Grooming: el peligroso aliado de femicidas, abusadores y otros depravados

Pablo Arancibia, el presunto femicida de la niña Florencia Romano, la había contactado por Instagram y comenzaron a chatear, antes de citarla el sábado en su casa de Gutiérrez. Antes de Florencia, el imputado había acosado por las redes sociales a otra chica a lo largo de tres años.

Antes de contactar por Instagram a Florencia, Arancibia había acosado a una chica de 17 años por redes sociales. Lo hizo durante 3 años, exigiéndole que se junten y mandándoles fotos e imágenes con contenido sexual.
Antes de contactar por Instagram a Florencia, Arancibia había acosado a una chica de 17 años por redes sociales. Lo hizo durante 3 años, exigiéndole que se junten y mandándoles fotos e imágenes con contenido sexual.

No se trata de un actor nuevo, de él se ha hablado en infinidad de ocasiones ya. Pero suele tener una oscura y fundamental participación en aberrantes episodios; como el del femicidio de la niña Florencia Romano (14), quien fue asesinada por Pablo Arancibia (33) el sábado último en Gutiérrez (Maipú). El Grooming -o ciber acoso- es un peligroso y triste aliado en algunos escalofriantes hechos, y consiste justamente en el acoso, el asedio, la extorsión y hasta violentas amenazas que se concretan por internet y las redes sociales. Muchas veces, incluso, se convierte en el camino o la puerta de entrada de otros terroríficos delitos.

Micaela Méndez (27) y Pablo Arancibia (33), la pareja imputada por el femicidio de Florencia.
Micaela Méndez (27) y Pablo Arancibia (33), la pareja imputada por el femicidio de Florencia.

En el caso de Arancibia, el pervertido había contactado a Florencia por la red social Instagram; por allí habían intercambiado mensajes y hasta concertado la cita para que el sábado por la tarde, la niña 19 años menor que su femicida fuera a encontrarse con él en su vivienda del callejón Berra, de Gutiérrez (Maipú). El triste desenlace es el ya conocido: la niña fue asesinada por Arancibia; y la principal línea investigativa apunta a que el agresor habría intentado atacar sexualmente a la chica, ésta habría intentado defenderse e -inhumanamente-, Arancibia la golpeó y la degolló hasta que finalmente se desangró. Siempre de acuerdo a esta hipótesis que maneja la fiscal Claudia Ríos y los investigadores, Arancibia intentó quemar el cuerpo sin vida luego, para finalmente dárselo a un familiar de su concubina -Micaela Méndez, 27 años y también imputada como coautora del femicidio- y quien debería intentar deshacerse del cuerpo. Su testimonio a la Justicia fue clave para dar con el cuerpo de la niña.

El detalle es que Arancibia ya tenía antecedentes. Por un lado, tenía denuncias en su contra por violencia de género contra ex parejas. Pero, además, también contaba con acusaciones por ciberacoso, por asediar vía redes sociales a otras mujeres -también menores de edad-. En pocas palabras, la misma red que había tejido alrededor de Florencia, la del Grooming.

“En todo el país y de acuerdo a un estudio que hicimos este año, 6 de cada 10 niños, niñas y adolescentes -de entre 9 y 17 años- habla con desconocidos por internet.. Y 3 de cada 10 de entre 14 y 17 años, respondió que ha ido a un encuentro cara a cara con una persona que conoció en internet. El caso de Florencia es terrible, tiene una real similitud con el de Micaela Ortega. Hay que entender al Grooming como un medio de captación, y que es la antesala a otros delitos. Cuando se comienza por el Grooming, hay tres posibles escenarios que agravan la situación: trata de personas para explotación sexual; violación o abuso; y un crimen”, sintetizó Navarro.

Un delito peligroso, silencioso y en alza

Las redes sociales son un campo ideal para que los depravados puedan llevar adelante sus perversos planes. Por un lado, por el anonimato o la posibilidad de “ser otro”. Así, por ejemplo, un hombre de 33 años puede pretender ser un adolescente de 15 y entablar una conversación de la nada con otra chica u otro chico de su edad. A ello se suma, además, que -muchas veces y como parte de la etapa de la adolescencia-, los propios chicos y chicas optan por no incluir a sus padres en estos espacios. O por no contarles con quién/quiénes hablan, sobre qué temas lo hacen y qué material o información comparten.

En el caso de Arancibia (para no desviar el foco del único y verdadero culpable del hecho, y -además- femicida), el hombre ya contaba con antecedentes de acosar por redes sociales a otras chicas menores de edad. A una de ellas la ciberacosó durante 3 años, con mensajes que comenzó a enviar en 2017 y a una víctima que tenía 17 años. De hecho, y aunque esta primera víctima de Grooming del hombre nunca respondió a los mensajes, los ataques se extendieron hasta principios de este mes.

“Soy soltero, tengo un BMW, sin hijo”, “Avisame y salimos a tomar algo, bonita”, “Hola agregame, vamos de gira en el BM” fueron algunos de los mensajes que el acosador le envió a su primera víctima, una niña, durante más de mil días; junto con fotos de varios fajos de dinero acumulados y algunas fotos o memes con connotación sexual. La víctima, quien actualmente tiene 20 años, compartió recientemente capturas de esos mensajes y dejó en evidencia la personalidad y modo de atacar de Arancibia.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA