Imputaron a un reconocido empresario ballenero por el delito de “falsa denuncia” contra el exempleado de su compañía en Chubut. Héctor Alberto Resnik acusó a Juan Pablo Mantorell de un robo para “despedirlo cuando estaba enfrentando un cáncer y así evitar su responsabilidad como empleador”.
Así lo informó la Fiscalía de la ciudad de Puerto Madryn, que consignó a la jueza de garantías de Chubut, Patricia Azaro. La magistrada dictó un plazo de seis meses para realizar la investigación y determinar si se eleva a juicio oral y público a Resnik.
Según consta en el expediente, “Resnik denunció en la comisaría de Puerto Pirámides el hurto de los elementos de los galpones de su empresa ballenera y sindicó a Juan Pablo Martorell pero, en realidad, la denuncia estuvo dirigida a poner fin a la relación laboral”.
Resnik es propietario de la empresa Southern Spirit, una de las seis que realizan el servicio de avistaje de ballenas en Puerto Pirámides.
Martorell, era el capitán y guía ballenero del “Yellow Submarine” la nave insignia de la compañía que tiene la particularidad de ser semisumergible con parte del casco vidriado, de manera que quienes están en la parte baja pueden ver a las ballenas nadando desde el interior.
La palabra del empleado
Según informó Infobae, en abril de 2021 a Martorell le diagnosticaron un cáncer de tiroides con metástasis. En ese momento, el hombre estaba en Córdoba, su provincia natal.
El trabajador avisó de la situación a Southern Spirit y como respuesta recibió una carta documento donde lo exhortaba a presentarse en su lugar de trabajo.
Ante esto, Mantorell envió un certificado médico y a eso le sumó un reclamo de pagos pendientes y la falta de aportes jubilatorios desde 2015.
Mantorell contó que cuando lo estaban por llevar al quirófano por su enfermedad, estaban allanando su casa “en busca de herramientas que el dueño sabía que no las tenía”.
“Fue todo muy doloroso”, explicó a Télam. “Era habitual que yo llevara equipamiento, cajas de herramientas y hasta aparatos de comunicación a mi casa, para ponerla al resguardo de que no desaparezcan o en el mejor de los casos las mal usen”, contó Mantorell.
“Incluso había herramientas que el propio ‘Tiño’ (Resnik) me llevó porque en Pirámides no hay ferretería entonces es bastante habitual que compartamos los elementos”, detalló.