“Para mí es un sueño cumplido, nunca estuve en la Vendimia y sé lo importante que es esta fiesta para Mendoza, y Mendoza es importante para mí”, dice Abel Pintos al teléfono mientras se toma un recreo en el medio del rodaje de un nuevo videoclip.
Su vida desborda plenitud y lo refleja también en su música. Desde que formó una familia con su esposa Mora, la llegada de Agustín, el primer hijo de ambos, y la vida cotidiana con Guillermina (hija de Mora) son un aprendizaje permanente, que lo pusieron en un lugar de permanente transformación.
Y sin dejar de lado la música, el año pasado lanzó “El Amor en mi vida”, el último disco, con el que pudo expresar todo lo vivido y lo que siente. Ahora, culminando la gira por los festivales de verano, esta noche vuelve a la provincia y debutará con entradas agotadas, en la segunda noche de la Fiesta Nacional de la Vendimia 2022, en el Teatro Griego Frank Romero Day.
“Volvimos con todo, necesitábamos mucho hacer lo que amamos. Más allá de la necesidad laboral, era una cuestión anímica y espiritual, porque es nuestra forma de vida. El concierto y todo lo que rodea al concierto, y una vez que tuvimos la oportunidad quisimos aprovecharla a full, también con otra filosofía distinta a la pre pandémica. Y contentos porque la gira es por festivales, y me alegra mucho que hayan regresado, porque va más allá del line up de artistas de los conciertos. El regreso de los festivales es el regreso de la idiosincrasia de cada pueblo, de su celebración, de su momento para exorcizar penas y tristezas y llenarse de energía.
-En esto de una nueva filosofía en las giras, ¿hoy pones otros límites a la hora de pensar en una gira?
-Más que de límites es una cuestión filosófica, como de lectura de lo que hoy significa una gira para mí, y de lo que hoy vale para mí regresar a casa. No tienen tanto que ver con lo que cambió el concepto de salir de gira, sino más con lo que cambió el significado de volver a casa. En muchos órdenes es una gira distinta y el inicio de un camino, una nueva forma de ver el mundo en general y cómo transita ese mundo.
-Ha sido una etapa muy movilizante para vos estos años, ¿hubo mucho trabajo interno en tu vida?
-Absolutamente han sido años muy conmovedores, han sido dentro y fuera de mí. Todo lo que ya conocemos y vivimos estos años, pero han sucedido muchas cosas dentro mío, cambios que vienen de la mano de esta concreción de formar una familia junto a Mora y nuestros hijos. Tengo conocimiento de que cuando uno está dispuesto a comenzar un camino con una familia, uno tiene que estar muy dispuesto a aprender cada día de ellos y a reinterpretar también. Porque hay ciertas cosas que no vas a cambiar, pero otras que tenés que aprender. No es igual el funcionamiento individual que el de una familia.
Entonces es necesario hacer un baño de humildad a diario (ríe) y saber que uno tiene que ser consciente para enseñar, pero también aprender mucho de ellos. Y todo eso te transforma como ser humano y eso me sucede desde hace tres años que comenzamos este camino.
-¿Cómo vivís la paternidad?
-La vivo desde la expectativa de todo lo que puedo aprender a diario y lo que puedo ver en ellos y a través de ellos. Lo vivo con mucha alegría y con mucha ilusión. En el caso de Agustín es muy distinto, y más cuando pasan diez o quince días sin verlo y me encuentro un universo de cosas nuevas. Y con Guillermina que ya tiene 14 años está en una etapa de cambios, en su adolescencia y de plantear miradas sobre el mundo, que son interesantes y a uno lo ponen a aprender y pensar mucho.
-Todos esos cambios personales los llevaste a tu música y el último disco es un reflejo de eso.
-Sí y te voy a contar porque. Comencé a hacer un disco que se iba a llamar “Las caras de la buena suerte”, y empecé a escribir una serie de canciones. Y cuando comenzamos a transitar un camino como familia comencé a escribir otras cosas y a hablar de otras cosas, en algunos casos disparadas por este nuevo estado de compartir a diario con mi familia. Fue tanto que ese proyecto terminó cambiando de nombre y terminó siendo “El Amor en mi vida” justamente porque me di cuenta que esto que escribía, identificaba este momento presente.
