Completo, por donde se lo mire. Así es Gabriel Rolón, un estudioso del individuo más allá de la simpleza. Un psicoanalista y psicólogo que se conecta con las personas en terapia y en ambientes diversos al mismo: música, literatura, medios de comunicación, teatro.
Durante cuatro días, Mendoza lo tendrá transitando sus calles y sus seguidores podrán acompañarlo en su nueva aventura. Con su obra “Palabra Plena”, se presentará en los departamentos de San Rafael, Maipú y Godoy Cruz. En exclusiva charló con Diario Los Andes y habló sobre esto, la realidad pospandemia y “El Duelo”, su último libro.
- Luego de la pandemia en la que nos sumergimos en el interior de nuestras casas ¿Qué diferencia notás en la sociedad que estuvo tanto tiempo comunicándose a través de redes sociales y la que actualmente se encuentra en las calles?
Es difícil para mí responder a esa pregunta, porque está formulada en términos de cambios sociales, un espacio del cual se ocupan con mucho más conocimiento los sociólogos que los analistas. Como psicoanalista trabajo con cada persona en su subjetividad única e irrepetible y no puedo hacer una lectura global. Sí puedo decirte que la pandemia y el aislamiento impactaron en cada uno de nosotros y es un hecho que después de lo que pasamos ninguno de nosotros volverá a ser el mismo. Pero cada sujeto vivirá ese cambio a su manera. Algunos quedarán más resentidos por lo perdido, otros buscarán reencontrar su deseo para ponerse de pie, cada uno como pueda. Lo único que puedo asegurar es que ha caído el mito de que de la pandemia saldríamos mejores y más solidarios. Basta con reflexionar en el hecho de que la pandemia aún no ha terminado y el mundo ya está en guerra.
- ¿Considerás que las personas comenzaron a exteriorizarse más o que la pandemia los limitó en cuanto a expresión? ¿Qué podemos rescatar de eso?
Es obvio que el aislamiento nos ha obligado a encontrar nuevas maneras de comunicarnos. Hay quienes se sienten más cómodos con esta modificación, personas que prefieren el mensaje de whatsapp a la conversación y el zoom al encuentro real. Pero debo repetirme, y me disculpo por esto: cada persona es única e irrepetible y por ende algunas habrán cambiado de modo que su comunicación se haya acrecentado y otras, por el contrario, se refugiarán más en un lugar introvertido.
- Si nos referimos a la presencia destacada de la imagen y los pequeños clips en el dia a dia ¿pensás que se está perdiendo la profundidad de la palabra y la expresión? ¿Por qué nos refugiamos en esa brevedad de la expresión?
La palabra es desafío, porque por un lado nos permite comunicarnos y por otro nos obliga a vivir en el mundo del malentendido, del “no quise decir eso” o del “no me entendiste”. Pero no nos queda otra opción, porque somos seres de la palabra. Es lo que nos hace humanos. La única manera de pedir lo que deseamos. Además, el mundo nos invita a hablar mucho sin decir nada importante. Nos distrae con cosas que nada tiene que ver con quienes somos. Nos quiere habitando el universo de una palabra vacía.
Con algo de esto tiene que ver la obra, con la necesidad de encontrar una palabra distinta, una palabra que lleve nuestra sangre y nos comprometa. A eso llamo, una palabra plena.
Palabra plena, el nuevo éxito de Gabriel Rolón
Concentrado en un nuevo proyecto, Rolón está llenando salas de teatro de todo el país. Sin dudas, es el psicoanalista más reconocido de Argentina y verlo cara a cara y vivir su obra plenamente, es algo que muchos seguidores disfrutan.
Este jueves se presenta en el Teatro Roma de San Rafael, el viernes 23 en el Teatro Imperial de Maipú, y el sábado 24 tendrá doble función en el Teatro Plaza de Godoy Cruz. Ahí estará presentando “Palabra Plena”, una charla diferente a las demás ya que mostrará dos etapas diferentes sobre el escenario: la explicación de los términos elegidos, y la representación en determinados casos para que su público pueda entenderlo completamente.
