La Educación es uno de los pilares fundamentales para la construcción de un país. Domingo Faustino Sarmiento. Juan Bautista Alberdi, Manuel Belgrano. José de San Martín y tantos próceres del pasado se refirieron a la misma. Fundaron escuelas, bibliotecas, academias de oficios, universidades, centros de estudios; entre otros.
Docencia y Educación deben estar engarzadas para impartir conocimientos, habilidades, procedimientos, destrezas, valores. Acompañar educandos no ha sido y no es una tarea fácil. Si no hay vocación y entrega, los resultados al momento de la cosecha no serán los mismos. La siembra debe contener semillas de saberes, responsabilidad, paciencia, tolerancia y por sobre todo Amor.
La Educación es el camino, no el objetivo. Una oportunidad para disminuir la pobreza. Además de generar pasos ascendentes en la escala social. A través de ella se forman sujetos con pensamiento crítico. No deben inculcarse ideologías. Ellas no permiten que los mismos sean personas libres.En el alma de la sociedad, la Educación debe brillar para generar confianza. La confianza genera esperanza y ésta da lugar a la paz.
Después de casi dos años de pandemia, por el COVID, la realidad es distinta. El tiempo de edificios escolares cerrados, la voluntad de quienes tuvieron que arbitrar los medios para impartir enseñanza en forma virtual, fue una experiencia jamás imaginada. Se hizo todo lo que estuvo al alcance. También lo hicieron los padres y alumnos. Sin embargo, el panorama fue dispar por distintas causas. No podemos retroceder en el tiempo. Atrás quedan las críticas…
Hoy, es el momento de encauzar el sendero. Nuestra Argentina pide a gritos avanzar, atravesar obstáculos, superar dificultades. Necesita renacer y, con Educación lo logrará. Alguien dijo: “La tarea del Educador no es talar árboles, sino regar desiertos”.
La vida es una constante Educación, pero teniendo en cuenta que el principio es predicar con el ejemplo.
Felicitaciones a quienes eligieron ser docentes en cada uno de los ámbitos donde se imparte la enseñanza. El deseo para que sus derechos sean reconocidos plenamente.Cuando el Educador se identifica con el sentimiento, con el afecto hacia el Educando, crea para siempre un vínculo, entonces deja una huella para la eternidad y nunca podrá decir cuándo se detendrá su influencia.
El propósito entero de la Educación en convertir los espejos en ventanas.
Laura Rosa Leyes. Educadora