Tener muchas parejas sexuales y el dilema de lo que está bien según la sociedad

Aunque a la luz de los movimientos de mujeres en el mundo y de una liberación en cuanto a sus derechos en todos los sentidos pareciera haber mayor comprensión de la naturaleza femenina, lo cierto es que en la intimidad aún persisten prejuicios muy difíciles de erradicar

Las mujeres suelen sentir más culpa que los hombres de tener relaciones con varias parejas.
Las mujeres suelen sentir más culpa que los hombres de tener relaciones con varias parejas.

Por la misma razón que se produce una incomodidad interior al admitir que no se tiene una pareja estable (o ningún tipo de pareja) existe el prejuicio íntimo ante una “excesiva” cantidad de parejas en el sexo: es la propia persona quien se etiqueta o emite un juicio valorativo acerca de sí misma, fundamentado en el concepto de no encajar en aquellos cánones que se intenta derribar con los movimientos sociales a nivel mundial. Todo un contrasentido.

Pero lo cierto es que las mismas mujeres que defienden los derechos sobre el cuerpo de otras, muchas veces sienten que “no son suficiente”, que “tuvieron muchas parejas”, o que “les gusta demasiado el sexo” en un sentido peyorativo.

Cuando una persona tiene sentimiento de malestar, miedo o frustración por considerar que tiene demasiadas parejas sexuales, se produce un sentimiento de minusvalía general, que termina provocando una discordancia entre “lo que soy” y “lo que debería ser”.

En el terreno de la psicología y la sexología, los expertos aconsejan trabajar dos aspectos que son fundamentales: la educación sexual y los mitos sobre las relaciones y la sexualidad. Para ello se recomienda, en principio, consultar libros, revistas, publicaciones de profesionales, blogs especializados o de consulta sexológica, y así rebajar las falsas creencias asociadas al sexo, mediante reestructuración cognitiva.

Otro punto a reforzar es la autoestima y el amor propio sin caer en comparaciones con el resto y confiando en uno mismo, ya que las expectativas creadas por la educación, experiencias, decepciones, nos mueven en patrones de pensamiento que pertenecen a la estructura cognitiva que se está tratando de cambiar.

Por último, los especialistas hacen hincapié en la romantización de la idea de una pareja estable como sinónimo de estabilidad no solo sentimental sino en todos los aspectos de la vida. “Cada vez hay más colectivos que reivindican un tipo de relación más libre de mitos y creencias románticas y más naturales como el poliamor, las relaciones abiertas o el intercambio de parejas”, sostiene Nayara Mira, psicóloga y sexóloga del Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana, España.

Por su parte, Guillermo Felipe López Sánchez, investigador de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Murcia, sostiene que no se trata de estigmatizar a las personas más activas sexualmente, puesto que, a estas alturas, es obvio que el sexo “ha mostrado numerosos beneficios”. Por ejemplo, “la práctica sexual se asocia a un mayor bienestar, a una mejor calidad del sueño, menos problemas para la salud”.

Pero, ¿por qué esta comparación o tener más parejas sexuales que el resto a veces nos hace sentir mal? “Puede ser por muchos factores: educación más conservadora, estigma social, miedo al contagio de infecciones de transmisión sexual (ITS), falta de educación sexual positiva, religión, etc”, responde Nayara Mira a la publicación online Cuidate Plus.

Cuando una persona considera que ha tenido demasiadas parejas sexuales en comparación con su entorno o con lo que ella misma cree normal es posible que experimente miedo a ser juzgada, rechazo hacia sí misma o impotencia por no encontrar a la persona ideal. “Si el entorno es más conservador y se mueven en la monogamia y parejas estables con hijos, es posible que aparezca la frustración”, afirma Mira. “Además, puede aparecer la creencia de que no se comprometen con nadie y eso puede provocar mucho malestar, como que no llega esa persona adecuada “, añade.

En este contexto, Mira subraya la importancia “de aceptar que somos seres sexuales y que el problema no es tener o no pareja”. Para esta sexóloga el problema radica en la concepción social del sexo y los tabúes que existen en torno a la sexualidad y las relaciones sexuales.

“Aún se sigue creyendo que cuantas más parejas sexuales tenga un varón, será un Don Juan y mejor amante y la mujer es una guarra”, detalla Mira. La especialista advierte que en consulta todavía escucha por parte de los hombres frases del tipo “Yo para unas salida prefiero estar con chicas experimentadas para pasarlo bien y que sean muy liberales. En cambio, para una relación estable si la chica es muy abierta me pone nervioso”. Por otra parte, esta experta comenta que las mujeres se sienten muy juzgadas en el plano sexual y no son capaces de liberarse como desean. “Y esto es irreal, ya que en una relación monógama (heterosexual), cuando empieza la monotonía, le pedimos a nuestras parejas más apertura y liberación. Por lo tanto, entramos en contradicciones continuamente”, apunta.

Un tema de educación

Guillermo Felipe López Sánchez, más enfocado en una mirada al sexo desde la perspectiva de la actividad física y retirando tabúes sociales, considera que es importante “llevar a cabo programas de concienciación y educación sexual para que las personas realicen la práctica sexual de una manera segura, con el fin de evitar el riesgo de enfermedades de transmisión sexual”. Y ese fue, precisamente, el objetivo de un estudio realizado por un equipo internacional -del que formó parte López Sánchez- que se publicó recientemente en BMJ Sexual & Reproductive Health.

Desde su punto de vista, fomentar la educación sexual de calidad en las aulas contribuiría a que las futuras generaciones dejasen de repetir los mismos patrones que tienen su origen en la cultura judeo-cristiana.

El científico explica qué motivó la puesta en marcha de este análisis: “La idea surgió al darnos cuenta de que no existían estudios que analizaran las variables relacionadas con el número de parejas sexuales que las personas tienen a lo largo de su vida, por lo que realizamos un estudio acerca de qué variables están relacionadas con el número de parejas sexuales en personas mayores de 50 años. La muestra estuvo formada por 6.921 personas, 3.054 hombres y 3.867 mujeres”.

El resultado del trabajo de investigación arrojó datos acerca de las características que se asocian con un mayor número de parejas sexules a lo largo de la vida:

- Tanto en hombres como en mujeres: tener una menor edad, estar separado o soltero, fumar y beber alcohol.

- Solo en hombres: homosexualidad, estar en los niveles más altos y más bajos de riqueza.

- Solo en mujeres: bisexualidad, etnia blanca, actividad física regular.

Este sería el perfil más característico pero, ¿Cuál es la cifra a partir de la cual se puede considerar que una persona ha tenido muchas parejas sexuales? El investigador advierte que es complicado establecer un número concreto, pero, de manera orientativa, se podría hablar de una cantidad alta a partir de 10.

Entre los hombres que formaron parte de la muestra de esta investigación, el 29,8% no habían tenido ninguna pareja sexual o solo una a lo largo de su vida; el 30,5%, entre 2 y 4; el 19,8%, de 5 a 9; y el 19,9%, 10 o más. Entre las mujeres, el 38,5% habían tenido entre cero y una pareja sexual; el 37,4%, de 2 a 4; el 15,6%, de 5 a 9; y el 8,5%, más de 10.

Los investigadores apuntan dos de los motivos subyacentes. El primero, de carácter más físico, es que los varones tienen niveles más elevados de la hormona testosterona, lo que tiende a incrementar su deseo sexual o, al menos, su percepción de él. La otra razón, según los autores del estudio, es que sigue existiendo un doble rasero en las actitudes sociales sobre la promiscuidad en hombres y mujeres. En general, se ve con mejores ojos la actividad sexual intensa en ellos que en ellas.

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