La UNCuyo busca sincerar el tiempo de duración de las carreras

La Secretaría Académica presentó ante el Consejo Superior sus lineamientos para trabajar hasta 2030. Los tres ejes, que incluyen medio centenar de proyectos, son: actualización o adecuación curricular; innovación educativa y articulación con la educación media.

Julio Aguirre presentó los lineamientos de la Secretaría Académica de la UNCuyo ante el Consejo Superior.
Julio Aguirre presentó los lineamientos de la Secretaría Académica de la UNCuyo ante el Consejo Superior.

Que los universitarios demoran más de lo planificado en recibirse, que hay cada vez más aspirantes que quieren ingresar a una carrera, que los adolescentes salen de la secundaria sin las herramientas necesarias para seguir su camino en la universidad... son algunos de los diagnósticos que resuenan en el ámbito de la educación superior.

Además, el nuevo paradigma de la formación continua y la actualización permanente para desarrollar la vida profesional ha obligado a la Universidad a reconfigurarse siempre teniendo como uno de sus objetivos principales la calidad -tal como comentó la rectora Esther Sánchez en el encuentro del ciclo Pilares sobre educación superior-. Ahora, gana espacio la premisa de que la UNCuyo presta un servicio y que es el estudiante el centro.

Con un diagnóstico y los datos sobre la mesa, la Secretaría Académica elaboró la hoja de ruta para la Universidad Nacional de Cuyo hasta 2030 basado en tres ejes: actualización o adecuación curricular; innovación educativa y articulación con la educación media.

“Todos están más o menos vinculados”, admite Julio Aguirre, secretario académico de la UNCuyo y detalla algunas de problemáticas que los atraviesan como las dificultades de los estudiantes en avanzar en las carreras y las dificultades para ingresar a la universidad. “Cada uno de estos tienen, si bien están ordenados por lógicas diferentes, un telón de fondo similar que tiene que ver con cómo hacemos que la formación que damos en la universidad llegue en tiempo, en forma y con calidad, pero a más cantidad de personas”, completa Aguirre.

Para desplegar estos tres ejes se ha diseñado más de medio centenar de proyectos y programas que se van ajustando y retroalimentando a partir de la evaluación que van realizando

De todos modos, durante la presentación ante el Consejo Superior hubo interés para que estos lineamientos puedan convertirse en política universitaria; es decir, que puedan atravesar las gestiones más allá del color político que las lleve.

Primer eje: adecuación curricular

Según Aguirre, el principal problema en materia de articulación y adecuación curricular tiene que ver más allá de las actualizaciones disciplinares específicas con lo que en el claustro denominan “la demora en los estudios universitarios”.

La demora es una problemática que está en todo el sistema universitario que viene creciendo en los últimos años. “Evidentemente no estamos logrando enfrentarla exitosamente porque hace años que estamos hablando del problema de la demora y sigue estando”, reflexiona el secretario académico.

Esta demora está atravesada por causas exógenas a la UNCuyo, como pueden ser cuestiones asociadas a la vida de los estudiantes -como que debe salir a trabajar o que no tienen dinero para tomarse el colectivo, o que tiene familia a cargo o que ingresó a un trabajo muy bueno y termina abandonando-.

Sin embargo, también hay razones endógenas a la universidad. “Y puntualmente tienen que ver con el diseño curricular de nuestras carreras, tenemos carreras muy extensas muy demandantes en tiempo y que muchas veces están diseñadas pensando en un estudiante abstracto que no es el real. Diseñamos carreras pensando que tenemos estudiantes que están 40 horas semanales al menos exclusivamente sentados para estudiar y ese no es el estudiante real que tiene la universidad pública argentina”, sentencia Aguirre.

A esto se suma que ya la formación universitaria no es el techo que da todas las competencias y conocimiento para desarrollarse en la vida profesional. Al contrario, está claro que da las competencias básicas fundamentales, pero marca el imperativo de no dejar de estudiar nunca. “Todo el sistema de posgrados, maestrías, doctorados más las actualizaciones profesionales -aunque no sean certificadas- son fundamentales. Entonces también hay que cambiar la concepción de esta idea de que tengo que darle todo al licenciado graduado de la carrera de grado cantidades enormes de conocimiento porque no puede no saberlo”, apunta el académico.

