Noche de furia en Masterchef: gritos, insultos y llanto en una prueba de “adaptabilidad”

Los participantes de Masterchef se enfrentaron a una de las pruebas más duras del certamen, los nervios los sobrepasó y terminaron a los gritos e insultos

Noche de furia con insultos, gritos y llanto
Noche de furia con insultos, gritos y llanto

Se acabó la joda en Masterchef, o por lo menos es lo que pretende el jurado. Hasta ahora habían sido bastante contemplativos, pero este jueves dijeron basta y los cocineros del jurado sometieron a los participantes a una de las pruebas más duras del certamen.

Según explicaron en la introducción, todo cocinero debe estar preparado para cualquier cosa que pase en la cocina, y debe saber adaptarse a lo que se le presente. El tonito del jurado daba miedo y los participantes se la veían venir. Iba a ser durísimo.

Para despistarlos, se les dio la consigna de que tenían que hacer un plato libre, con los ingredientes que quisieran. Ya ahí, era para desconfiar y sí, la trampa vino después. Con cada cocinero en su estación, con las hornallas a full y los cuchillos a toda marcha, la primera sirena sonó y la pesadilla apareció. Los participantes tenían que dejar su estación y pasar a la que tenían adelante y seguir con la preparación de su compañero.

¿Eso era todo? No. Hubo una segunda sirena y un nuevo cambio de estación, el definitivo. El participante iba a pasar al frente a presentar ese plato que tenían adelante y que ya había pasado por dos manos distintas.

Caos, insultos y llanto

Ya la noche no había empezado bien para Antonio, que estaba devastado por la devolución de la noche anterior. En un momento de la noche explotó en llanto y la que salió a contenerlo fue Silvana que estaba en la estación de al lado y no podía verlo así de angustiado.

El que sucumbió al caos fue Rodrigo, que además sufrió la visita de Wanda Nara que tuvo la brillante idea de pararle la batidora para poder charlar y casi le arruina el merengue para su preparación. No solo le sacó el título de que ella traía suerte, sino que la echó de la manera más elegante que pudo.

Los que explotaron en medio de todo el desquicio fueron Antonio y Aquiles. Ante la segunda chicharra, el más joven del certamen fue categórico: “váyanse todos a la puta que los parió”. Clarito y sin filtro. Por su parte, Antonio, más fiel a su estilo, insultaba por lo bajo porque no entendía qué tenía que hacer en cada plato.

Las mujeres no escaparon a esta explosión de sensaciones, pero supieron manejar mejor las emociones. Silvana, María Sol, Estefanía y Daniela supieron conservar, dentro de todo, la calma y en cada estación que les tocaba, dejaban todo.

Al final de la noche, el que se quedó con la estrella fue Rodrigo con sus milanesas de molleja, que en realidad eran de Aquiles, pero su intervención con el escabeche de hongos conquistó al jurado y consiguió una estrella. El domingo va a tener que desempatar con Aquiles, Rodolfo y Daniela, para ver quién sube al balcón y sigue en el certamen.

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