En campaña, para seducir en medio del desencanto

Hay un generalizado malhumor social que es lógico que tenga como primeros destinatarios a los que, también por imperio de la crisis, cada vez les cuesta más vender ilusiones.

La política no se detiene. Los preparativos para el intenso proceso electoral del año se intensifican. Y en el caso de Mendoza, los tiempos se acortan por la exigencia que marca el calendario propio, con elecciones primarias y generales bastante distanciadas.

Hay algo muy claro: mucho deberán esforzarse los dirigentes políticos locales para interesar a los ciudadanos con sus propuestas para las primarias del 11 de junio. La dramática crisis económica y social que soporta el país envía a un segundo plano a todo aquello que no tenga que ver con el cotidiano trajín: intentar hacerse de un peso más o estirar al máximo lo disponible, que, aunque no sea poco, rinde cada vez menos.

Hay un generalizado malhumor social que es lógico que tenga como primeros destinatarios a los que, también por imperio de la crisis, cada vez les cuesta más vender ilusiones.

Por eso no pasa inadvertido el índice inflacionario de abril, que le pegó a Mendoza con un 8,9%, superando la ya trágica media nacional, de 8,4%. No es correcto culpar a una administración provincial por las consecuencias de un descalabro económico como el que soporta el país, pero sí es cierto que el número difundido repercute, hace “ruido”, y apuntala ese eterno concepto de provincia cara que se ha ganado Mendoza con los años. Y a la hora de atribuir responsabilidades mucha gente se desentiende de las incumbencias y culpa a todos por igual. Poco importa si el responsable tiene chapa de autoridad nacional, provincial o departamental.

Hecha esta introducción, bajemos, ahora sí, al barro de la política partidaria.

Los demócratas progresistas, los “gansos” que participaron de los gobiernos de Cambia Mendoza y que no volvieron a su partido de origen, están entusiasmados con la precandidatura a intendente de Godoy Cruz de Oscar Sagás, uno de los principales funcionarios del Ministerio de Salud en los últimos años. Se presenta por el sector que lidera Luis Petri, que, por lo menos, aspira a obtener en el mano a mano con el sector de Cornejo un porcentaje que facilite participación en las listas definitivas que competirán en las generales de setiembre.

Sin embargo, del lado de Cornejo, que impulsa para jefe departamental al muy cercano Diego Costarelli, no ven con desagrado la movida de la competencia interna, porque de alguna manera sirve para contener la segura embestida del frente que formó De Marchi. Godoy Cruz es un departamento emblemático para el cornejismo y de mucho peso a nivel electoral.

De todos modos, los demócratas aliados a Petri para las PASO del 11 de junio están conformes con el armado que realizaron porque ganan protagonismo y no están tan pendientes, tanto ellos como otros partidos “chicos” que permanecen en la coalición oficialista, de lo que les pueda dar o dejar Cornejo.

Los demócratas de Cambia Mendoza (PDP) tuvieron expectativas hasta con el armado de la fórmula provincial del oficialismo (ofrecían a la diputada Josefina Canale) hasta que Cornejo optó por la sanrafaelina Hebe Casado, del sector no demarchista de Pro.

Siempre es bueno recordar que de lo que resulta de las PASO surge la conformación de las listas definitivas para las generales. Los porcentajes del que pierde en la interna que dirimen las elecciones primarias son importantes a la hora de definir lugares en las listas definitivas. Por ejemplo, aun perdiendo ante Cornejo, Petri puede aspirar a un lugar en la lista de candidatos a diputados nacionales en lugar entrable. ¿Por qué no?

Además de Godoy Cruz, el radicalismo tiene la esperanza de hacer una muy buena elección en Guaymallén. Han trascendido encuestas no difundidas que le otorgan una importante ventaja en ese departamento. Dato que tranquiliza al cornejo-suarismo, que ya tiene bastante trabajo para equilibrar las cosas en Las Heras tras la partida del intendente Orozco para sumarse a la fórmula provincial de De Marchi.

Como Guaymallén, Las Heras es un departamento crucial por cantidad de habitantes y barriadas populares exigentes. Al peronismo le costó mucho recuperarse del golpe que significó la aparición triunfante de Daniel Orozco en 2015, poniéndole fin a una hegemonía de casi tres décadas. Y alguna encuesta lo estaría ubicando hoy al PJ en un sorprendente tercer lugar, alejado del armado de De Marchi y de Cambia Mendoza, que lideraría con respetable ventaja, aunque con dudosa proyección después de las PASO.

Como suele ocurrir en el camino hacia elecciones, las especulaciones abundan. Es que un resultado realmente adverso para el justicialismo, que lo llevase a un histórico tercer puesto (fue tercero en Mendoza con “Chiqui” García como candidato en las elecciones generales de 1999, cuando ganó Iglesias y fue segundo Balter, por el PD) podría tener derivaciones diversas según el resultado de su propia interna.

Se estima que la fórmula que encabeza Omar Parisi, ahora confeso militante K, podría generar una mayor dispersión de votantes del peronismo más tradicional en las generales de setiembre. No así Guillermo Carmona, que puede fidelizar el voto de los peronistas que ya no quieren saber nada con el kirchnerismo. Obviamente, el más interesado en este desenlace en el frente peronista es el nuevo ensamble de De Marchi, que no se resigna a no tener como adherentes a “caciques” departamentales, como Righi, Aveiro o Stevanato, a los que en el entorno de De Marchi siguen esperando, aunque sea como influencers de votantes peronistas no K.

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