“Tratemos de armonizar con el entorno”, abrió Adriana Napque, quien incentivó a los presentes a bailar y cantar antes de comenzar su conferencia: el Auditorio San Agustín se llenó de aplausos, trencitos y coreografías al ritmo de la canción Abriendo Caminos, de Diego Torres. “Estamos utilizando todas nuestras inteligencias múltiples, no solo las que tenemos fuertes, ya que uno practica lo que sabe y va a lo que no para aprender”, reflexionó la disertante al terminar el karaoke.
Luego, habló sobre la educación inclusiva. “Queremos ver profesionales felices, pero no entrenamos en la diferencia: Picasso, Einstein, Newton, Edison, Pasteur, a ninguno le iba bien en la escuela”, expresó y citó la célebre frase del psicólogo Howard Gardner: “Podemos ignorar la diferencia y suponer que todas las mentes son iguales o aprovechar las diferencias”.
Asimismo, la Doctora indicó que lo único que da resultado es la observación del aula y escuchar a los alumnos que presentan dificultades a la hora de aprender: “La crítica es a la falta de cambio, porque todo cambio implica salir de la zona de confort, seguir estudiando y tocar las relaciones de poder”, expresó y especificó que la integración multisensorial no se basa en tener un plan para cada uno en particular, sino en ofertar una variedad de inteligencias y así permitirle a los alumnos que salgan de sus zonas de confort.
En esta misma línea, hizo énfasis en el enorme crecimiento del cerebro entre los 12 y 20 años y las oportunidades que esto trae. “¿Se puede uno auto decretar desastroso para algo cuando ni siquiera terminó de desarrollarse?”, preguntó.
Además, compartió que los niños de hoy en día sufren de altos niveles de estrés ya que las demandas suelen estar muy por encima de sus posibilidades. Explicó también que esto puede verse reflejado en ciertos indicadores físicos, tales como la taquicardia, la boca seca y las ganas de ir al baño. “No son caprichos, sino respuestas neurofisiológicas”, indicó.
Sobre la construcción de la autoestima de los alumnos, destacó dos cuestiones: la percepción de autovalía y la de competencia. “Ahí viene el trabajo de la metacognición: poder reconocer en el perfil fortalezas y debilidades sin destruir su persona”, señaló. Se refirió al cuidado de la adversidad como uno de los roles fundamentales de la escuela y habló de diversificar y pluralizar las estrategias de aprendizaje de manera tal que todos puedan aprender: “¿Por qué tenemos que perder la magia del aprendizaje?”, preguntó.
También acentuó el rol de los docentes como agentes de salud mental y remarcó la importancia de escuchar a los niños en pos de fomentar la autoeficacia aprendida: “Podemos dejar huellas, pero también cicatrices”. “De esta manera trabajamos en la formación de docentes profesionales de los Profesorados Universitarios en Educación Inicial y Primaria y del Profesorado Superior, que se dictan en el Departamento de Educación de la UCA”, señaló.
Por último, afirmó que un buen profesional necesita compromiso, excelencia y ética, y que debe saber poner el cuerpo. “Cada persona tiene una luz propia, descubrámosla para enriquecernos mutuamente”, concluyó.
Fuente: Comunicación Institucional UCA