En las últimas horas se viralizó un video de una joven que afirma que no pudo comprar un medicamento a pesar de tener las recetas y su documento. Según cuenta, cuando se dirigió al mostrador de la farmacia le solicitaron una serie de requisitos, como por ejemplo, una fotocopia del DNI del médico. Como la chica no contaba con dichos papeles, le pidió a su papá que compre el insumo. Horas después, el hombre pudo adquirirlo sin problema presentando solo la prescripción médica.
Su padre le explicó que ese medicamento es utilizado como droga. “Yo me quedé como, ha bueno tanta cara de pendeja drogadicta tengo. Ahora, si alguna vez tengo una emergencia y mi papá no puede ir por mi, qué hago, ¿me muero?”, reflexiona la joven al final del video.
La situación generó el enojo de los usuarios de TikTok, quienes afirmaron que la joven tendría que “denunciar a la farmacia, no pueden negarte eso sí vas con receta”. Otros con ironía señalaron, “les faltó decirte que le lleves la partida de nacimiento, la fotocopia legalizada del título y la libreta de casamiento de tu médico”. Incluso otro internauta manifestó, “me paso lo mismo no me lo quisieron vender y fui a otra farmacia me lo vendieron y me dieron un ticket para comprarlo sin receta la próxima.”
No venden a “caras de drogadicto” ¿mito o realidad?
Si bien no trascendió el nombre del local, ni el del remedio, Los Andes consultó con Juan Motta, farmacéutico y coordinador de Farmacias del Centro en Mendoza, quien explicó porque pudo darse esta confusa situación.
“Es un tema delicado. Más que nada porque no hay un protocolo oficial ante este tipo de casos. En el video quizás la chica puede que este rezongando de alguna medicación que no le quisieron vender y al padre sí. De toda maneras, hay que ver si realmente era un fármaco que pueda ser utilizado para producir un efecto inhibitorio del sistema nervioso central. Esto lo que hace es provocar el rebote del estado excitatorio de algunas drogas”, detalla Motta.
“En nuestro caso -continúa-, por ejemplo, la droga flunitrazepam, mejor conocida como Rohypnol, únicamente lo entregamos a pacientes que vengan con receta de obra social o prepaga. Más que nada porque es mucho más difícil que una persona que esté con adicciones consiga una prescripción de este tipo y no así las recetas particulares que quizás las consiguen más fácilmente”.
Por último, Juan Motta, afirma que “lo que hacemos es tratar de poner un poco más de trabas para este tipo de situaciones y que no sean muy accesibles para estas personas porque estaríamos colaborando con las adicciones. Como somos agentes de la salud tenemos que apostar a la salud de las personas. Por eso nos interiorizamos en ver cuál va a hacer el uso y de dónde obtuvo esa receta o para qué se lo han recetado”.