- Contame un poco de qué trata este nuevo proyecto “PALABRA PLENA” que emprendes sobre los escenarios del país…
Es quizás la obra más ambiciosa que he escrito, sobre todo en cuestión de su contenido temático. En la obra conviven dos maneras diferentes del teatro: la charla y la dramatización. Y se hace foco en muchos conceptos importantes para el Psicoanálisis: las pérdidas, el duelo, el trauma, la diferencia entre la angustia, el dolor y el horror, el desafío de vivir sin encontrar jamás la completud, cómo y cuánto influye nuestra historia en las personas que somos aquí y ahora, y todo esto unido por un hilo conductor: la palabra.
- En la presentación de la obra dice “las cosas importantes de la vida son incómodas” ¿podés contarnos de algún momento importante en el que te sentiste incómodo y no pudiste usar la palabra plenamente y de la mejor manera?
Me he enamorado, por ejemplo. Y el amor es incómodo porque nos obliga a trabajar mucho sobre nosotros, a contener los impulsos, a pactar con el otro, a entender sus deseos y darles un lugar de privilegio aunque no coincidan con los nuestros, a enfrentar el desafío del dolor, porque no hay amor que en algún momento no duela, al menos un poco. Calculo que ante semejante desafío en muchas ocasiones, por temor o insolvencia, no habré encontrado la manera de expresar con una palabra plena la verdad de lo que pensaba o sentía.
- El hecho de ceder la palabra a quien tenemos enfrente ¿es de valiente o de temeroso? ¿Qué importancia tiene ese punto medio de dejar-hablar pero al mismo tiempo no dejar algo sin ser dicho?
Ceder la palabra es ubicarse frente al otro en un lugar particular. Lacan se ocupó mucho de esto cuando desarrolló su teoría acerca de los cuatro discursos. Básicamente sostiene allí que hay cuatro lugares desde los cuales puede tomarse la palabra y que también ponen al interlocutor en posiciones diferentes. Sería tedioso para los lectores desarrollar este concepto en extensión. Pero es muy importante desde qué lugar se toma la palabra. En ese caso, sabiendo que quien habla determina cómo será el vínculo, hay que tener valor para ceder la palabra, porque se le da un poder al otro. Y hay que tener también la inteligencia de correrse cuando ese otro quiere ponernos en un lugar incómodo o doloroso. En cuanto no dejar algo sin ser dicho, se trata de una utopía, porque la palabra no alcanzará a decirlo todo.
- ¿Qué diferencia podés plantear entre “palabra plena” y “palabra vacía”? ¿En qué sentido afecta el caso de nunca comunicarse plenamente y sólo hablar por hablar?
Algo de esto hemos hablado ya. La palabra vacía es la palabra que utilizamos casi todo el tiempo. Hablamos de fútbol, de economía, de series que estamos viendo y muchos temas más. Es posible pasar toda una tarde hablando sin haber dicho nada importante acerca de nosotros. Las reuniones sociales son un claro ejemplo de esto. En cambio la palabra plena nos compromete, nos obliga a hacernos cargo de lo dicho y lleva en sí dos cosas fundamentales al mismo tiempo: quien somos y qué deseamos.
Rolón en el mundo de la escritura: “El Duelo”
Con más de 10 libros publicados, el destacado psicoanalista también invadió el mundo de la escritura y literatura. Su primer publicación reconocida es “Historias de diván”, donde cuenta ocho relatos de vida de personas que pasaron por su consultorio y compartieron alegrías, enojos y tristezas con él.
En el año 2020, en medio de la pandemia por el coronavirus, el escritor nacido en Ramos Mejía lanzó “El Duelo: cuando el dolor se hace carne”, un libro en el que realiza un recorrido por la definición psicológica del duelo, los grandes clásicos griegos e historias vinculadas con mitología.
Este libro fue uno de los cinco más vendidos desde febrero a abril del 2021 en el vecino país de Uruguay, donde también lo reconocieron con el Premio Libro de Oro. Por estas razones y muchas más, es imprescindible consultarle sobre el tema al psicoanalista.
- Hablame un poco de la importancia de los tiempos en el duelo ¿Existe alguna manera de acelerar el proceso de ese dolor (por ejemplo en terapia)?
El duelo es un trabajo, una batalla dolorosa que debe dar todo aquel que hay perdido algo que ama. No tiene un tiempo determinado, porque cada persona es diferente y porque, aún en la misma persona, cada pérdida es distinta. No es lo mismo una ruptura amorosa que la muerte de un hijo. No es lo mismo la muerte de un padre cuando se tiene cuatro años que cuando se tiene sesenta. Nuestra edad, el momento emocional que estemos pasando y el vínculo con lo que perdimos determinarán cómo será ese duelo y el tiempo que nos llevará recorrerlo.
En mi libro “El duelo” lo describí como un proceso que tiene tres tiempos. El primero es el momento del impacto, ese instante donde alguien nos dice que ya no nos ama o nos enteramos de la muerte de un ser querido. El segundo es el descenso a un infierno de dolor e impotencia, de soledad e incomprensión. Y el tercero describe el paulatino alivio que invade a quien ha trabajado en las otras etapas. Vuelve la posibilidad de desear y se recuperan las ganas de encontrar un sentido a la vida.
- Como psicólogo y psicoanalista, ¿pensás que es necesario que las personas comiencen terapia porque sí o siempre surge la necesidad de algún hecho traumático? ¿Se empieza la terapia con uno mismo o con el psicólogo?
Nadie pude analizarse a sí mismo. Ni siquiera un analista. Porque nadie puede escuchar lo que su inconsciente tiene reprimido por sí solo. El análisis es un proceso de a dos, una unión única y particular entre paciente y analista. Un recorrido muy difícil, pero que puede cambiar el destino de una persona. Y nadie se atreve a tanto porque sí. El paciente que llega a análisis lo hace porque hay alguna pregunta que lo recorre, que lo obsesiona incluso, y no puede responder, o porque lo atraviesa un dolor o una angustia que no puede soportar solo. Si no se da alguna de estas condiciones, o las dos, no es posible que ese análisis avance.
Quién es Gabriel Rolón, según él mismo
Su nombre completo es Gabriel Felipe Rolón y nació el 1 de noviembre en Ramos Mejía, Buenos Aires. Cuando terminó el secundario, ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas pero abandonó para ingresar a la Licenciatura en Psicología.
Más allá de su historia académica, es reconocido por presentarse en varios programas de radio y televisión, hasta tuvo el suyo propio: “Terapia, única sesión” en América TV y “Noche de Diván” en Radio Mitre.
También dirigió talleres de especialización clínica, actuó en obras de teatro donde además demostró sus habilidades de canto, escribió libros, entre otras cosas.
- La Web te define como psicólogo, psicoanalista, escritor, músico y actor ¿cuál de todas esas facetas es la sentís más propia? ¿por cuál de ellas considerás que la gente te identifica?
La respuesta varía para cada una de esas preguntas. La faceta que siento más propia es la música. No hay un momento de mi vida en que no esté presente, y no sólo porque escuche temas musicales, sino porque cuando la gente me habla, por ejemplo, escucho la musicalidad de su discurso, sus adagios y sus allegros, y eso me ayuda mucho a captar la emoción oculta detrás de las palabras. Creo, como Schopenhauer, que el universo es música. Sin embargo, creo que la gente me identifica mucho más como escritor. Y está bien que así sea. Después de todo, mis libros han hecho que mi escritura sea pública en tanto que mi vínculo con la música es íntimo y privado.
Palabra Plena
Fecha: 22, 23 y 24 de septiembre
Lugar: Teatro Roma (San Rafael), Teatro Imperial (Maipú) y Teatro Plaza (Godoy Cruz)
Horario: 22 hs (San Rafael), 19.30 y 22 hs (Maipú y Godoy Cruz)
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