Abarrotada de propaganda política orienté mi atención a lo que “no decían” en sus promesas electorales los candidatos. Y lo que “no decían” lo considero una falta grave y una oportunidad para los ciudadanos de no tener el voto como único ejercicio en la democracia de nuestro país.
Esta oportunidad está dada en darle a conocer a nuestros futuros representantes la omisión permanente del manejo y aplicación irrestricta de la Constitución Nacional. Es necesario recordarles lo siguiente:
Por favor, recuerden respetar la Constitución. Ninguno de los candidatos da a entender que su actividad, si llegase a ser electo, sería ajustado a ella de forma permanente.
Hay quienes proponen jugosos aumentos en las jubilaciones más atrasadas mediante un DNU, avisando que será su primera decisión en el gobierno, lo que indica que el Congreso estará de figurita. Descreen, desde el primer momento, del saludable ejercicio de una República democrática.
Desde el vamos harán lo que quieran y no lo que corresponda. Hacer lo que corresponda es muy sencillo: ajustarse a la Constitución puesto que serán elegidos en un país regido por ella.
Entonces, considero una gran oportunidad para nosotros, los ciudadanos que vivimos en democracia, hacerles ver a todos los que pregonan promesas, lejos de nuestra Carta Magna la necesidad y conveniencia de acercarse lo más posible a los postulados constitucionales, empezando por el Art. 93 referido al juramento presidencial, impuesto que establece…. Observar y hacer observar “fielmente” esta Constitución.
Nada mejor que acercarse a este “librito”, como lo llamaba el inolvidable profesor Emilio Descotte para adoctrinar a nuestros representantes que deben ajustarse a la ley inclaudicablemente para que la democracia en la Argentina sea tomada en serio.
Me pregunto, cuando la generación joven llegue al poder ¿con qué elementos gobernará? Ya que no se ve en las escuelas el conocimiento y análisis de la Constitución.