Unos 1000 aspirantes a la carrera de Ingeniería de la UNCuyo rindieron el examen de ingreso en el Estadio Aconcagua Arena. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Unos 1000 aspirantes a la carrera de Ingeniería de la UNCuyo rindieron el examen de ingreso en el Estadio Aconcagua Arena. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Ante este contexto es que desde la Secretaría Académica junto al Observatorio de Educación que tiene la UNCuyo idearon el Programa de Sinceramiento. La meta es poder contar las horas reales que demandan las carreras para ajustarlas al alumno real, teniendo en cuenta datos que describen, por ejemplo, que el 51% de los universitarios trabaja.

Este equipo tomó las carreras de las facultades que más demoras registran que son las que tienen formación docente y educación como Filosofía y Letras, Ciencias Políticas, Arte y Diseño.

“Nos sentamos con cada uno de los espacios curriculares, con esos equipos de cátedra y con estudiantes que hayan aprobado la materia. Tomamos los programas y vemos de principio a fin, cuál es el tiempo real que demanda al estudiante cursar, estudiar, hacer los prácticos, leer la bibliografía, estudiar para los finales, juntarse para hacer trabajos grupales, etc. Reconstruimos el tiempo real de demora que tuvieron esos estudiantes para aprobar cada una de las materias de toda una carrera y volvimos a contar las horas y llegamos a la conclusión inexorable que no tenemos cargas de 5 años”, detalla Aguirre.

“Sería muy fácil decir para nosotros, si no tenés 40 horas semanales para estudiar, te quedas afuera. Pero no es una respuesta viable, tenemos que hacer todo lo contrario”, sostiene y reitera esa meta -que ve con posibilidad de que se convierta en política universitaria, ya que es un camino largo que debería continuar en otras gestiones- “rediseñar las estrategias de enseñanza aprendizaje para que esta persona pueda realmente tener una educación significativa profesional y de calidad, pero acorde a sus tiempos efectivos y reales”.

Segundo eje: innovación educativa en la UNCuyo

Si bien la innovación educativa está muy vinculada a la incorporación de nuevas tecnologías, desde el punto de vista de Aguirre “lo que se innova es la estrategia pedagógica y en ese marco aparecen las tecnologías como un potencial aliado o no”.

En este eje también hay varias líneas de acción. Por ejemplo, por un lado, hay un programa de Fomento a la innovación educativa, que son transferencias de recursos a las unidades académicas para que diseñen cada una sus proyectos específicos.

Otro ejemplo es el trabajo que se realizan con plataformas para los colegios de la universidad donde ofrecen formaciones complementarias que interesan a los alumnos: medio ambiente, perspectiva de género, educación sexual integral, programación.

“El tema de la inteligencia artificial lo tomamos con tres características: primero la inteligencia artificial es un objeto de estudio, o sea, nosotros como universidad desarrollamos conocimiento y desarrollamos tecnología; segundo es cómo la inteligencia artificial entra en el aula, cómo la incorporamos en nuestras estrategias pedagógicas; tercero cómo nosotros ayudamos a la sociedad a prepararse a los cambios que pueden llegar a vivir”, resume Aguirre.

Tercer eje: articulación de la universidad con la secundaria

Respecto de la articulación con la secundaria, el objetivo es reducir la brecha entre las competencias de egreso de la secundaria y las competencias que la UNCuyo exige en las condiciones admisibilidad.

En este sentido, se cambió el foco de la Expo Educativa y más allá del “outlet de carreras” que se ofrece, se destinó espacio para la orientación vocacional. Con esta meta también existe un programa en el que visitan escuelas para que los aspirantes tengan contacto con los estudiantes y además han creado la plataforma Nexos de orientación vocacional.

El otro gran aporte es democratizar a través de una plataforma gratuita los contenidos básicos que se dan en los ingresos a diferentes carreras.

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