Sostenemos que el Jurado Vecinal de la Ciudad de Mendoza que tuvo su primera audiencia días pasados y sancionó a una persona joven que vandalizó el espacio público, puede ser un paso hacia mejores relaciones comunitarias.
La medida posibilita que vecinos y vecinas de la Ciudad participen en sancionar diversas conductas que incumplan el Código de Convivencia.
El sistema se aplica en muchas ciudades del mundo, como por ejemplo en Madrid (España), donde los jurados vecinales tienen múltiples funciones. No sólo actúan sancionados delitos cometidos, sino también actúan en forma preventiva educando (o tratando de hacerlo) a los residentes en barrios de distintas características sociales.
En el Concejo Deliberante, la Ciudad llevó adelante la primera audiencia de juicio con la intervención de un jurado de vecinos. Esta figura que puso en marcha el municipio durante 2023 posibilita que vecinos y vecinas de la capital sancionen distintas conductas que incumplan el Código de Convivencia. En el primer caso tratado en Mendoza, en la jurisdicción de la Capital, se evaluó el accionar de una persona joven que había sido encontrada pintando un graffiti en una pared de la calle Alberdi. Se consideró a ese proceder como una degradación visual del entorno urbano, falta que está penada por el artículo 21 del Código de Convivencia. En el momento del hecho, se incautó una botella plástica con contenido de pintura negra, se tomaron fotografías y preventores labraron un acta de infracción, dejando constancia de la acción y por la cual el infractor tendría que abonar una multa de hasta 5.000 UTM (unos 240 mil pesos).
Luego, en la audiencia celebrada, el infractor realizó su descargo ante el jurado, reconoció el hecho y ofreció dejar la pared como la había encontrado antes de realizar el graffiti, como una manera de compensar por la pena cometida. El caso del joven sometido al procedimiento en la ciudad es atendible y fue bien resuelto porque el autor de la pintada difícilmente pueda pagar la multa económica, pero al comprometerse a dejar el muro donde aplicó su arte como estaba antes, la cuestión se resuelve satisfactoriamente.
Señalamos esto porque hay distintas categorías de sucesos que pueden ser pasibles a este juzgamiento vecinal.
Hay diferencias notorias en los casos. Muy distintos es un hecho donde vecinos atacan a un patrullero que concurrió a detener a un individuo acusado de una conducta ilegal y fue rechazado a piedrazos o los daños deliberados que desconocidos siguen causando en las plazas públicas.
El joven de la primera audiencia pública del régimen de jurado vecinal probablemente piense ahora dos veces antes de volver a desplegar sus habilidades con los pinceles y la brocha, o se busque un lugar donde sea permitido aplicar sus representaciones, pero sigue siendo preocupante, pese a la vigilancia, las cámaras y otras circunstancias, la vandalización de algunos sitios públicos, y dentro de este escenario citamos lo que está ocurriendo en la plaza España, una de las principales del radio céntrico. Los vecinos se sienten impotentes ante individuos que dañan bancos, mayólicas y otras partes del mobiliario de este privilegiado lugar, un espacio para el encuentro y el paseo al aire libre, no solo preferido por el residente permanente sino también por miles de turistas que caminan por sus veredas.