Estaban en cada punto de la ciudad o del pueblo, algunos eran grandes y otros más chicos pero siempre eran el lugar de encuentro de jóvenes y no tan jóvenes. Los cybers, aquellos lugares con máquinas con internet, supieron tener su época dorada en los ‘90 y actualmente son pocos los que quedan, los que se han reinventado frente a un contexto 2.0 que cada día parece ir más rápido dentro de nuestra sociedad.
Hoy la realidad es distinta, el mundo avanza y la mayoría de las personas cuenta con el servicio de internet en su casa o en el celular, pero estos locales resisten a estos nuevos tiempos y se revientan para seguir de pie.
En Mendoza, la cantidad de cybers no es la misma que años atrás y eso se nota. Ahora, ¿qué ofrecen estos locales en estos tiempos para poder subsistir?. Diseminados en diferentes puntos de la capital mendocina, en menor medida hay en los departamentos, el famoso cyber se ha convertido en un centro de atención de gamers pero también de profesionales o adultos mayores que desconocen cuestiones de “internet”.
Sebastián Petriachi es dueño de un cyber ubicado en calle Patricias Mendocinas, frente a la plaza Independencia y a metros de la Legislatura provincial. En diálogo con Los Andes, el joven afirma que el avance de la tecnología y la pandemia, son dos factores que incidieron, de forma negativa, en su rubro.
“La realidad es que cada vez se usa menos el cyber, nosotros hemos notado ese cambio y este tipo de comercio ha ido mutando a servicios, a ofrecerle un servicio a aquellas personas que por diferentes motivos no saben usar internet o no tienen una computadora en casa”, relató.
Como dijo el comerciante, su rubro ha sufrido los embates de la pandemia por Covid 19, que a ellos los obligó a cerrar 7 meses. “Fue un momento difícil porque no podíamos abrir el local porque estaba considerado de esparcimiento, la pandemia nos mató además porque al no poder venir más el cliente, optó por comprarse alguna computadora con impresora y realizar los trabajos en casa”, indicó.
Petriachi reconoció que su local nunca fue de videojuegos como suelen haber otros, y que su público estaba delimitado en “abogados, profesores, escribanos, productores de seguros o personas que nos enviaba la Legislatura para imprimir”. En total, ahora este cyber cuenta con 10 máquinas para el uso de internet. “Llegamos a tener 70 PC en su momento”, recordó Sebastián.
Si bien la mayoría de los argentinos accede a algún servicio básico de internet en casa o en algún lugar que cuente con wifi, hay personas que no lo tienen o directamente no saben usarlo por distintos motivos, situación que evidencia Petriachi.
“Como dije, mutamos a un rubro más de servicios y además de las impresiones, también viene gente que desea descargar alguna boleta o hacer un trámite que sea por la web, en el caso de los que necesiten una computadora para navegar, contamos con una buena velocidad. También teneos un sector que está destinado a la venta de algunos productos de librería como carpetas o folios, entre otros”, sostuvo el comerciante.
Sobre los precios que maneja en su negocio, Sebastián expresó que la hora de internet sale 600 pesos, una impresión en blanco y negro 40 pesos y si es a color 60 pesos, siempre hablando del valor por hoja.
Dejó de ser una novedad
En la misma sintonía que Petriachi, el titular de la Cámara de Empresarios de Comercio, Industria, Turismo y Servicios de la Ciudad de Mendoza, Adrián Alin, coincide que la llegada fuerte de internet y la tecnología afectaron letalmente a los dueños de cybers.
El dirigente expresó que el boom de estos comercios se dio hasta el 2003 y que luego, “este tipo de comercios o espacios dejaron de ser una novedad por así decirlo, la gente de clase media accedía a créditos para comprar una computadora de casa y dejó de ir a los cybers”.
A su vez, Alin indicó que “la aparición del celular y su posterior conexión a internet hicieron que se deje de ir a un lugar como el cyber o a los viejos locutorios con teléfonos fijos, en la actualidad notamos que hay cierto boom con los coworking, espacios destinados a trabajar donde uno alquila la oficina más el servicio de internet, para poder desarrollar su tarea o el negocio que tenga cada persona”.
La época dorada
En los años 2000 y hasta no hace mucho tiempo, en la capital mendocina abundaban los cybers y algunos ocupaban espacios inmensos que hoy se han transformado, por ejemplo, en casas de electrodomésticos de renombre nacional.
Este flashback no solo trae añoranzas para muchos sobre el manejo de internet o de una computadora, sino que va más allá, apunta a un aspecto social que cada día se va a apagando pero que encuentra en la reinversión un modo de subsistencia.
Más de un mendocino debe tener fresco en su memoria los famosos locales Web House, que poseían varias sucursales y donde los jóvenes se hacían habitués de estos lugares para jugarse alguna partida -en aquellos tiempos- de Counter Strike o el FIFA.
“Generalmente cuando iba jugaba con amigos al Counter Strike o todos relacionados de guerra o disparos, siempre íbamos cuando salíamos de la escuela y nos quedábamos hasta la madrugada algunas veces”, relató Enio (31), quien acudía a los Cybers como momento de recreación.
En tanto, Matías (34) comentó que el también solía ir con amigos hasta que tuvo su PC en casa. “Ahí ya jugábamos con mis amigos, pero al cyber íbamos seguido y directamente a jugar videos de disparos”,
En la actualidad y según datos que posee el área que registra locales comerciales en la Municipalidad de Ciudad, son 17 comercios en capital ofrecen servicios de internet, ya sea como actividad principal (acá entran los cybers) o como secundaria (podrían ser los lugares de cobro de boletas).
El mundo gamer
En la actualidad, los pocos cybers que quedan en Mendoza ofrecen el tradicional servicio de internet (navegar), impresiones, trámites pero también, el interesante mundo de los videojuegos en línea.
Y en este entorno, el público no ha decrecido como la cantidad de locales, sino que se han amoldado a los nuevos tiempos. Hay casos de cybers que tienen promociones para sus clientes para jugar o para participar de torneos, en juegos populares entre los jóvenes como Valorant, FIFA, o Lol.