Las “Siete puertas del infierno” en Mendoza: un recorrido entre lo sobrenatural, lo turístico y lo educativo

Distribuidas entre 10 cuadras del Centro y el Parque, son un imán de curiosos, turistas y estudiantes. La historia de cada una.

Quizás el más misterioso de los portales al averno, según el mito, está en el Parque, a orillas del lago. Dicen que afecta al oleaje. | Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.
Quizás el más misterioso de los portales al averno, según el mito, está en el Parque, a orillas del lago. Dicen que afecta al oleaje. | Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.

Siete sitios perfectamente identificados, 6 de ellos en un radio de no más de 10 cuadras del centro mendocino, mientras que el séptimo se ubica en el siempre atrapante parque General San Martín. “Las Siete Puertas del Infierno” es la denominación de esta lista, con algunas de sus puertas bien señaladas con su número e –incluso- la mayoría de ellas hasta con carteles escritos –de manera no muy visible- que les permiten a los observadores más atentos encontrarlas. De acuerdo al mito urbano, cada una de ellas se abre todos los días a las 3 am. Y vaya uno a saber qué sale de su interior o hacia dónde llevan...

“Conozco a gente que vivió alguna experiencia sobrenatural en esos lugares. Y si no, me han hecho llegar historias de personas que las vivieron”, aclara el escritor Martín Rumbo, el “descubridor” de las Siete Puertas del Infierno en Mendoza. Y, como cuenta Rumbo –quien plasmó esta leyenda en su libro “Mendoza Tiembla”-, algunos de los vecinos o transeúntes frecuentes de las puertas baja la voz cuando se le pregunta si han visto o escuchado algo anormal. “Por la noche se escuchan pasos en el parqué del primer piso. Ni loco subo, a lo sumo, apunto con la linterna”, se sincera Diego consultado por Los Andes. Diego es el encargado de una galería céntrica, ubicada en la calle San Martín –”la segunda más antigua de Mendoza”, como él mismo resalta con orgullo. Y allí es donde se encuentra una de las puertas, la sexta para ser más exactos.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.

La particularidad de muchos de los puntos identificados como Puertas del infierno es que se trata de lugares que, o bien están abandonados y descuidados que dan toda esa impresión de fantasmagóricos, o bien están marcados por el relato cuasi leyenda urbana de alguna violenta tragedia (incendios o asesinatos en el lugar).

Dónde están las siete "Puertas del infierno" señaladas en la capital de Mendoza. Gustavo Guevara
Dónde están las siete "Puertas del infierno" señaladas en la capital de Mendoza. Gustavo Guevara

Por fuera de las creencias particulares, las Siete Puertas del Infierno en Mendoza son parte de un recorrido turístico y hasta educativo que, a diario, se repite en el centro mendocino. “En época de clases, todos los días viene un curso con sus profesoras”, destaca Paolo, encargado de un tradicional café ubicado en calle Amigorena. Allí se encuentra la segunda puerta, más concretamente en uno de los baños del lugar. Y, sabiendo aprovechar el marketing de los mitos urbanos, hasta realizaron un mural en la puerta de ese sanitario indicando que allí se encuentra una de las puertas.

Puerta 1: la iglesia en San Martín y Colón

Siguiendo el orden cronológico de “Las siete puertas del infierno” y de acuerdo a la creencia, la primera se encuentra en calle San Martín al 790, en la iglesia que se encuentra antes de llegar a la esquina con Colón. “Nunca escuché nada raro, pero sabía que dicen que está una de las puertas del infierno. De hecho, todos los días tenés un grupo de chicos con su profesora acá”, se sincera el empleado de un mercadito que se encuentra pegado a la primera puerta.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.

Para ubicarse espacialmente, este primer pasadizo es una puerta tapiada que da a San Martín y que se encuentra bloqueada desde hace ya varios. “Primera puerta” se puede leer, escrito con corrector blanco, entre tantos rayones y palabras, cuando uno se acerca hasta casi pegar el rostro en la añeja puerta. “Puto Diablo”, han escrito abajo del texto que la identifica. Y hasta alguien dibujó una de las tantas representaciones gráficas del rostro de Belcebú.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.

Puerta 2: el baño de una tradicional confitería

A menos de 4 cuadras de la primera Puerta del Infierno, se encuentra la segunda. Más concretamente, está en el baño de una histórica confitería ubicada en calle Amigorena.

“Nunca nadie vio nada extraño. Pero ya es un clásico. La gente viene especialmente a verla y todos llegan con la creencia de que ha pasado o va a pasar algo”, cuenta Paolo, encargado del café.

Las Siete Puertas del Infierno en Mendoza: un recorrido entre lo sobrenatural, lo turístico y lo educativo. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.
Las Siete Puertas del Infierno en Mendoza: un recorrido entre lo sobrenatural, lo turístico y lo educativo. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.

En el baño del lugar, exactamente en el sitio donde dicen que está la segunda puerta, hay un mural pintado con autorización de los dueños.

Puerta 3: un tradicional pasaje

A diferencia de otros sitios donde están identificadas las Puertas del Infierno en Mendoza, en el histórico pasaje ubicado en Peatonal Sarmiento y a metros de la calle San Martín –de hecho, tiene entrada por ambas calles- nadie quiere saber nada con que se identifique al sitio con esas cuestiones.

Los comerciantes y quienes viven en el pasaje no muestran su cara más amigable cuando, a diario, estudiantes, turistas y almas curiosas entran por el ingreso lindante a calle San Martín y se dirigen a las escaleras caracol que vinculan los departamentos con la planta baja. Y es que, de acuerdo a la leyenda recopilada por Martín Rumbo, ese es el lugar exacto donde se encuentra la tercera puerta.

Las Siete Puertas del Infierno en Mendoza: un recorrido entre lo sobrenatural, lo turístico y lo educativo. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.
Las Siete Puertas del Infierno en Mendoza: un recorrido entre lo sobrenatural, lo turístico y lo educativo. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.

Y aunque no hay ningún cartel, es otro de los sitios que, “religiosamente” se abre cada madrugada a las 3, de acuerdo a la leyenda.

Puerta 4: el abandonado cine City

Ubicada frente al pasaje que alberga la tercera Puerta del infierno mendocina, también sobre calle San Martín, se destaca otra icónica galería (con salida a calle San Juan). Y, en el interior de este centro comercial, sobresale un espacio que parece haber quedado abandonado en el tiempo: lo que alguna vez fue el cine City. Ubicado en el corazón de la galería, un vallado metálico impide el paso de quienes caminan por la galería.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.

Sin embargo, entre los escombros y restos cartelería vieja tirada en el piso, llama la atención una puerta de madera cerrada. “Mercurio 32″ se lee en el cartel viejo. Pero con acercarse un poco más –ya habiendo ignorado el vallado- y quedar cara a cara con la puerta, se lee (también con corrector blanco): “Cuarta Puerta”, mientras que también han escrito “Evil” (Diablo, en inglés).

“Es un mito nomás”, cuenta entre risas uno de los empleados de un videoclub ubicado en la galería y exactamente al lado del abandonado cine. Pero aclara que no ha estado nunca en el lugar a las 3 am, ni tampoco tiene intenciones de estarlo. “Vienen chicos y sacan fotos. Y siempre hay ruidos extraños, pero es por la cantidad de palomas que se ha metido en el lugar abandonado”, concluye.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.

Puerta 5: Otra galería céntrica donde “eligen no creer”

Caminando por calle San Martín, por la vereda Oeste y cruzando a General Paz, se llega a la identificada como quinta puerta. Al igual que en el pasaje de Peatonal y San Martín, aquí prefieren no darle crédito a la leyenda.

Por esto mismo es que en el lugar prefieren no hablar. Pero ello no quita que, todos los días, los curiosos lleguen a buscar el hito. En el subsuelo del lugar (identificado como Subsuelo 1.608) hay todo un salón abandonado y oscuro, con sus puertas cerradas y una faja de papel de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza donde se lee, claramente, “Clausurado”. Sin embargo, y una vez más con acercarse a la puerta de madera, también se lee –con corrector- “Puerta cinco”.

“Acá había un boliche, pero se prendió fuego”, se anima a relatar, casi al pasar, alguien que frecuenta la galería.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.

Puerta 6: la galería de los ruidos

A menos de una cuadra de la quinta puerta, sobre la misma vereda de calle San Martín y en otra galería, está la sexta Puerta del Infierno, y la última ubicada en Centro mendocino. También en el subsuelo, y en lo que alguna vez fue un cine XXX.

“Acá viene hasta el colectivo de turistas que sale de la Plaza Independencia y se bajan a sacar fotos. Además, los guías cuentan una historia”, resume Diego, encargado de la galería y quien agrega que en el subsuelo, cuando funcionaba el cine, asesinaron a un hombre. “Acá habían escrito ‘Puerta 6′, pero lo borré el otro día. Igual, cada tanto, vuelve a aparecer escrito”, detalla el hombre, y señala las rejas que separan a las escaleras del subsuelo.

 Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.

Nunca he visto nada extraño, pero si he escuchado –por la noche, cuando ya no queda nadie- pasos en el parqué. Hace un tiempo, un compañero cerró todo y no se dio cuenta que había quedado alguien adentro, por lo que tuve que venir yo a abrirle la puerta. Y a veces, cuando escucho los pasos, llego a creer que es alguien que se quedó. Pero ilumino con la linterna y no se ve nada, entonces no me muevo de acá”, reconoce.

Puerta 7: el lago del Parque

La séptima y última puerta se sitúa a más de 4 kilómetros de la sexta. Se encuentra en el parque General San Martín, al costado del lago y en un punto situado entre la confitería ubicada en la costa Norte y el club Regatas.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.

Es un compartimiento que ya está abandonado y lo llegaron a cerrar con una pesada puerta metálica, pero que –hace varias décadas- vinculaba esa salida con el viejo edificio del club.

Como si se tratara de una gruta, el lugar todavía se ve sobre el costado del lago, mientras que la puerta ha sido tirada abajo por quienes visitan esa zona con intenciones de hacer daño. También con corrector, en la pesada puerta metálica se puede leer: “Las Siete Puertas del Infierno – Séptima Puerta”, además de una cruz que ha sido dibujada.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.

“Yo hago remo en el lago y siempre me dijeron que evite pasar por esa parte; incluso le han puesto una boya. Pero yo quise pasar igual una vez, y cuando me acerqué, ¡el barco se empezó a mover solo de abajo hacia arriba! Aunque no es un lugar en el que haya oleaje”, comenta asombrado un deportista habitué del lugar, alimentando el mito.

Historias paranormales

“Nunca me imaginé que iba a tener la repercusión que tuvo”. Martín Rumbo (39) deja en claro que hace años que la trascendencia de la historia de “Las Siete Puertas del infierno” en Mendoza lo superó.

Fue él quien armó el listado entre 2015 y 2016, pero no lo hizo caprichosamente, sino que se inspiró en historias de tragedias, mitos urbanos y hasta los relatos de gente que decía que “algo” ocurría en esos puntos todos los días, a las 3.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.

“Cuando corría por el Parque, siempre pasaba por el lago y flasheaba con escribir algo de terror. Un día, en Discovery Channel, vi un programa que hablaba de ‘Las Siete Puertas del Infierno’ y se me ocurrió buscarlas en Mendoza y escribir sobre ellas. En ese momento supe que la séptima iba a ser la del Parque, pero faltaban las otras 6″, rememora Martín a Los Andes.

Así fue como, días después –mientras hacía tiempo para completar un trámite en el centro-, pensó las otras 6 locaciones en lugares que estuvieran signados por las tragedias o relatos sobrenaturales.

“En cada una de las puertas que puse en la lista encontraba algo raro, gótico o misterioso. Así fue como escribí la primera nota, que salió en El Mendolotudo, y donde enumeraba las primeras 6. Y el público se enganchó con la historia. A partir de ese momento, mucha gente me mandó las que –según su experiencia- era la séptima puerta. Pero yo ya sabía que era la del lago, aunque lo escribí en una nota posterior. Y la nota de la séptima puerta fue la nota más leída del año”, agrega.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.

A raíz del éxito de esas notas y del furor que generó, Martín Rumbo decidió compilar todos sus cuentos de terror y editar su libro “Mendoza Tiembla”, que vio la luz a fines de 2016 y –entre otras historias- incluye la lista con las experiencias en cada una de las Siete Puertas del Infierno en Mendoza.

Azucena Agüero Blanch: “Es una mentira, un cuento”

“¿Vos te creés que la puerta del infierno va a ser de tan simple acceso? Si tuviera que imaginarla de alguna manera, yo diría que podría llegar a ser el Palacio de Buckingham y no cualquiera podría verla. Es como si ahora yo invento las Siete Llaves del Cielo. Uno elige en qué creer y en qué, pero no existe”, se sinsera la bruja Azucena Agüero Blanch, conocida popularmente como “la Bruja de Menem”.

Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.
Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes.

La magia negra abunda en Mendoza. Pero de ahí a las puertas del infierno, es mucho. Lo que sí existe son brujos negros que quieren dañar a la gente”, advierte Azucena.

“Como bruja número uno y chamana que soy, con un chasquido de dedos puedo dar vuelta cualquier situación. Todo esto se maneja con energía, y yo tengo energía suprema. En un minuto le podés cambiar la vida a un ser humano y se puede hacer transmutación de energía”, concluyó.

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