Hace unos días, falleció Juan José Canay, quien tuvo una destacada actividad profesional en la industria vitivinícola y en las entidades empresarias del sector. Canay, nacido en Buenos Aires, se había incorporado al área de Comercio Exterior del grupo Peñaflor-Trapiche, una de las primeras empresas dedicadas con intensidad a las exportaciones de vinos y mostos.
Fue un verdadero experto en ambos mercados internacionales, desde inicios de estas actividades, por los años 80. Cuando Peñaflor, por iniciativa de Carlos Pulenta, en la década del 90 dispone trasladar el departamento de Comercio Exterior, que estaba en Buenos Aires, a Mendoza, el gerente Alberto Suárez Anzorena, decide quedarse en Buenos Aires. En tanto Juan José Canay, dijo “yo me voy a Mendoza”. Así llegó a estas tierras, donde se aquerenció.
Desde esa importante empresa, por entonces de la familia Pulenta, Canay desarrolló activa participación en las entidades gremiales empresarias, primero en el Centro de Bodegueros de Mendoza (CBM), y luego de la fusión con la Asociación Vitivinícola Argentina (AVA), en Bodegas de Argentina.
Fue digno presidente de esta entidad en dos periodos de 3 años cada uno (2005-2008 y 2013-2015). Juan José Canay era un hombre de ideas claras en favor de una economía libre, donde los mercados resolvieran los procesos de intercambio. Ideas que sostenía con firmeza, pero sin agresión a quienes no las compartían.
Era una persona amable, gentil, buen conversador, sabía preguntar, exponer, razonar con realismo. De buen porte y presencia, elegante. A pesar de su aquerenciamiento a Mendoza, siempre estaba ese costado porteño, entrador, simpático, socarrón. Después de jubilarse en la empresa decidió seguir viviendo en Mendoza.
Tuve la fortuna, como asesor de la entidad empresaria, compartir profesionalmente mucho tiempo con él. Fueron años agradables y creo provechosos para ambos.
José Esteban Onofri. Licenciado en Ciencias Políticas