El ministro del Interior de Chile, Rodrigo Delgado, anunció hoy que “muy pronto” el Gobierno va a “retomar las expulsiones” de extranjeros que están entrando por pasos no habilitados desde Bolivia, bajo el argumento que la situación generó una crisis social y de inseguridad en la zona.
Desde enero de 2021 cientos de personas llegan a diario a la localidad fronteriza de Colchane (región de Tarapacá), para auto-denunciarse ante Carabineros y ser llevados a cuarentena en Iquique con el objetivo de quedarse de forma permanente en el país.
El alto flujo de migrantes, en su mayoría venezolanos, colapsó la vida de las casi 1.800 personas que viven en Colchane, ya que duermen en las calles, con denuncias incluso de una alta inseguridad en la comuna. Según las autoridades policiales del sector, en promedio, 120 personas entran a diario a Chile por pasos irregulares. ”Hemos tomado las recomendaciones y hemos revisado nuestros procesos” hace referencia a la expulsión de extranjeros que entran al de forma irregular, indicó el ministro del Interior, ante las críticas de organizaciones humanitarias como el Servicio Jesuita de Migrantes.
La crisis migratoria se extendió incluso a la localidad de Iquique, capital de la región de Tarapacá, donde extranjeros llegan, toman las plazas públicas y se quedan a vivir ahí, lo que generó un descontrol sanitario en la zona. ”Las estadísticas dicen que mientras tuvieron la posibilidad de expulsar, el ingreso clandestino por Colchane bajó”, dijo Delgado. Las autoridades locales criticaron el llamado “Plan Colchane”, anunciado por el Gobierno, calificándolo como “un fracaso” debido a la crisis social que se desató en la comuna. Este plan del Gobierno consistió en un reforzamiento policial y militar para evitar que sigan ingresando extranjeros a Chile de forma irregular.
Chile, hasta el 31 de diciembre de 2020, tenía 1,4 millones de extranjeros residentes en el país, en su mayoría venezolanos, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).