EE.UU. se desmarca y acusa a Ucrania por la destrucción de los Nordstream

Luego del escándalo desatado por la investigación del premio Pulitzer Seymour Hersh sobre la responsabilidad estadounidense en el atentado a los gasoductos, los medios occidentales lanzaron una “campaña” para culpar a Ucrania.

EE.UU. acusa a Ucrania por los atentados de Nordstream 1 y 2. En la imagen, Joe Biden y Volodimir Zelenski, presidentes de ambos países respectivamente.
EE.UU. acusa a Ucrania por los atentados de Nordstream 1 y 2. En la imagen, Joe Biden y Volodimir Zelenski, presidentes de ambos países respectivamente.

Un mesi más tarde de la publicación del distinguido periodista Seymour Hersh sobre la responsabilidad del gobierno de Joe Biden en los atentados a las líneas de Nordstream 1 y 2 del pasado septiembre, medios estadounidenses comenzaron a bombardear con aparentes “nuevos datos de inteligencia”, que sugieren que un grupo proucraniano es responsable de la explosión de los gasoductos.

Al mismo tiempo, las fuentes de los diarios The New York Times (NYT) y The Washington Post (WP), destacaron que no tienen evidencias de que el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, o altos militares del país “estuvieran involucrados en la operación o que los perpetradores estuvieran actuando bajo la dirección de cualquier funcionario del Gobierno ucraniano”, aunque apuntan a la responsabilidad de ciudadanos que responderían a sus intereses.

Los datos, descritos como “de inteligencia” aunque no son acompañados por ningún informe o detalle sobre la aparente investigación, tampoco detallan quién formó parte del grupo que atacó los gasoductos, ni quién dirigió la operación o pagó por su realización, mientras que los funcionarios dejaron abierta “la posibilidad de que la operación podría haberse realizado de manera extraoficial por una fuerza ‘proxy’ con conexiones al Gobierno ucraniano o sus servicios de seguridad”.

“Es más probable que los explosivos fueran colocados con la ayuda de buzos experimentados que no parecen trabajar para servicios militares o los de inteligencia”, señala el periódico con referencia a sus “informantes”, contradiciendo directamente el detallado informe de Hersh en el que se señala, con fecha y datos precisos, cómo los buzos tácticos estadounidenses colocaron los explosivos en las líneas de los ductos.

A su vez, los funcionarios indicaron que no hay evidencias de que las autoridades rusas estuvieran involucradas en el ataque. Al mismo tiempo, hicieron hincapié en que ningún ciudadano estadounidense ni británico participó en el sabotaje de los gasoductos. “Los funcionarios de EE.UU. dicen que el señor Biden y sus principales asesores no autorizaron ninguna misión para destruir las tuberías de Nord Stream”, señala el artículo publicado por NYT.

The New York Times reiteró también que los servicios de inteligencia admitieron tener datos limitados sobre las decisiones que toman las autoridades ucranianas. “A pesar de que Ucrania depende profundamente de EE.UU. para la ayuda militar, de inteligencia y diplomática, los funcionarios ucranianos no siempre son transparentes con sus contrapartes estadounidenses sobre sus operaciones militares, especialmente aquellas tras las líneas enemigas”, indicó el artículo, sugiriendo que el atentado se podría tratar de una “operación militar” de la que Washington no tenía idea.

Añadió que los funcionarios estadounidenses sostienen que estas acciones de Kiev no mejoraron significativamente las posiciones de los militares ucranianos, sino que se arriesgaron a “alejar a los aliados europeos y extender la guerra”.

Poco después de la publicación del artículo de The New York Times, el periódico Die Zeit reportó que investigadores alemanes identificaron el buque que presuntamente participó en el ataque a los gasoductos Nord Stream. “Las huellas conducen en dirección a Ucrania”, señaló el medio alemán. Se presume que una empresa, que tiene sede en Polonia y “aparentemente pertenece a dos ucranianos”, alquiló el barco utilizado en el ataque.

El diario dice que los perpetradores, cuya nacionalidad se desconoce, usaron pasaportes falsos durante la misión. Sin embargo, el periódico reitera que todavía no hay información sobre quién ordenó volar los gasoductos, aunque también sugiere que sólo Ucrania tendría interés en destruirlos.

Por su parte, el legendario periodista Seymour Hersh, ganador del premio Pulitzer en 1970, quien publicó el 8 de febrero un artículo en el que sostiene que buzos de la Armada de EE.UU. colocaron los explosivos bajo los gasoductos Nord Stream en junio de 2022 bajo la cobertura de los ejercicios BALTOPS 22 de la OTAN y con la ayuda de Noruega para colocar las cargas bajo las tuberías, al ser consultado por estos artículos simplemente se rió.

Luego de la risa y de no hacer comentarios sobre estas “teorías”, afirmó que publicará la próxima semana una nueva investigación sobre la explosión de los gasoductos, donde habrá más detalles documentados sobre la autoría y los intereses vinculados.

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