La Unidad piquetera marchó por la avenida de Mayo hacia el Ministerio de Economía, con la intención de concretar una audiencia con Sergio Massa. En tanto, otros se dirigieron hacia Desarrollo Social.
Tras la conferencia del dirigente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, los piqueteros armaron las carpas y dispusieron que se quedarán allí hasta las 11 de este jueves.
Representantes de las agrupaciones lograron reunirse con el director de Asuntos Institucionales de la cartera económica, pero la meta de sentarse con Massa (con agenda de un actividad con Fernanda Raverta, de la ANSeS) no tuvo respuesta cierta.
La tensión social no aflojó con los cambios en el Gabinete. Ahora, los movimientos sociales reclaman esa reunión con el nuevo ministro para hablar sobre la política de “reordenamiento de planes sociales” que busca impulsar el Gobierno. La falta de respuesta derivó en el despliegue del acampe.
“La situación social está reventando, no se puede pensar más. necesitamos respuestas, por eso nos quedamos acá. Porque Massa tiene tiempo para todo, se va a reunir con la CGT y los empresarios para discutir el problema de los precios”, se quejó Belliboni, al anunciar la decisión que, dijo, se tomó en asamblea.
“La unidad piquetera permanecerá en la Plaza de Mayo y todas las plazas del país para que nos atienda Massa”, habían expresado en un comunicado. Acusaban al funcionario de Alberto Fernández de querer “aplicar una política de ajuste al servicio del pacto con el FMI”.
La definición de un posible acampe se debatió durante toda la tarde. Mientras un grupo de piqueteros también caminó hacia la cartera de otro interlocutor: el ministro Juan Zabaleta, que suele evitar encuentros en manifestaciones en marcha. Desde Economía le derivan al funcionario social que atienda el reclamo piquetero. El ida y vuelta entre nombres del Gabinete encargado de atender a los movimientos sociales ahondó la protesta.
Las columnas concentraron desde las 10 en tres puntos de la Ciudad: avenida de Mayo, Belgrano y el Obelisco. Desde allí, cerca del mediodía, partieron rumbo a la plaza, donde prometen hacer una permanencia.
A medida que la movilización avanzaba hacia la plaza distintas calles del microcentro eran cortadas por la policía y agentes de tránsito porteño. Mientras los automovilistas que habían quedado atrapados en medio de las columnas de manifestantes protestaban por un nuevo corte de arterias.
El tránsito en la zona y el bajo fue un caos durante toda la jornada, como suele ser algo común cada vez que hay una marcha de estas características en el centro porteño.
Pasadas las 18, cuando se rumoreaba que el referente del Polo Obrero, saldría a hablar, los manifestantes ya habían empezado tímidamente a desplegar las carpas en el piso -sin inflarlas ni colocarle las varillas- que utilizaban para sentarse. Apenas terminó de hablar el dirigente, comenzaron a montarlas y prendieron el fuego de las parrillas.
Según trascendió, los piqueteros lograron un arreglo con la Ciudad de subir las carpas a la plaza y despejar las calles. En rigor, fue tras una no muy amena llamada telefónica que hizo el ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, a Belliboni, con quien siempre mantiene un diálogo tenso. Cansado de la inacción de la Policía Federal, el funcionario de Horacio Rodríguez Larreta le exigió al piquetero que se liberen las calles aledañas y se suban las carpas a la plaza, para garantizar la libre circulación.
Además, trascendió de fuentes piqueteras que un grupo grande de manifestantes no acampará. Muchos aprovecharán los últimos trenes a provincia de Buenos Aires para volver a sus casas. Quedará el núcleo duro.
Belliboni enfrentó a los medios poco antes de las 19 y contó que decidieron quedarse después de una reunión “frustrante” con un funcionario menor del Ministerio de Economía.
“Dijo que están pensando la situación social en la Argentina. Se ve que son rápidos para intentar resolver los problemas de los capitalistas, de los productores agropecuarios que es lo que están discutiendo, pero no tienen una sola propuesta para los trabajadores, los jubilados y para los que, como los que están acá, no pueden poner un solo plato de comida en su mesa”, disparó el dirigente.
Aseguró que el Gobierno está pensando la situación social y que “no se puede pensar más”.
“Massa tiene tiempo para todo, se va a reunir con la CGT y los empresarios para discutir el problema de los precios y salarios, un acuerdo. Lo que ocurre con esos acuerdos es que los precios aumentan y los salarios no”. continuó. Justo después apuntó los cañones contra la CGT, de la que dijo que da “vergüenza”.
“Necesitamos un plan de lucha y un paro nacional en la Argentina, que la CGT no siga mirando para otro lado. En la Argentina hay salarios de miseria. Los que trabajan todos los días vienen a los comedores populares nuestros, muchos de los cuales están en sindicatos cuya CGT no ha lanzado una sola medida y no ha fijado el reclamo salarial que necesitamos”, agitó Belliboni.
Y dirigente de izquierda volvió a reclamar “un paro y plan de lucha”, que pida por el salario. “La CGT no habla del salario en la Argentina, es una vergüenza. Los jubilados de la mínima tienen un ingreso de indigencia. Los que lo siguen están apenas arriba de la línea de pobreza. Esto no se puede aguantar más”, concluyó.
El discurso de Massa que generó el conflicto
Luego de asumir en el cargo, Massa confirmó que el Gobierno avanzará en un reordenamiento de los planes sociales en un proceso que se desplegará durante los próximos 12 meses.
“Encararemos una política de reordenamiento de los planes sociales durante los próximos 12 meses, poniendo foco en 3 ejes: vuelta al mercado de trabajo, fortalecimiento de trabajo asociativo y cooperativo y protección de los argentinos que viven en situaciones de vulnerabilidad”, anunció Massa en una conferencia de prensa ofrecida tras jurar en su cargo.
El flamante ministro anticipó que el 15 de agosto “comenzará una auditoría de los planes sociales que realizarán las universidades”. A partir de esa información a relevar, Massa aseguró que “quien no cumpla” con los requisitos y compromisos que impone cada programa “recibirá la suspensión del plan y en paralelo, la liquidación se cruzará con las bases de datos de la Anses”.
“Nuestra idea de país es que el plan sea la emergencia, y el trabajo lo permanente”, afirmó el titular de la cartera económica.
Las organizaciones recordaron que ya habían solicitado una audiencia con la entonces ministra de Economía, Silvina Batakis, que “no fue concedida”, por lo que reiteraron el pedido, esta vez dirigido a Massa.
A la movilización se sumó el Nuevo MAS, un partido de izquierda, “en rechazo a la auditoría de planes sociales que impulsa Massa y el Frente de Todos como parte del plan de ajuste recesivo”, según comunicaron.
“Que se audite a las empresas de transportes que acaban de ser beneficiadas por el FdT con el aumento de 40% del boleto en AMBA y que cobran pasajes hasta de 80 pesos en las provincias, por ejemplo, en vez de auditar a la gente sin trabajo”, contrastó la dirigente Manuela Castañeira al anuncio oficial de Massa.
Por su parte, el titular de Hacienda participó de un acto junto al presidente Alberto Fernández en la localidad de Salliqueló, para la firma de contratos para el gasoducto Néstor Kirchner. Y luego tenía agenda oficial.