La interna del SUTE se mete en el debate de la nueva Ley de Educación

La izquerda y el kirchnerismo volverán a enfrentarse el año próximo por la conducción del gremio. Las escaramuzas ya empezaron, en plena discusión del proyecto oficial.

Unidos por el "Espanto". El rechazo al proyecto de la DGE es lo único en lo que coinciden los sectores que pelean en el SUTE.
Unidos por el "Espanto". El rechazo al proyecto de la DGE es lo único en lo que coinciden los sectores que pelean en el SUTE.

El debate de la nueva ley de Educación, propuesta por el gobierno de Rodolfo Suárez y resistida por el SUTE, es un ingrediente que volvió a poner sobre la mesa la disputa interna en el gremio. Concretamente, entre el sector oficialista liderado por Sebastián Henríquez, trotskista; y la oposición referenciada en el peronismo K, que quiere recuperar el año que viene la conducción del sindicato docente que perdió en 2017.

En medio de acusaciones cruzadas que muestran sus diferentes visiones, ambas partes tienen hoy una sola coincidencia: el rechazo al proyecto propuesto por el director General de Escuelas, José Thomas. Sin embargo, esa resistencia no se traduce en unión; todo lo contrario, cada sector por su lado planea estrategias para pelear contra el proyecto oficial.

El sindicato es hoy conducido por la izquierda agrupada en el Frente de Unidad por la Recuperación del SUTE (FURS), que concentra a las listas Marrón, Verde, Bordó, Rosa e Índigo. Henríquez, el secretario general, ha tenido que enfrentar y aplacar tensiones internas en toda esa gama de colores.

Enfrente tiene a dos sectores, cuyo fuerte están en las seccionales departamentales: la lista Azul-Naranja, kirchnerista, cuyo referente es el titular de la CTA, Gustavo Correa; y la Celeste, conducida por sus líderes históricos, Gustavo Maure y Javier Guevara, ex secretarios generales del SUTE.

Para resistir la nueva Ley de Educación, el sector kirchnerista organizó el “ayuno de las 1.000 horas” del 11 al 17 de este mes, del cual participaron el frente Azul Naranja, la CGT, la CTA y el gremio de docentes privados Sadop. En tanto, desde el oficialismo harán “caravanazos” el próximo martes y miércoles (ver aparte), con el apoyo de Sadop y de gremios universitarios como Fadiunc, Upjcm y Siduncu.

Control limitado y disputas

Las tres fuerzas nombradas se reparten prácticamente en tercios el universo del SUTE, lo mismo que las seccionales. La izquierda oficialista (FURS) controla Godoy Cruz, Capital, Las Heras, Luján, Tunuyán y Guaymallén; el kirchnerismo lo hace en La Paz, Santa Rosa, Rivadavia, San Martín, Tupungato, San Carlos y San Rafael; y el peronismo Lavalle, Maipú, Junín, General Alvear y Malargüe.

En diálogo con Los Andes, Henríquez trató de minimizar el conflicto interno, en medio de la contienda con el Poder Ejecutivo. “No es una novedad que el SUTE tiene debates, internas y una característica que no se ha dado en su historia: somos una conducción provincial que tiene que conducir con dos tercios, en la cual la mayoría del sindicato está en manos de otras listas que actúan como oposición”, expresó.

No obstante, aseguró que las escuelas “esperan que esta conducción y yo debatamos con el Gobierno y nos organicemos para la pelea. Yo por lo menos no estoy dispuesto a darle relevancia a esto. Sí a debatir con nuestros compañeros y compañeras, también incluidos los que están en otros espacios”, marcó.

Del lado del frente Azul-Naranja, Correa coincidió en que deben trabajar en conjunto, porque “no hay división con el SUTE respecto al rechazo al proyecto. Pero -agregó- el problema es que la conducción no registra la necesidad de construir unidad, siguen enfrascados en cuestiones chicas y no reconocen sus debilidades”.

También apuntó contra Henríquez al indicar que hay “debilidad” en la conducción: “Es la primera vez en 14 años que no tenemos paritarias. En abril pedimos plenarios y demoraron 6 meses en sacarlo. El SUTE siempre ha marcado una línea de lucha y este año desapareció del sistema público como horizonte a seguir. Han tenido concesiones con el gobierno provincial, que el radicalismo aprovechó y perdimos los trabajadores”.

En los últimos días, mientras se conocía el proyecto de Ley por parte de la DGE, desde el sector K iniciaron el fuego cruzado denunciando “burocracia sindical” en el gremio en la participación en el plenario convocado para discurir el proyecto. “Claramente no quieren que participe nadie”, lanzaron, recibiendo la respuesta por parte de dirigentes del PTS.

Las diferencias entre ambos sectores se hicieron evidentes cuando tras tras una votación en un plenario del SUTE que fue impugnada por Correa, en agosto de 2018, la izquierda resolvió retirarse de la CTA.

Dos años después, las diferencias no se han resuelto y, con las elecciones de junio de 2021 a la vista, el enfrentamiento vuelve a recrudecer.

Hay quienes no descartan una eventual unión del peronismo entre las listas Celeste y Azul-Naranja. “¿Alguien pensó que Cristina (Kirchner), Alberto (Fernández) y (Sergio) Massa iban a estar juntos? Quién sabe si no hay unión para recuperar el SUTE”, dejaron entrever quienes conocen la política interna el sindicato.

Unidos por el espanto

Aunque los separa la política gremial, a Henríquez y Correa los une hoy el rechazo al borrador del proyecto de ley de Educación.

El actual titular del SUTE planteó que “no es el momento de discutir esta ley en el marco de la crisis económica y sanitaria; pero sí es el momento de debatir sobre educación y dar respuestas a los problemas”-

“Este proyecto no trae respuesta a ninguno de los problemas reales del servicio educativo y trae problemas nuevos, como buscar evaluar a los docentes, reformar el estatuto del docente y seguir culpabilizándonos a nosotros del problema del sistema educativo”, consideró.

Y agregó: “Han vaciado las escuelas de tal manera que se autosustentan, porque viven de la beneficiencia, de las cooperadoras, de nuestro propio bolsillo. Nosotros pedimos reabrir paritarias para discutir la enorme emergencia del sistema educativo y luego de dar respuestas, discutir la actualización de la ley con una nueva ley de financiamiento educativo”.

En similares términos se pronunció Correa, al remarcar algunos artículos “en los que se presenta una escuela municipalizada, carreras docentes en las que ganás lo que producís como si los alumnos fueran mercancía, entre otros”.

“Si se aprueba la Ley perdemos los trabajadores, el sistema educativo y los alumnos”, lanzó el líder de la oposición en el SUTE.

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