El 27 de marzo se celebra el Día Mundial del Queso, una fecha destinada a honrar este alimento que ha sido parte de la historia de la humanidad durante milenios.
Con más de 2000 variedades en el mundo, el queso es valorado por su diversidad de sabores, texturas y aromas, que varían según el tipo de leche utilizada y el proceso de elaboración.
Los orígenes del queso se remontan a más de 6000 años atrás, vinculados a la domesticación de la oveja. Se cree que su creación fue accidental en Oriente Medio, donde la coagulación de la leche en un recipiente de estómago de cordero dio lugar al primer queso de la historia.
Desde entonces, su producción se ha extendido por todo el mundo, siendo Francia e Italia referentes destacados en la cultura quesera.
El Día Mundial del Queso es una oportunidad para destacar el valor de este alimento en la gastronomía y en el mundo rural.
Argentina, con más de 1000 queserías y una producción anual de 400.000 toneladas, es un importante actor en la industria quesera, generando empleo para decenas de miles de personas y siendo el principal consumidor de queso en América Latina.
Este año, en el contexto de la celebración, se destaca el crecimiento de la industria quesera argentina, que si bien aún se encuentra detrás de potencias como la Unión Europea y Estados Unidos, continúa expandiéndose y consolidándose en el mercado internacional.
El valor nutricional del queso
El queso, además de ser apreciado por su sabor y versatilidad en la cocina, también posee propiedades nutricionales beneficiosas para la salud.
Rico en calcio, proteínas, grasas y vitaminas, el queso es una fuente importante de nutrientes esenciales para el cuerpo humano. Su consumo moderado puede contribuir a fortalecer los huesos, mejorar la salud cardiovascular y proporcionar energía duradera.
Cada tipo de queso tiene su propia historia y tradiciones, reflejadas en su método de producción y en las características únicas que lo distinguen.
Desde los quesos suaves y cremosos hasta los más intensos y añejos, cada variedad ofrece una experiencia sensorial única que despierta los sentidos y deleita el paladar.
En el ámbito culinario, el queso es un ingrediente versátil que se utiliza en una amplia variedad de platos, desde entrantes y ensaladas hasta platos principales y postres.
Su capacidad para realzar el sabor de otros ingredientes y su capacidad de derretirse lo convierten en un elemento indispensable en la cocina de muchas culturas en todo el mundo.
Además de su importancia en la gastronomía, el queso también desempeña un papel significativo en la economía y la cultura de muchas regiones. En Argentina, por ejemplo, el queso es un símbolo de la identidad nacional y una fuente de orgullo para los productores locales.