Y otra curiosidad que advertí es que hasta este disco, todos mis discos nunca fueron en tiempo presente. Antes escribía canciones que hablaban de etapas procesadas, en cambio en este disco hablo lo que me pasa hoy. Quien escuche este disco hoy sabe lo que estoy sintiendo y experimentando en este momento. Y fue natural, fue tan sorprendente y notable, que cambió todo un proyecto.
-¿Hay alguna emoción que hasta ahora no has podido transmitir en una canción?
-No, eso no me sucedió. Seguramente tengo muchas cosas por decir, pero no me ha pasado de querer hablar de algo, y no poder hacerlo. Pero la música funciona así para mí, las cosas se procesan dentro mío y en algún momento sin decidirlo desde la razón, esas emociones me abordan y buscan expresarse.
-Mirando un poco para atrás a ese niño que buscó comerse el mundo para lograr su sueño, ¿conservas esa ambición pese a que tenés un camino cultivado?
-Sí, lo conservo. Pero hay una cuestión de ambición, porque la música además de ser mi vida, convertí a la música en mi trabajo y profesión. Por eso desde lo laboral sigo cargado de sueños y proyectos. Pero fuera de lo profesional, la música es mi forma de vida, es mi idioma. Sigo eligiendo la música como herramienta para expresar lo que me pasa. Al funcionar de esa manera, más que tener la ilusión de salir a comerme el mundo, es a comerme la vida. Es experimentar todo lo que me permite y compartir esa aventura a través de la música. Es como una fuente inagotable de inspiración del deseo de seguir haciéndolo.
-Tenés un perfil bajo, pero hoy te abriste más a mostrar un poco de tu mundo en las redes sociales, ¿esto de resguardar lo privado es necesario para que hoy tengas este presente y lo compartas con naturalidad? Sabiendo las reglas del juego de un artista.
-Yo continúo siendo una persona de perfil bajo, mi familia también lo es, resguardamos mucho nuestra intimidad, porque lo más profundo de nuestra cotidianidad es muy valioso y lo conservamos para nosotros. Pero al mismo tiempo y casi por efecto de que suceda hoy soy más abierto, porque para mí es una felicidad enorme contar con mi familia. Hablar de tus hijos es inevitable, uno se pasa el día entero haciéndolo. O hablar de la persona que amas cuando estás enamorado es inevitable. Porque ocupa todos tus espacios, entonces me sale de adentro y no puedo evitar compartir mi felicidad. Pero detrás de eso no hay una postura o decisión artística, de que ahora me voy a mostrar más.
De la misma manera que le envío a mi mamá por WhatsApp fotos de mis hijos todos los días, lo mismo sucede cuando subo una foto a una red para que otro montón de gente a la que quiero pueda verlo. Es un cambio, pero no fue una decisión, sino un efecto. Porque me siento emocionalmente tan estable y pleno que me gusta compartirlo.
-Sabemos que te gusta la música y has compartido con artistas de rock, pero también te gusta el metal. ¿Pensás en probarte en una canción de ese género?
-He cantando con varios grupos de rock, incluso canté con Animal que es una de mis bandas favoritas. De hecho somos como hermanos con Andrés Giménez, y voy a hacer parte de su álbum 30 aniversario. Pero no sé si lo haría en un álbum mío, no creo. Pero disfruto mucho de ese género musical, voy a muchos conciertos, me gusta esa música y las oportunidades que he tenido de compartir con ídolos míos, lo hice.
-¿Qué te espera para este año?
-Estamos anunciando los conciertos para mayo y junio, en el teatro Ópera de Buenos Aires. Y luego estamos programando muchos conciertos, nueva música. Tengo muchas cosas en mente, pero soy más prudente que nunca a la hora de compartirlas, porque en estos momentos de tanta incertidumbre, uno no quiere jugar con las expectativas del público, ni con las propias. Por eso somos precavidos hasta ver que lo podemos concretar.
-¿Por qué volver al teatro?
-En primer lugar, el Teatro Ópera es como regresar a casa, es un lugar que quiero mucho. Y sentía la necesidad de regresar a casa. Pero por otro lado, aunque me gustan mucho los conciertos multitudinarios, también necesito estar cerca de la gente, necesito verle la cara al público. Que ellos me vean desde cualquier lugar del recinto y no a través de una pantalla. Y los teatro les brindan a un esa posibilidad.
La Ficha
SEGUNDA NOCHE FESTIVAL NACIONAL DE LA VENDIMIA 2022
Día y hora: hoy, a las 21.
Lugar: Teatro Griego Frank Romero Day.
Entradas agotadas.