Cornejo, obligado a cambiar y a abrazarse a Petri para ganar

El ex gobernador obtuvo un porcentaje inferior al esperado, pero se refugió en que el frente oficialista reunió más del doble de votos que el segundo. La gran diferencia fue gracias a que el aporte de su rival interno superó todas las previsiones. De Marchi se aferra a que quedó seis puntos abajo del ahora candidato radical, pero para crecer debería también modificar su perfil de opositor acérrimo destinado a seducir a peronistas.

Ilustración: Gabriel Fernández
Ilustración: Gabriel Fernández

Alfredo Cornejo se enfrentó ayer a un sentimiento ambiguo: fue el precandidato a gobernador más votado en las primarias y Cambia Mendoza obtuvo más del doble de votos que su inmediato seguidor. Casi un resultado soñado. Pero la realidad suele ser más dura que los sueños. El porcentaje que reunió, 26%, está bastante por debajo del deseado y si el frente oficialista superó los pronósticos de esos mismos sondeos fue paradójicamente por el aporte impensado de su rival interno, Luis Petri.

Esto implica que el ahora candidato oficializado de Cambia Mendoza deberá modificar seguramente el plan que se había trazado para los tres meses y medio que restan hasta las elecciones generales del 24 de setiembre. Cornejo hubiese preferido no depender de nadie para ganar. Ahora, tendrá que abrazarse a Petri, como ya hizo anoche, para intentar retener ese 17% de los votos que captó el ex diputado nacional, el doble de lo que preveían los estudios más optimistas.

Aunque para lograr contener a todos los votantes del frente, además de mostrarse junto a la sorpresa de las PASO en el largo recorrido hasta las generales, también deberá modificar discurso y actitudes. Un candidato debe proponer a los ciudadanos más que malas noticias, críticas y excusas. Además, debe generar esperanza y ofrecer soluciones.

El resultado de ayer es un llamado de atención personal para el candidato y también para la gestión de Rodolfo Suárez. Aunque disguste en el Gobierno, nadie puede desmentir que el 74% de los mendocinos votó en contra de este presente. Porque incluso Petri se mostró crítico de lo que se está haciendo. Habló de una Mendoza en pausa, de inseguridad y hasta se animó a cuestionar el ítem aula.

El senador sabía de antemano con claridad que la gestión flaca en hechos era una de las mochilas que tendría que cargar en su intento de retornar a la gobernación. La carencia de grandes obras, los 1.000 millones de dólares de Portezuelo inmovilizados, proyectos mineros y petroleros potencialmente importantes pero en veremos y hasta desinterés por algunos temas sensibles son muchos flancos débiles para un candidato oficialista.

Para completar el escenario desfavorable, Cornejo tampoco contó con el apoyo invalorable que suele dar en una elección el empuje de los intendentes. Muchos de los “exitosos” no se podían reelegir, pero en general todos estuvieron por debajo de lo esperado. Ulpiano Suárez, de Capital, reunió el 40%. Diego Costarelli, debutante en Godoy Cruz, el 33%. Marcos Calvente, en Guaymallén, 27%. Los dos candidatos lasherinos, Lo Presti y Tello, sólo 23%.

Eso sin contar que, en Malargüe, Juan Manuel Ojeda fue aplastado y apenas cosechó 16% de los votos o que en Rivadavia el oficialismo se impuso pero magramente. Sólo el vicegobernador Mario Abed, en su camino de retorno a Junín, aportó una paliza con el 53% que consiguió.

Para comprender acabadamente el aporte que hizo Petri a Cambia Mendoza hay que tener en cuenta dos datos: él solo sacó más votos que los cuatro candidatos del peronismo juntos y quedó más cerca de Omar de Marchi que éste de Cornejo.

La interna fue deseada y buscada por el ex gobernador a sabiendas de que captaría votos que a él se le escapaban. Los que han apoyado desde siempre al frente oficialista pero están disconformes con el presente. Una opción interna era una forma de contenerlos y a la vez de evitar que se vieran atraídos por De Marchi, el aliado que se fue dando un portazo para convertirse en opositor. Lo que tal vez nunca imaginó es que Petri crecería tanto.

