A 105 días del comienzo de la guerra de Israel contra Hamás en la Franja de Gaza, continúan los hallazgos y las noticias espeluznantes sobre el accionar de los terroristas financiados por Irán. Esta vez, se conoció la triste historia del sargento Adir Tahar, quien fue asesinado durante la masacre del 7 de octubre y cuyo destino fue, lamentablemente, el de muchos israelíes en los últimos años.
El sargento, que estaba en servicio la fatídica mañana de Shabat en Sucot, fue asesinado con metralla, su cuerpo fue violado reiteradas veces una vez muerto, luego fue descuartizado y sus restos, arrojados a un descampado. Sin embargo, los terroristas se llevaron su cabeza como trofeo, la guardaron en una heladera de helados de un negocio “familiar” en Gaza y la pusieron a la venta por internet. Pedían por ella la suma de 10.000 dólares.
David Tahar, padre del sargento asesinado, contó al Canal 14 israelí cómo pasó meses buscando la cabeza de su hijo, que fue encontrada tras una investigación del Shin Bet, las fuerzas de seguridad de Israel. Tahar, a pesar de las advertencias que le hicieron sobre el estado del cuerpo de su hijo, quiso verlo una vez que su muerte había sido confirmada. “Insistí mucho ante el ejército para ver el cuerpo. Intentaron explicarme que no debía verlo”.
“Media hora antes de enterrar a mi hijo, su cuerpo llegó al [cementerio] de Monte Herzl, abrí el ataúd cuando estaba solo… Comprendí exactamente lo que estaba enterrando. Estaba irreconocible. Lo identifiqué por los discos [placas del ejército] que llevaba en los zapatos”.
Sin embargo, Tahar y su familia tuvieron que enterrar a Adir sin cabeza. “Durante casi dos meses y medio, le di la vuelta al mundo para saber dónde estaba la cabeza”, relató el padre del soldado. “Hay un vídeo”, prosiguió Tahar. “Internet se inundó de vídeos de terror… Lo vi casi todo. Por desgracia, encontré el vídeo de mi hijo en el que se ve que mi hijo se queda sin esta parte esencial de él”.
“Durante el interrogatorio de dos terroristas detenidos, el Shin Bet logró darse cuenta de que uno de ellos intentó vender la cabeza. La cabeza de un soldado por 10.000 dólares”, contó Tahar a medios israelíes. “Las fuerzas especiales, junto con una unidad blindada, entraron en el centro de Gaza, en la plaza Palestina, dentro del congelador de una heladería, dentro de una bolsa lateral con pelotas de tenis y documentos, estaba la cabeza de mi hijo. Consiguieron traer lo que quedaba y lo enterramos”.
136 civiles continúan rehenes de los mismos terroristas que hicieron esto a Adir, además de las incontables atrocidades que cuentan con evidencia irrefutable recopilada en un sitio web creado por el gobierno de Israel y las FDI, donde los propios palestinos filmaron sus crímenes. Kfir, el más pequeño de los rehenes, ayer cumplió su primer año de vida en cautiverio, al igual que su mamá Shiri, su hermano Ariel de 4 años y su papá Yarden.