se fijen objetivos que luego se hace difícil concretar, en parte, porque “no hay cuerpo que aguante”.

Por eso, apelar a cuidarlo y junto con él la energía y la salud, es una buena estrategia y esto en parte se logra con una buena nutrición y prácticas saludables.

¿Hay un “síndrome del regreso”?

Entender qué nos pasa desde el aspecto psicológico al regresar al trabajo –quizá luego de meses– es fundamental. La pandemia, aún en curso, aporta un matiz particular, por los tiempos en que estuvimos aislados y por temor al contagio en el espacio cerrado del trabajo, expresa en un comunicado.

Incluso quienes habitualmente son personas serenas y equilibradas pueden experimentar síntomas de estrés y ansiedad, ya sea por el cambio en las rutinas o por volverse a encontrar con personas o con situaciones que no han sido fáciles de llevar.

Es absolutamente normal, por otra parte, que en los primeros días tras el regreso el cuerpo experimente mucho mayor cansancio e incluso sueño, por la intensificación del ritmo de actividad o por el cambio en los horarios.

¿Cómo prevenirlo o evitarlo?

Desde el laboratorio Ysonut elaboraron una serie de recomendaciones al respecto.

1-Priorizar lo importante y programar. Establecer prioridades es imprescindible si queremos volver a la rutina escalonadamente, para evitar la ansiedad de un regreso repentino. Si todavía no has vuelto de tus vacaciones, conviene pensar en hacerlo algunos días antes para evitar el cambio abrupto en la rutina y en los ciclos de sueño.

2-Alimentación y nutrición saludable. En vacaciones solemos modificar y alterar nuestros horarios y nuestra dieta.

3-Cuidá tu peso con especialistas. Bajar de peso suele ser uno de esos objetivos del año en los que claudicamos pronto. Según estudios hechos por Ysonut, sólo un 19% de quienes lo intentan sin asistencia médica lo logran, mientras que el 70% de quienes inician el tratamiento con un especialista tienen éxito y logran mantener al menos por tres años el peso buscado.

4-Realizar al menos 30 minutos de ejercicio al día. Caminar, por ejemplo. Los beneficios son múltiples: relaja, mejora la densidad ósea, desarrolla la fuerza y la masa muscular. El especialista también te recomendará las rutinas y ejercicios que más convienen a tu físico, ya que no cualquier ejercicio es beneficioso para todos por igual.

5- Relajarse. Alguna actividad placentera debe poder desconectarte de tu rutina laboral. Técnicas como el yoga o la meditación también te pueden ayudar a retomar el equilibrio físico y emocional a tu regreso.

6- Mantener una dieta equilibrada y si es necesario, tras la evaluación de un especialista, apelar a mejoras en ella y en tal caso, suplementos para mantener en buenas condiciones el sistema inmunológico.

7-Combate el estrés. El estilo de vida que mantenemos en nuestra rutina productiva genera estrés en nuestro cuerpo, y con éste viene la irritabilidad, depresión, ansiedad, insomnio, dolores de cabeza, debilidad, dolor muscular y problemas cardiacos. Hay condicionantes psicológicos, pero también corporales, y la nutrición también influye en nuestra vulnerabilidad al estrés. Son recomendables, en este sentido, los alimentos o suplementos que contengan proteínas de origen animal o vegetal, péptidos de triptófano, cereales, minerales –potasio, calcio, magnesio, sodio, zinc, hierro, manganeso, cobre, iodo, selenio– y vitaminas A, D, E, C, B1, B2, B3, B5, B6, B9, B12 y B8, siempre con el debido control médico.

8-Detoxificarse. Si las vacaciones fueron excusa para las “licencias” en materia de comida y bebida, es el momento perfecto para la “limpieza”; de todas formas, el cuerpo precisa una depuración profunda al menos unas dos veces por año. Comenta que si se quiere apelar a suplementos con esta finalidad, los ideales recomendados son aquellos con funciones antioxidantes y de depuración hepática. Se enceuntran en vegetales como el alcaucil, cardo mariano, brócoli y rábano negro. En conjunto con aminoácidos (cisteína, metionina), minerales como el zinc y vitaminas del grupo B favorecen las funciones enzimáticas que ayudan a eliminar las toxinas del hígado.

9- Beber mucha agua e incorporar infusiones. Es fundamental para estimular las funciones de drenaje. También se puede incluir para eso infusiones a base de plantas como el diente de león o el rabo de cereza, que mejoran el tránsito intestinal.

10- Dormir bien. Es un aspecto clave, porque, además de descansar, posibilita que el organismo regularice sus funciones y su ritmo circadiano. Dormir mal, además de alterar tu estado de ánimo, tu rendimiento y tu aspecto, no te ayudará a bajar de peso y mantenerlo saludable.

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