Las Terapias de Regresión son una serie de herramientas, utilizados tanto por el psicoanálisis como por la parapsicología, para abordar temas dolorosos que pueden haber sido bloqueados, olvidados o simplemente guardados sin desarrollar el duelo o el proceso de sanación necesario.
En el ámbito del psicoanálisis puede abordarse desde dos perspectivas diferentes: desde el comportamiento y desde su uso como terapia. Según el propio fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud, la regresión es un mecanismo de defensa que consiste en el retroceso del yo a un estadio anterior del desarrollo. Con esto se consigue afrontar sucesos, pensamientos o impulsos que resultan inaceptables para el sujeto.
Según la revista ABC de España, “son muchos los autores que consideran que el concepto de regresión debe ser abandonado y sustituido por el estudio de la persona en su conjunto ya que se basa en la teoría de los estadios de Freud, un modelo de desarrollo que actualmente se considera obsoleto”.
Sin embargo, fuera del ámbito del psicoanálisis, esta terapia puede considerarse “complementaria o alternativa”, ya que pese a no tener fundamentos científicos -al igual que el psicoanálisis- parece funcionar en personas que no logran superar ciertos patrones.
Para Wikipedia, consiste en “un conjunto de técnicas que se apoyan en la hipnosis u otros métodos de alteración de estados de conciencia, para hacer que una persona recuerde acontecimientos de su pasado”, a la vez que lo considera “una técnica esotérica y pseudopsicoterapéutica que también se utiliza en la denominada terapia de reencarnación”.
María Marchan, especialista mendocina radicada en Mar del Plata, explica que “se trata de una terapia transpersonal para sanar las heridas del alma que venimos trayendo de otras vidas, con distintas experiencias. En cada vida, aquello que fue difícil, doloroso, traumático, cuando el cuerpo muere una parte de esa de esa energía queda ahí con el registro de ese momento doloroso plasmado”. Por este motivo, dice Marchan, “en cada reencarnación venimos con esa parte que viene de otra vida, y nos encontramos repitiendo cosas que tienen que ver con una experiencia anterior”. El motivo de esta repetición, tiene que ver con la posibilidad de la persona de resolver en la actualidad cosas que no pudo en el pasado.
El Doctor Brian Weiss, psiquiatra formado en la Universidad de Columbia y en Yale Medical School, fue quien popularizó esta técnica, en tanto su par, el psiquiatra estadounidense y licenciado en filosofía Raymond Moody propone en uno de sus proyectos, una investigación científica sobre las regresiones del cual se deriva su libro Coming back (Regresiones).
Por su parte, el doctor de origen español Ramón Esteban Jiménez realizó estudios de regresión de vida pasadas, alegando que existe un plan general que rige la naturaleza de cada una de las encarnaciones. Las vivencias de vidas pasadas se pueden atribuir a herencia genética, registros akáshicos, consciencia universal, telepatía y otras maneras de almacenamiento de información en nuestro complejo sistema.
Los defensores de esta teoría alegan que puesto que el objetivo es la sanación del paciente, carece de importancia la comprobación histórica de los hechos narrados. De todos modos, existen casos en que las bases históricas han sido comprobadas con fechas, lugares y situaciones, de los cuales el sujeto no tenía conocimiento. A partir de esto, y dependiendo de la creencia religiosa o espiritual de cada uno, se podría pensar que al “borrar” esa memoria dolorosa, también se elimina el aprendizaje que conllevó en la vida en la que tuvo lugar la experiencia.”El aprendizaje nos ayuda para ir trascendiendo e ir evolucionando. Con cada herida sanada aparecen otras. Cuando empezamos a transitar esta vida empezamos a vivir experiencias que llevan a experimentar aquellas heridas no sanadas, todas las veces que sea necesario”, asegura Marchan.
Cómo es la terapia
“Primero tenemos una entrevista para conocer qué es lo que la persona quiere sanar, o resolver”, dice la especialista. Muchas veces la persona ya ha acudido a otro tipo de terapias, como constelaciones o biodescodificación y si bien puede haber resuelto algunos aspectos, sigue encontrando ciertos patrones reincidentes, de los cuales no logra desprenderse.
“Si es algo que la persona viene arrastrando de muchas vidas, es probable que con una sola regresión no sea suficiente, pero si es algo que le ocurrió solo una vez -un accidente, una pérdida- se puede resolver en una sola consulta”.
Una de las causas más frecuentes de consulta tiene que ver con las heridas inconscientes (humillación, abandono, injusticia, rechazo y traición) que provocan situaciones repetitivas en la vida. “Si la persona vive un tema de abandono, porque la abandonó su madre, luego esto se repite con abandonos de parejas, hijos, trabajos, está constantemente en su vida. Pero a veces la persona no sufrió el abandono de sus padres y sin embargo esta situación está presente. En la entrevista previa se puede ver de dónde viene el problema”, aclara Marchan.
Ella recomienda no hacer la entrevista y la regresión en la misma cita, ya que resulta muy extenuante para la persona porque “pueden aparecer otras heridas que no estaban manifestadas hasta el momento”.
La regresión se hace mediante hipnosis, “pero no del tipo en el que la persona pierde la conciencia, sino que entra en un estado de relajación profunda que nos va a permitir llegar hasta ese recuerdo con mayor nitidez”.
Así, la persona comienza a vivenciar nuevamente aquel evento mediante sensaciones, emociones, imágenes. “Se puede encontrar, por ejemplo, en un campo de batalla y ahí comienza el recuerdo. Esto nos ayuda a que la persona pueda entender que toda esta herida corresponde a una vida anterior”, trayendo a la conciencia aquello que permanecía oculto.
Cómo se vive la experiencia
El psiquiatra Raymond Moody, explica en su libro “Regresiones” que la experiencia puede estar marcada por imágenes visuales que tienen vida propia, es decir que el paciente no tiene que pensar qué es lo que viene después de cada escena, sino que avanzar de manera orgánica.
Además, asegura que las imágenes que se ven resultan familiares, a pesar de no haberlas vivido en la vida actual. Para más, el sujeto se identifica en las escenas con uno de los personajes, y puede “volver a sentir” las emociones de esa supuesta vida pasada.
Así, los hechos que se ven pueden ser vistos desde dos perspectivas: en primera persona (dentro del personaje) y en tercera persona (desde algún punto de la escena, pero reconociéndose siempre con alguno de los personajes). Muchas veces se reflejan aspectos de la vida actual del sujeto.
Tras una regresión pueden notarse mejorías del estado mental (curaciones de fobias, depresiones, etcétera), curar enfermedades como dermatitis, asma y otras similares.
Una característica es que las regresiones van apareciendo durante una sesión según su significado, sin seguir una línea temporal, por ejemplo, se puede ver primero como un personaje medieval y, después, en otra regresión, ser un romano del siglo I.
Otra característica, según Moody, es que es más fácil sumergir al sujeto en una regresión cuantas más veces haya sido regresado.