Lo que podría ser visto como una mala noticia, en el oficialismo lo toman como una oportunidad: los votantes de Petri son del frente y con los ajustes adecuados pueden ser también de Cornejo en su intento de ser el primer ex gobernador que vuelve.

Eso fue lo que festejó el oficialismo del oficialismo anoche, aunque sus números por sí solos no dieran para festejar. Al fin de cuentas, parece que lo importante es lo que se muestra.

Para despejar dudas, Petri, que tuvo el respaldo de Julio Cobos, fue hasta el hotel donde festejaba Cornejo y dejó en claro que ante todo es radical y cuando decidió jugar, lo hizo dentro del frente. Sus críticas, casi tan duras como las de los opositores, se terminaron con la campaña.

Pero ahora también hará valer esos votos que obtuvo y nadie imaginaba. En menos de dos semanas cierran las listas para las elecciones nacionales y no son pocos los que ya imaginan al derrotado al tope de la lista de diputados nacionales, ese lugar que se le negó en las legislativas de 2021.

En ese afán de mostrar triunfalismo, todos ayer hicieron su show. En el salón donde De Marchi y los suyos se reunieron daban números que nunca alcanzaron para evitar decir que estaban en el 20% clavado. Hasta anunciaron un triunfo en Las Heras que un rato después la realidad demolió con los datos oficiales.

La derrota en Las Heras de La Unión Mendocina fue quizás la mayor satisfacción de Cambia Mendoza. Ganar en el territorio de Daniel Orozco, el intendente radical que se fue al frente opositor justamente para intentar mantener el control del departamento, fue como una suerte de vendetta.

Ese golpe deberá asimilarlo el demarchismo en las próximas horas, lo más rápidamente posible. Cuando hace dos meses De Marchi anunció su fórmula con Orozco y sorprendió al micromundo de la política, creyó haber logrado la figura clave que le permitiría ganar uno de los departamentos grandes y así compensar el poderío territorial del oficialismo. Está claro que el cálculo salió mal. Sólo le quedó “su” Luján de su lado.

Con la derrota consumada, ahora la duda es cómo reaccionará Orozco ante la posibilidad cierta de perder el botín que no quería soltar y cómo impactará en La Unión Mendocina.

De Marchi buscó limitar el análisis del resultado a los números de Cornejo y los suyos. Seis puntos de diferencia. Sacando de la cuenta los de Petri. Pero los antecedentes juegan en su contra: cuando en 2019 él mismo se enfrentó a Rodolfo Suárez por la candidatura a gobernador, los 12 puntos que obtuvo fueron íntegramente al radical en la elección final. De hecho, los 42 puntos de las primarias crecieron hasta llegar a 50.

Algo similar pasó en el peronismo tras las PASO de 2015 y 2019: los ganadores retuvieron luego en las generales los votos de los derrotados.

Tal fue el impacto por el porcentaje de Petri que, incluso antes de que se conocieran los resultados oficiales, los dirigentes de La Unión Mendocina buscaron apropiarse de su slogan: “dale play a Mendoza”. Es más, el propio De Marchi se subió a esa ola y habló de una provincia “apagada”.

Pero captar los votos de la sorpresa de la elección no será fácil para el segundo más votado ayer. Aunque puedan estar disconformes, al fin de cuentas son votantes del frente oficialista, no de la oposición.

El nuevo escenario pone a De Marchi en una encrucijada: para crecer a partir de ahora deberá conquistar a votantes del oficialismo y claramente antiperonistas, cuando hasta ayer mismo buscó perforar su techo histórico como un opositor acérrimo y adaptando su discurso para seducir a peronistas. A todos esos que no se sentían atraídos por ninguna de las cuatro fórmulas que ayer lograron arrastrar al PJ a su peor performance en 40 años de democracia.

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