Ucrania, el problema de estar entre dos polos mundiales de poder

Resulta obvio, que la crisis de Ucrania, es un conflicto entre dos grandes potencias que se disputan un tercero.

El presidente ruso Vladimir Putin y su par ucraniano, Volodymyr Zelensky
El presidente ruso Vladimir Putin y su par ucraniano, Volodymyr Zelensky

Ucrania vive en estos momentos una crisis existencial por amenazas de invasión de su poderoso vecino ruso por un lado y los “llamados de sirena” de la OTAN-Unión Europea por el otro.

Una explicación de la crisis, entre otras muchas ampliamente conocidas y que tienen distinto nivel de causalidad, es que el país se encuentra en lo que podríamos llamar, utilizando términos geológicos, en una “falla geostratégica”, es decir un espacio ubicado entre dos “polos mundiales de poder” que se lo disputan.

Es la idea que esbozó entre otros, Samuel Huntington en su obra “The Clash of Civilizatión and de Remaking de World Order” (El choque de civilizaciones y reconfiguración del orden mundial) para explicar el mundo luego de la caída del Muro de Berlín.

Es un espacio geográfico que se ubica entre el Mar Báltico y el Mar Negro y comprende de Norte a Sur a Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Moldavia, Ucrania (la lista puede ampliarse).

Es un rosario de países muy diferentes entre sí, que han oscilado a lo largo de su historia entre la civilización eslava, cristiana ortodoxa, por el Este y la civilización occidental, católica/protestante por el Oeste.

En algunos la filiación cultural es más clara, pero ello no ha evitado que oscilen políticamente entre los dos polos.

Por ello, la historia de dichos países es referirse a la historia de sus poderosos vecinos, llámese Imperio Ruso, URSS, Federación Rusa por un ladoy por el otro Imperio Austríaco, Alemania (II y III Reich), Unión Europea, OTAN, etc..

Esa ubicación los ha sometido históricamente a ocupación, cesión, reparto, protectorado, etc. y a sus poblaciones a procesos de culturalización forzada, desplazamientos, privación de derechos, supresión de nacionalidad, genocidios (como el “holodomor” ucraniano), etc.

Los líderes y estadistas de esos países, aunque se cuidaron de sostener el “espíritu nacional”, poco pudieron hacer para mantener la independencia política de sus países ante sus “leviatanes” vecinos.

Además, al estar entre dos “civilizaciones” ese espacio geográfico es una zona difusa culturalmente hablando, donde no resulta totalmente útil como “divisoria de aguas” la lengua, la raza y/o la religión.-

Esos Estados ensayaron diversas maneras de sostener su independencia, desde lo formal por tratados internacionales (defensivos, de no agresión, de garantías mutuas, etc.), que demostraron en la práctica su inutilidad; pero también pensaron soluciones concretas desde la perspectiva geopolítica, por ejemplo las “ententes” o alianzas militares.

Ya en el siglo XV, existió una Federación Polaco-Lituana, que consistió en un poderoso Estado que mantuvo a raya a los Caballeros Teutones de la Prusia Oriental por el Oeste y a los reinos eslavos por el Este. En tiempos modernos, en el período de entreguerras, para reafirmar la reciente independencia, apareció el proyecto del líder polaco Josef Pilsudski, de un gran Estado que fuera del Mal Báltico al Mar Negro, llamado “entre mares”, para contener la amenaza hitleriana y la soviética.-

No son los Estados “tapón” de la disciplina de la geopolítica, es decir aquellos Estados creados, más o menos artificialmente, para interponerlos entre la potencias y disminuir las posibilidades de conflicto. Fue el caso de Bélgica independiente desde 1830, creada para interponerse entre Francia, Alemania y Gran Bretaña, porque los países de que hablamos tienen una larga existencia histórica.

Desde el derecho internacional, existen soluciones como la “neutralización” impuesta al Estado en cuestión por las potencias, que garantizaría la independencia del mismo.

Fue el caso de Austria luego de la Segunda Guerra Mundial. Pero está solución no se adecua a los Estados medios o grandes, como Ucrania, que además claramente pertenece a la civilización eslava.

Resulta obvio, que la crisis de Ucrania, es un conflicto entre dos grandes potencias que se disputan un tercero, pero creemos que la perspectiva histórica y geográfica y lo que llamamos “falla geoestratégica”, resulta útil para la cabal comprensión de la actual crisis.

De lo dicho, se desprende también que la solución del conflicto no está en manos de los ucranianos.

*El autor es Licenciado en Relaciones Internacionales

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